Redacción El País
En mayo, un mes antes de ingresar a terapia intensiva, el lugar en el que iba a estar 79 días hasta su fallecimiento concretado este jueves, Silvina Luna dio una extensa entrevista en la que contó con detalles cómo era su vida tras la mala praxis.

Fue un mano a mano con Ángel De Brito en el programa LAM, del canal América. Allí, entre varias desgarradoras frases, Luna declaró entre lágrimas: "Esas ganas de seguir adelante es algo de adentro que tenemos todos. Uno saca el poder que pueda para seguir viviendo. A mí me encanta vivir, me gusta la vida. Quiero vivir. Pero nunca sabés qué caminos voy a tener que transitar".

La modelo y actriz, que murió a los 43 años por una falla multiorgánica, contó en ese momento que llevaba un año tratándose por una bacteria y que, en la medida en que no pudieran combatirla, no iba a poder concretar un trasplante de riñón.

En ese momento también dijo que tenía que comenzar a entrenar para recuperarse a nivel físico, ya que había perdido fuerza y peso, y contó que desde que comenzó a realizarse diálisis —tres veces por semana, en sesiones de cuatro horas cada una— empezó a vivir con dolores crónicos en el cuerpo.

"Primero peleaba con la situación; salía muy triste, iba muy triste. Después uno se va acostumbrando", dijo sobre la diálisis, un procedimiento al que debió someterse porque sus dos riñones estaban calcificados. "Hay momentos de aceptación y momentos en que me despierto y digo: no, estoy viviendo una pesadilla. Pero estoy acá, firme, de pie. Siempre fui una persona de seguir adelante y ahora siento lo mismo. (...) Tengo que ir, porque eso me está salvando. Si no funcionan los riñones no podría vivir, así que voy con otro pensamiento".

En ese momento, De Brito quiso saber qué la mantenía en pie. Ella, que nació en Rosario y sufrió la muerte de sus dos padres en un mismo año (2008), declaró entre lágrimas: "Mi hermano es un pilar fundamental. Y después los amigos, la gente que está siempre. Hoy disfruto de eso: disfruto cuando estoy bien y puedo ir a tomar un cafecito, sentarme, no sentir dolor. El amor, el amor y creer. Tengo fe, visualizo que voy a estar trasplantada; quiero trasplantarme y volver a recuperar mi vida. Voy a recuperar mi vida, pero no va a ser la misma de antes, claramente. Sueño con tener energía, divertirme más. A veces sueño que, cuando me trasplante, pueda tener un bebé o adoptar un niño. Pero sí, quiero devolver todo ese amor que me dan a mí, a alguien. Y agradecerle a la gente. Cada persona que me encuentra en la calle me alienta un montón, me dan estampitas, me ayudan a sentirme mejor. Esa es mi querencia: creer en mí, en mi fuerza, en lo que tuve que atravesar todo este tiempo, las enseñanzas que tuve".

Luna declaró entonces que, en 2011, decidió realizarse una cirugía estética porque no se creía "suficiente". Dijo que Aníbal Lotocki le aseguró que le iba a realizar un procedimiento menor, y contó que años más tarde, cuando su cuerpo ya sufría las consecuencias de aquella operación, fue ella la que lo llamó a él y le preguntó: "¿No querés pedirme perdón?". Lotocki no le supo responder.

La modelo explicó en ese momento que lo que ocurrió fue que su cuerpo rechazó el producto inyectado, y eso disparó todo lo que vino después. Y contó: "En el Hospital Italiano me ofrecen sacármelo, pero es una cirugía muy grande y me da miedo. Tengo que estar fuerte para algo así. Me dijeron que me trasplante y después se verá".