COLUMNA FARANDULERA
Desde Milán, el reconocido columnista de Sábado Show durante los noventa repasa los dichos de Karina Jelinek sobre un pasado problemático
La divertida y naif Karina Jelinek participó ayer de Flor de Equipo, el programa de Florencia Peña, y dejó algunos comentarios bien picantes. En medio del clásico ping-pong de preguntas que aparece en todos los magazines matinales, la modelo le tiró con todo a su exmarido, Leo Fariña.
“Ese sería el dato de mi vida que haría desaparecer”, dijo y me dejó tan sorprendido como al resto de los panelistas. “Pasaron diez años y es muy vintage, pero al mismo tiempo, gracias a esa experiencia tengo esta fortaleza como mujer. Me hizo daño pero me hizo crecer, y después de mucho tiempo me curé y aprendí a perdonar porque no quiero cargar con esa mochila toda mi vida”.
Y para levantar un poco a Fariña después de semejante declaración, dijo que lo único que le que le quedó de aquella polémica relación fue el recuerdo de los momentos íntimos. “Teníamos buena piel y era todo perfecto en el primer año y medio”.
La chica del “lo dejo a tu criterio” aprovechó la consigna para proponer otro recuerdo que borraría de su vida. Se trata de una pelea que tuvo con una amiga en un boliche de Punta del Este hace unos cuantos veranos. “Fue una broma. Estábamos un poco empinadas y fue algo tan tonto que nos despertamos riendo y nos abrazamos”, comentó.
En vez de querer borrar las frases bizarras que se volvieron un clásico de los programas de archivo, se rió mientras decía que su preferida era la de “las chilenas son casi latinas”. Un clásico de Jelinek.