Roger Waters en Uruguay: cronología de un escándalo que empezó en 2018 y se agravó justo antes de su vuelta

El ex-Pink Floyd se presenta este viernes en el Estadio Centenario, con su gira despedida de los escenarios y con la música en segundo plano tras una fuerte controversia. Paso a paso, esto ocurrió.

Compartir esta noticia
Roger Waters en la Intendencia de Montevideo. Foto: Leonardo Mainé
Roger Waters en la Intendencia de Montevideo.
Foto: Leonardo Mainé.

Redacción El País
A esta altura, la música quedó en un segundo plano. El inminente regreso de Roger Waters a Montevideo para presentarse en el Estadio Centenario con la gira This Is Not a Drill está, desde hace días, rodeado por la polémica. No es novedad en la carrera del ex-Pink Floyd, que dedicó una gran parte de su vida a defender sus ideas políticas. Solo en Uruguay lo demostró hace cinco años, cuando brindó una conferencia titulada “Palestina y los derechos humanos” en la sede del PIT-CNT y criticó al “lobby israelí”.

La actividad de 2018, organizada por el movimiento propalestino Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), se iba a celebrar en El Galpón, pero el secretario general Héctor Guido aseguró a Montevideo Portal que el teatro estaba para “todo lo que llame al encuentro, no para estimular enfrentamientos del hombre contra el hombre”.

La actividad despertó críticas como la del entonces director ejecutivo de la organización B’nai B’rith, Eduardo Kohn, que le dijo a El País que Waters predicaba el “antisemitismo” cuando lanzaba “globos en forma de cerdos” y les ponía “una estrella de David”, en referencia al cerdo de la icónica tapa de Animals, uno de los clásicos de Pink Floyd.

Roger Waters en la sede del Pit-Cnt. Foto: Marcelo Bonjour
Roger Waters en la sede del Pit-Cnt. Foto: Archivo El País.

Pero eso no pareció opacar al concierto. Waters, que en aquella ocasión fue nombrado Visitante Ilustre de Montevideo, trajo su gira Us +Them, con la que repasó obras cumbre como The Dark Side of the Moon, Wish You Were Here y The Wall, desplegó el cerdo de Animals sin la estrella de David y acercó a Uruguay una calidad de sonido y una presencia visual nunca antes vista en los conciertos que habían llegado hasta aquí.

Pero en 2023 la historia es diferente. A horas de su regreso al Estadio, donde actuará mañana a las 21.00 con Braulio López como telonero (entradas en AccesoYa), Waters es protagonista de una controversia inédita en el país en lo que a un músico refiere. Es la controversia que ya ha acompañado al espectáculo This Is Not a Drill —“esto no es un simulacro”—, que definió como “un show muy político, muy frontal” y que recibió presiones en Alemania e Inglaterra para ser cancelado.

“Cuando vayas a verlo vas a decir: ‘¿Pero por qué tratan de cancelarlo?’ Ah, porque menciono a Anna Frank y a Shireen Abu Akleh (periodista palestina que murió en Cisjordania) en la misma canción”, explicó el artista. “Ambas fueron asesinadas por regímenes despiadados, por eso están en la misma canción. En ambos casos se trata de un Estado cometiendo un crimen, sea Anna Frank o Shireen Abu Akleh. No pueden cancelar el show de una persona que señala esos crímenes”, agregó a Página 12. En vivo, al momento de esa mención, Waters vestía un uniforme que satirizaba a uno de la SS, algo que hace desde hace años en el segmento de sus shows dedicado al disco The Wall.

Aquel pedido de cancelación, no concretada, fue en febrero. Luego, el 7 de octubre, estalló la guerra entre Israel y Palestina, y la condena de Waters al estado israelí —“Están cometiendo un genocidio y están oprimiendo a otro pueblo”, dijo—, terminó de desencadenar el escándalo.

Waters llegó a Brasil a finales de octubre para dar inicio a una seguidilla de siete conciertos que concluyeron el domingo. Su plan era viajar a Buenos Aires, donde actuará el martes y miércoles, pero eso se vio frustrado luego de que le cancelaran sus reservas en el Hotel Faena y en el Alvear. El músico, entonces, se quedó en San Pablo.

Lo mismo ocurrió en Uruguay y, al cierre de esta edición, no tenía solución. El lunes, el periodista Pablo Londinsky informó en Azul FM que Hyatt Centric y la cadena Regency habían tomado la decisión de aplicar el derecho de admisión y rechazado las reservas tramitadas.

Waters, entonces, planeaba alojarse en Sofitel Montevideo, pero el presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Roby Schindler, emitió una carta en la que solicitó a las autoridades del hotel que no lo recibieran. “No quisiera estar en sus zapatos y tener que cargar con el estigma de recibir a uno de los principales vomitadores de discursos de odio del planeta”, reclamó.

waterss.jpg
Roger Waters. Foto: Difusión.
Foto: Difusión

En tanto, el edil nacional Eric Spektor presentó una carta ante el presidente de la Junta Departamental de Montevideo, Nicolás Lasa, en la que pidió que se le retirara la declaración de interés cultural al show de Waters en el Centenario por ser “un negador de la última masacre de Hamás hacia el Estado de Israel” y dedicar “su fama al antisemitismo”. A su vez, el diputado del Partido Colorado Felipe Schipani solicitó que se le quite la declaración de Visitante Ilustre.

Ayer Waters se refirió al tema en diálogo con Página 12. “Estoy furioso”, dijo. “Me han cerrado la ciudad de Montevideo, no tengo ningún lugar donde parar. Tengo que volar allí directamente el día del show”, comentó, y dijo que tenía prevista una cena con el expresidente José Mujica que iba a ser esta noche y tuvo que darse de baja. Finalmente se supo que Mujica lo recibirá en su chacra el domingo, siempre y cuando consiga dónde hospedarse.

“Estos idiotas del lobby israelí consiguieron cooptar a todos los hoteles en Buenos Aires y Montevideo y organizaron este boicot extraordinario basado en mentiras maliciosas que vienen contando sobre mí”, lanzó, y luego se refirió al presidente del comité. “Conozco esto bien, veo que este Roby Schindler me llama ‘misógino’ como el menor de los crímenes que se supone que cometí. ¿Y sabe de dónde viene eso? De Polly Samson, la esposa de David Gilmour: ella es la única persona que alguna vez me acusó de ser misógino. Y tomaron eso y lo pusieron en mi descripción general, como un nazi, y un odiador de judíos, y todo el resto de absolutos sinsentidos que dicen sobre mí, sucias mentiras”.

“La última vez que estuve en Montevideo, cinco años atrás, ¡me dieron las llaves de la ciudad!”, reclamó. “Estuve ahí parado con una medalla alrededor del cuello, escuchando que decían que era una maravillosa persona, qué gran defensor de los derechos humanos, y qué maravilloso músico, gracias por estos 60 años de gran música y blablabla... ¡y ahora no me dejan estar en un hotel de la ciudad! Es una locura, obviamente”.

Al final, Waters no se quedará en el Sofitel. Según la información obtenida por El País, tanto el hospedaje como el transporte vía área para este regreso correrá por cuenta del artista.

En cuanto al show, se agotaron algunos sectores del VIP y tramos de los primeros dos anillos de la Olímpica. “¡Entusiasmado por el concierto del viernes!”, escribió Waters el martes en su último posteo de Instagram, antes del escándalo. Ahora solo resta ver cómo sigue esta historia.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Roger Waters

Te puede interesar