PERFIL

Capaz que hubiera preferido ser carpintero, el oficio al que tenía como Plan B y no se le salía eso de ser una gran estrella de cine. Quizás sea por eso que, muchas veces, Harrison Ford parece tan displicente a los placeres de la fama. Hoy cumple 80 años.

Capaz que hubiera preferido seguir siendo carpintero, pero en ese caso el mundo se hubiera perdido de dos de los grandes personajes del cine: fue Han Solo en la saga original (y en algunos de los otros capítulos) de La guerra de las galaxias y el arqueólogo más aventurero del mundo, Indiana Jones.

Por una cuestión generacional fue el secundario que llegó a protagonista dentro de del cine nuevo cine americano, el movimiento surgido en los 60. De esa promoción Ford trabajó con George Lucas, Steven Spielberg y Francis Coppola para quien fue un secundario que se hacía notar en La conversación y Apocalypse Now.

“Tenía 35 cuando la pegué con Star Wars, así que tenía cierto grado de madurez y experiencia, aunque físicamente, aún me veía joven”, le dijo a la revista Empire. “Eso había sido un impedimento al comienzo de mi carrera pero entonces se volvió una ventaja”.

Gracia a eso, quizás, su trayectoria se ha expandido hacia muchos lados, incluyendo las comedias, los dramas y hasta una película de Roman Polanski (la hitchckoniana Búsqueda frenética), el único de los grandes maestros europeos para los que trabajó aunque tuvo, sí, un papel menor y de principiante en Zabriskie Point de Antonioni.

Ford se ha mantenido como un actor americano. Sus referentes parecen pasar por una combinación de Cary Grant y Humphrey Bogart aunque con un aire más mundano. Es un héroe clásico de Hollywood.

Es como si su filmografía estuviera marcada por esas dos referencias pudiendo pasar por la comedia romántica (Secretaria ejecutiva, Sabrina, Seis días y siete noches), el policial (Testigo en peligro, Se presume inocente), la acción (Juego de patriotas, El fugitivo y Avión presidencial), el drama (Una segunda oportunidad) y la ciencia ficción (la notable Blade Runner, probablemente su mejor película). Todas fueron éxitos o eran proyectos de directores importantes.

Para todo ese prontuario solo estuvo nominado al Oscar una vez. Fue por Testigo peligro, el interesante drama policial de Peter Weir en la que hacía de un detective de la ciudad en una comunidad amish. Sus mayores galardones han sido reconocimientos del American Film Institute y los Globos de Oro.

Ganó eso sí, el People Choice’s Award, un voto popular que lo certificó como el actor favorito en 1998 y 1999; en 2000 recibió el premio a la estrella de cine favorita de todos los tiempos.

Es que Ford, como mucha de las grandes estrellas, no es necesariamente un actor de recursos, sino más bien una figura, cuya sola presencia basta para robarse las miradas.

Nació en Chicago, el 13 de julio de 1942. Después de tomar unas pocas clases de actuación, y unos papeles en televisión, tuvo una pequeña participación en American Graffiti de Lucas y producida por Coppola. Su carrera despegaría con Han Solo e Indiana Jones, papeles a los que volvería en cinco entregas.

Esas sagas -y el anuncio de que volvería a ser el doctor Jones- mantienen vivo su carisma y el interés del público. Recientemente volvió a ser Rick Deckard en Blade Runner 2049, la secuela de otro de sus películas clásicas; fue la voz del perro Rooster La vida secreta de las mascotas 2, participó como todo héroe de los 80 que se precie en la saga de The Expendables y protagonizó la última adaptación de El llamado de la selva de Jack London.

Nada mal para aquel carpintero que alguna vez quiso ser estrella de cine. Y lo consiguió.