Redacción El País
Este martes, en el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, Martina Graf volvió a Canal 12, la señal en la que ha hecho buena parte de su carrera, esta vez para brindar testimonio de su propia experiencia con un diagnóstico de autismo.
En la mañana, visitó Desayunos informales y se mostró muy conmovida por la situación, nerviosa y, en algunos momentos, sin poder contener las lágrimas, pero también explicó los motivos que la llevaron a querer sentarse en esa silla para hablar en televisión en vivo.
Apenas la presentaron y mientras se secaba las lágrimas, dijo: "Esto es parte de lo que soy, ¿por qué hay que tener vergüenza? (...) Es algo que me excede, pero te cambia la vida. Toda la vida preguntándome por qué soy tan sensible, por qué no me veo igual que los demás".
Luego contó cómo fue el proceso hacia su diagnóstico, que llegó a sus 33 años. "Estaba haciendo terapia. Mi historia de vida no fue fácil, (tuve) una mamá que tuvo cáncer muchos años, un padre que fue negligente en muchísimos momentos, yo quedé sola, salí a trabajar, me fui a vivir sola desde muy chica. Todas estas cosas las fui viviendo y trabajando en procesos de terapia y personales, y las fui poniendo el orden", dijo. "Pero hubo un momento en que me empecé a dar cuenta que mi presente no reflejaba todo el trabajo que yo había hecho, y todo el tiempo lo conectaba a mi historia de vida del pasado. Pero internamente, no sé cómo explicarlo, pero sabía que no era la explicación de lo que me estaba pasando".
"Yo tengo una amiga a la que siempre le digo: '¿estás segura de que no soy yo?' La torturé toda la vida con eso. Las cosas que me pasaban había un gran signo de pregunta: por qué, no entiendo; no entiendo a la gente, no entiendo lo que me pasa", relató Graf, al borde del llanto. Las situaciones vinculares son su "mayor desafío", dijo.
Luego contó que, cuando supo que tenía un trastorno del espectro autista, creyó que no iba a poder seguir estudiando su carrera de Psicología, porque "cómo iba a ser una buena psicóloga si tenía autismo". Sin embargo, meses después supo que su propia psicóloga tiene TEA.
Sobre su condición y desde su experiencia en el sistema de salud uruguayo, aseguró que "no hay ni siquiera profesionales realmente capacitados, los contás con una mano, y cuando es en mujeres adultas es todavía más complicado". "Por suerte todos esos chiquitos nos abrieron la puerta y el diagnóstico se amplió (...), entramos muchos otros que no hubiéramos entrado en ese diagnóstico", comentó y reclamó "que por favor los profesionales se capaciten, que haya un interés genuino".
Graf subrayó que el autismo "no es una enfermedad, no tiene cura: es una condición" y finalmente, sumamente afectada por la entrevista, reconoció la dificultad que le representó dar esa entrevista. "Me cuesta muchísimo, pero pienso y digo, si me llegó el diagnóstico con 33 años y no tenía idea, podría haber pasado el resto de mi vida sin saberlo", dijo. "Estoy acá, con toda esta emoción, para abrir en la puerta, romper un poco el estigma".