Hernán Piquín: "Me costó decidirme a ser jurado porque sabía que me iban a criticar"

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Hernán Piquín. Foto: Darwin Borrelli
Nota a Hernan Piquin, bailarin argentino, en el Hotel Balmoral de Montevideo, ND 20171025, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El bailarín y jurado de "La Academia" de Showmatch habló con El País de su espectáculo "El show debe continuar" que tiene funciones en nuestro país

Hernán Piquín. Foto: Darwin Borrelli
Hernán Piquín. Foto: Darwin Borrelli

Hernán Piquín tiene mucho trabajo y aunque cuando entra al Zoom con El País, las ojeras lo delatan, disfruta de su presente y se nota. “Es por la gira”, dice excusándose ante una eventual apariencia de cansancio. “Y también por La Academia, que a veces es en vivo, y otras te hacen ir temprano para grabar y terminamos tarde. Igual, es mejor que haya trabajo a que no haya”, agrega sin perder su sonrisa.

El show debe continuar es el nuevo espectáculo con el que está de tour. Ya pasó por Salto, Paysandú y Rosario (Colonia), y esta noche llegará a Minas. La gira continúa mañana en Durazno y el domingo en el Auditorio Nacional del Sodre. Las entradas para su show en Montevideo se adquieren por Tickantel, desde 1.200 pesos.

"Estoy feliz porque me presento en el Sodre", dice. "Estuve 10 años en el ballet de Julio Bocca e ir al teatro donde está la compañía que él dirigió está bueno. Además ahí tengo compañeros con los que he trabajado que me da mucha alegría, emoción y nervios".

Hernán Piquín en "El show debe continuar". Foto: Difusión
Hernán Piquín en "El show debe continuar". Foto: Difusión

—Te presentás con El show debe continuar. ¿Cuándo y cómo nace?

—Hice uno parecido entre 2011 y 2013, que se llamaba Freddie. Después, para despegarme de eso empecé a hacer espectáculos de tango y el de los Beatles. Después hice otro de tango y ahora volví a este Freddie porque en plena pandemia empezamos a hablar con mi productor para ver qué espectáculo iba a hacer. Entonces le digo: ¿Y si volvemos a Freddie? Hablé con (Laura Cattalini) La Catta, la coreógrafa de Showmatch, y aceptó. Buscamos bailarines, ella hizo la audición porque yo estaba en España, después nos encerraron, ensayamos, nos volvieron a encerrar y volvimos. Así fue hasta que salimos de gira.

—¿El título se inspira en lo que ha pasado?

—Sí, me encantó el título porque era lo que sentía: después de tanto encierro el show tenía que continuar. Y se armó este hermoso espectáculo donde me acompañan 10 bailarines. Es un placer porque contamos la vida de Freddie desde otro punto de vista. Cuando termino cada función me saco una foto con el público y la gente me comenta lo que sintió, si se emocionaron y el recuerdo de las canciones. Hay gente que, después de algunos días, cuando escucha una canción de Queen me escribe para decirme que recordaban el show. Eso es lo que me gusta, porque cada vez que emprendo un espectáculo intento que la gente se emocione, no se olvide de las imágenes y que estén con todos los sentidos alertas para ver lo que pasa. Me pone contento lograr esa conexión con el público.

—Tenés claro lo que querés hacer. ¿Siempre fuiste así?

—Sí, desde chico. Con cuatro años quería ser bailarín y entré al Colón a los diez; o sea que le rompí la cabeza a mi familia con que quería bailar, hasta que lo logré. Todo fue así y todo lo que me propongo trato de lograrlo.

Hernán Piquín en "El show debe continuar". Foto: Difusión
Hernán Piquín en "El show debe continuar". Foto: Difusión

—-Se había dicho que Showmatch terminaba hoy. ¿Cuándo finaliza?

—Termina el 3 o el 6 de diciembre. Habían dicho que terminaba hoy pero no, sigue hasta diciembre porque hay muchos participantes y faltan tres ritmos para que queden los de la semifinal y la final.

—Participaste varios años y ganaste dos veces, ¿cómo fue estar como jurado?

—Fue totalmente distinto y me encantó. Me gusta estar en el lugar que ocupo y haber conocido un poco más profundamente a Ángel (De Brito), Pampita, Guillermina (Valdés) y Jimena (Barón). Escucharlos detrás de los micrófonos y las cámaras fue una de las cosas más lindas. También intenté unir al grupo porque era el que decía de ir a comer, salir, y festejar (se ríe). Nos unimos mucho como grupo.

—¿Preferís bailar o ser jurado?

—Prefiero mucho más estar del otro lado. Me siento más cómodo como bailarín que de jurado dando devoluciones. Siento que si doy las devoluciones que tengo que dar, duro dos días en el programa porque me rajan. ¿Esto es un Bailando o qué? Hay mucha gente que no baila, y qué le decís a esa gente: ¿fuerza?; obviamente que es un show y como estuve del otro lado lo entiendo porque uno está tan cansado de ensayar. Por eso, prefiero estar del otro lado y que me digan lo que quieran.

Hernán Piquín y Guillermina Valdes en "La Academia 2021". Foto: Laflia
Hernán Piquín y Guillermina Valdes en "La Academia 2021". Foto: Laflia

—¿Has tenido que morderte la lengua para no decir algo de más?

—Sí, ya casi no tengo (risas).

—Como bailarín de tantos años, ver algunos personajes en la pista tiene que ser complicado.

—Es mucho, y cuando escucho que por ahí le ponen puntajes altos me digo: ¿qué parte me perdí, qué vieron que yo no? Pero bueno, trato de hacer la vista gorda.

—En la pista de Showmatch también oficializaste tu relación con Agustín Barajas. ¿Cómo fue tener que mostrar a tu pareja?

—Creo que lo importante es normalizar. Sigo cuidando mis relaciones porque nunca sabés para dónde pueden disparar. Agustín, al ser bailarín y trabajar en televisión sabe manejar estas situaciones. A mis anteriores parejas no las presenté porque no eran del ambiente.

—¿Cómo has manejado tu figura pública como artista, con la mediatización que te da Showmatch, donde criticás y sos criticado?

—Me costó decidirme a ser jurado porque sabía que me iban a criticar y las personas que antes ocupaban esas sillas iban a hablar; y los que querían ocupar esa silla iban a hablar y decir que yo no servía y ellos sí, y esas cosas. Yo estoy acostumbrado a la crítica y la tomo cuando es constructiva. Pero cuando es destructiva no, porque es gente que quiere estar en tu lugar y como no saben cómo hacerlo, lo que encuentran es pegarte o criticarte. Nadie se pone en el lugar de uno. Pero eso no me corresponde, y si se muerden la lengua se envenenarán ellos; yo no me engancho en eso.

—Eso de deslindarte de las críticas ha sido parte de tu carrera.

—Total. Imaginate, a los cuatro años decirle a mis padres que quería ser bailarín, imaginate las cosas que me decían mis compañeros en la primaria y secundaria.

—¿Cómo hiciste esa caparazón?

—Me resbalaba como ahora. Cuando me critican no me importa. Yo estoy acá, logré esto, no quiero tener más de lo que tengo, vivo de bailar y hago lo que amo. Eso no es algo que todos puedan lograr, me siento un privilegiado.

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