Redacción El País
Juliana Scaglione, más conocida como Furia, marcó un antes y un después en la historia de Gran Hermano Argentina. Para bien o para mal, con gente que la ama y detractores extremos, fue la jugadora más nombrada e importante. Por eso, a pesar de haber tenido que abandonar el reality la semana pasada en un intenso duelo con Martín Ku, su nombre no para de sonar en los programas, portales y redes sociales.

Su salida del reality con incidentes en la puerta del estudio dio qué hablar, al igual que sus polémicos comentarios, su juego y estrategia pensada al detalle, la cantidad de jugadores que se cargó, y ese fandom que creó y mantuvo durante los seis meses que estuvo adentro de la casa más famosa de la televisión.

Al salir, Furia se mostró sorprendida y emocionada por la cantidad de muestras de afecto que recibió (hasta le festejaron su cumpleaños en el Obelisco) y quiso devolverles tanto amor con un regalo especial.

Así que ayer, decenas de furiosos se acercaron a la puerta del estudio de Telefé para recibir esos presentes que Furia, su ídola, tenía para entregarles.

No paró de dar las gracias, de bailar para su público, y a los gritos, con la emoción a flor de piel, como es característico en ella, les dijo: "Yo sé todo lo que hicieron por mí, ahora les voy a regalar de mí lo que tengo". "Necesito hacerlo, me hace bien. Ustedes me dieron un montón, me pagaron una estadía en una mansión", les explicó mientras repartía la ropa que usó los días que estuvo en la casa.

"Furia es Gran Hermano, Furia es Gran Hermano", coreaba su fanaticada, esa que se hizo conocer como "Furiosos" y que inventó términos como "La Furioneta".

Furia entregó su ropa, un tesoro para ella, y aclaró que desconocía la existencia de esta potente hinchada cuando hablaba con a cámara: "Lo que digo y lo que pasó es real: yo no sabía que existían, literal. Le hablaba a una cámara pidiendo ayuda, que votaran al 9009, pensando en quién me iba a ayudar. Vamos Furiosos".