OBITUARIO
Jorge Abbondanza fue durante mucho tiempo uno de los referentes periodísticos de El País, con una dilatada trayectoria como periodista cultural, columnista y editorialista.
Hoy falleció, con 84 años, Jorge Abbondanza, una de las mejores plumas que hayan engalanado las páginas del diario El País. Periodista, crítico, columnista, editorialista y artista plástico, Abbondanza fue durante años editor de la sección de Espectáculos de El País, cargo que ocupó con una actitud entusiasta y amplia, dando espacio a todo aquel con inquietudes artísticas, creativas y culturales que lo ameritara.
Poseía una particular puntería para detectar y destacar a creadores teatrales y plásticos nacionales, pero también estaba atento a lo que ocurría en la literatura, la música y toda disciplina que conectara con su enjundiosa (palabra que a él le gustaba mucho) sensibilidad.
Pero fue tal vez como crítico de cine que recogió mayor reconocimiento. Sus comentarios sobre películas, actores y actrices, directores y guionistas le valieron prestigio y lectores. Además, estimulaban charlas e intercambios en la redacción de El País con colegas como Homero Alsina Thevenet, quien a menudo cruzaba la calle San José —donde por entonces estaba la redacción de El País Cultural— para departir con Abbondanza sobre tal o cual película a raíz de una crítica de cine de este último.
Junto a Alsina Thevenet y Antonio “Taco” Larreta, con quienes era muy compinche, se destacó como columnista de la misma sección que había estado a su cargo, en las que reflexionaba sobre los más variados tópicos, siempre con compromiso y pasión.
Además de sus incontables artículos y reflexiones —muchos reunidos en El gran desfile (Ediciones de la Plaza, 1996)— también se destacó en el arte nacional. Junto a su socio Enrique Silveira dejó una estela de cerámicas minimalistas que, como se expone en el Museo Nacional de Artes visuales, invita a “lecturas pueden ir desde la reflexión acerca de una condición humana inmutable, pasando por la visión histórica y latinoamericana, hasta una evocación de situaciones precisas y nacionales”.
En sus últimos años profesionales había desviado su abarcadora mirada hacia temas políticos y culturales y su cambio de enfoque fue sentido como una gran ausencia entre quienes, durante mucho tiempo, habían seguido con goce sus reseñas, reflexiones y artículos. Hoy, esa ausencia se tornó definitiva.