COLUMNA FARANDULERA

"Recién renuncié! No merezco quedar afuera! Soy una artista! Hasta un nuevo proyecto!”, escribió Rocío Marengo el martes pasado tras no haber podido debutar en La Academia por falta de tiempo. Apenas leí ese tuit que levantaron todos los medios argentinos, solté una carcajada. Sabía que le iba a durar poco. Y tenía razón, porque los aires de diva le duraron dos días: el jueves volvió al programa para bailar en el formato más popular de la televisión argentina.

Era esperable porque, después de tanta espera, ¿quién se va a querer quedar afuera del programa que revive la fama de cualquiera que se acerque al micrófono de Tinelli?  “Estuve 1500 horas ahí atrás, nadie se acordó de mí”, le dijo al conductor con una sonrisa para tratar de dejar atrás toda tensión y asegurarse un lugar en la pista.

Rocío fue acompañada por su hermana y unas amigas y Marcelo le preguntó si algún día la iba a acompañar su novio, el empresario Eduardo Fort. “Va a venir”, dijo sobre el hermano de Ricardo. “Lo único que me pidió es que no bese. Yo ya besé en esta pista, te acordás”, apuntó sobre su participación en el Bailando de hace 10 años. De paso, le pidió disculpas a su partenaire, Nacho Pérez Cortés por la situación.

Pero como ya quedó claro con su falsa renuncia, es posible que la exigencia de la intérprete del célebre hit “El baile del Koala” quede en el olvido en cuestión de dos o tres galas. Ya nos enteraremos en unas semanas, y si llega a suceder, recuerde el comentario de esta columna.