UNA LISTA PARA NO OLVIDAR

El 2020 va a quedar en la memoria como un año repleto de cambios, incertidumbres y reinvenciones. Pero también queda marcado por una serie de hechos tristes, vinculados a la muerte de artistas que aportaron mucho a la cultura, tanto en Uruguay como el resto del mundo.

La lista es larga y abarca a figuras de todas las disciplinas. En el ámbito local sobresale el nombre de Federico García Vigil, quien murió el 27 de mayo a los 79 años. A lo largo de su vida, el ex director de la Orquesta Filarmónica de Montevideo mantuvo un estrecho interés por unir la música clásica con los ritmos locales y dejó un enorme legado.

La muerte del actor, dramaturgo y docente Alberto Restuccia a los 78 años también representó un golpe duro para la cultura local. El fundador de la compañía Teatro Uno dirigió Esto es cultura, animal y Salsipuedes y se convirtió en un referente para varias generaciones de artistas.

Y si hablamos de referentes, la muerte de Jorge Abbondanza fue otra gran pérdida. Además de ser un ceramista destacado, fue uno de los grandes periodistas culturales del último medio siglo. Supo ser jefe de la sección de Espectáculos de El País y su enorme conocimiento quedó reflejado en cada una de sus críticas de cine y teatro.

La escena local también perdió al escritor Hiber Conteris, el músico y docente Luis Trochón, el dramaturgo y autor de Esperando la carroza Jacobo Langsner, la actriz Mariana Trujillo, el excantante de la banda Psiglo Ruben Melogno, el poeta Macunaíma, el folclorista Chito De Mello, el actor Alberto Arteaga y el músico Andy Adler.

La última despedida de peso en esta área fue la de Julio Sánchez Padilla.El periodista y creador de Estadio Uno, el histórico programa deportivo que figura en el libro de los Récords Guinness, falleció la semana pasada a los 88 años.

La cultura argentina también afrontó varios fallecimientos que conmocionaron.El fundador de Les Luthiers, Marcos Mundstock, murió en abril a los 77 años pero dejó un gran legado gracias a su humor elegante, culto y pícaro que definió cada uno de sus guiones.

Y si hablamos de legados, uno de los que tuvo mayor alcance es el de Quino. El mendocino fue el genial creador de Mafalda y su muerte a los 88 años fue lamentada en todo el mundo, demostrando que el humor trasciende fronteras, idiomas e ideologías.

Argentina también perdió a figuras populares o de culto. Es el caso del humorista Horacio Fontova, los actores Gustavo Guillén, Carlín Calvo y Hugo Arana; la actriz Silvia “Goldy” Legrand, el cantante Sergio Denis, el conductor Raúl Portal, o Gabo Ferro y Rosario Bléfari, dos partidas tempranas para la música rioplatense.

En el panorama mundial destacan numerosos nombres. Entre ellos el de Ennio Morricone, quien falleció en junio a los 91 años. Su obra fue esencial en la unión entre música y cine, y allí es donde resaltan las bandas sonoras de Cinema paradiso, La misión, Los intocables y El bueno, el malo y el feo.

El séptimo arte también perdió a Sean Connery, quien interpretó a James Bond; Max Von Sydow, presente en clásicos de Ingmar Bergman;el humorista Jerry Stiller; el director francés Michel Piccoli; el miembro de Monthy Python, Terry Jones; y las leyendas de la época dorada de Hollywood Kirk Douglas y Olivia de Havilland.

Hollywood también lloró la prematura muerte del actor de Pantera Negra, Chadwick Boseman, quien falleció a los 43 años por un cáncer terminal. Otro deceso trágico fue el de la actriz de Glee, Naya Rivera, a los 33 años tras ahogarse en un lago de California.

2020 también marcó la partida de músicos importantes. Little Richard, uno de los artistas esenciales para el desarrollo del rock and roll, falleció a los 87 años; yEddie Van Halen, una leyenda de la guitarra eléctrica, murió a los 65 años.

La música en español despidió al cantautor Luis Eduardo Aute y al líder de Jarabe de Palo, Pau Donés.

La literatura también perdió al gran novelista británico de suspenso John le Carré; el español Carlos Ruiz Zafón, autor de La sombra del viento; y el chileno Luis Sepúlveda, autor de Un viejo que leía novelas de amor.

Y hay muchos más que nos dejaron pero que aún siguen vivos a través de su obra. Ese es un legado que jamás muere.