La Nación/GDA
Esta semana se conoció el mal momento que atravesó el chef argentino Germán Martitegui: una de sus empleadas fue acusada de robarle 500.000 dólares de una caja fuerte de su casa de Martínez. La sospechosa, identificada como Lidia Isidra Figueredo tiene 41 años y es de nacionalidad paraguaya.

Según informaron fuentes judiciales y policiales a La Nación, el hecho sucedió en abril, ella fue detenida el lunes y excarcelada tras ser indagada por el delito de hurto agravado. Horas después de que el hecho se hiciera público, el chef rompió el silencio y contó que esta persona cuidaba a sus hijos y que nunca sospechó de ella.

“Esta persona cuidaba a mis chicos cuatro horas por día todos los días y todo lo que pasó, pasó muy cerca de mi cuarto y del de los chicos, así que imaginate lo que es para alguien esa violación de tu intimidad”, expresó Martitegui el miércoles por la noche en diálogo con Rodolfo Barili y Cristina Pérez para el informativo Telefe Noticias. Asimismo, acotó: "Y a la vez que una de las sospechosas sea alguien que estuvo con mis chicos tanto tiempo".

En esta misma línea, el exjurado de MasterChef (en Argentina se emitió por el canal Telefe) remarcó que el robo sucedió hace un par de meses, pero recién ahora se hizo público. En este sentido, aseguró que nunca sospechó ni de la mujer que fue detenida ni de nadie. “Imaginate que no voy a dejar entrar a alguien sobre la cual tengo sospechas. No lo haría nunca”, expresó.

El reconocido chef describió lo sucedido como “un carísimo aprendizaje de lo que uno pone en riesgo”. En este mismo sentido reflexionó: “Supongo que se identifican conmigo muchas madres y padres que tienen que dejar sus hijos con alguien cuando tienen que ir a trabajar. Pero, es muy difícil depositar esa confianza y estás depositando lo más sagrado que tenés, que son tus hijos”.

En cuanto a la investigación, Martitegui quiso aclarar ni él ni nadie de su entorno apuntó a la sospechosa: “Todavía no es culpable, porque nadie dijo que lo era”. También remarcó que, durante los cinco días de abril en los que estuvo de viaje en los Estados Unidos y sucedió el robo, entre 6 y 7 personas estuvieron en su casa. Además de la mujer, que renunció tras su regreso, hubo obreros y albañiles que realizaban una obra en la vivienda.

El chef intentó abordar la situación con el mayor cuidado posible debido a todos los que están involucrados y precisó que está “tratando de tener la cabeza lo más fría posible, dentro de lo que se puede”.

El dinero fue robado de una caja fuerte que el chef tenía en su casa y fuentes policiales le explicaron a La Nación que la misma fue abierta con la llave “que estaba escondida entre prendas de vestir”. Sobre esto, el chef indicó que se enteró de que le faltaba medio millón de dólares bastante tiempo después de haber regresado de su viaje y que debido a esto, las grabaciones de las cámaras de seguridad que tiene en su domicilio ya no tenían registro de esa fecha.

Hacia el final de la entrevista, indicó que el miércoles fue “un día terrible” porque fue como “un segundo recuerdo del mismo tema”, sumado a la exposición que tuvo su propia intimidad. Por último, fue consultado por las posibilidades de recuperar el dinero, a lo que dijo que los investigadores creen que se trata de “una cifra bastante importante para que se note cuando se gasta”, y que cualquier movimiento quedaría registrado.