Redacción El País
También conocido como Diddy y Puff Daddy, Sean Combs es un magnate considerado un visionario de la música desde su irrupción a principios de los años 90. Produjo éxitos de hip-hop y R&B que definieron una era para estrellas como Notorious B.I.G. y Mary J. Blige, y su imperio empresarial en expansión y sus fiestas repletas de estrellas lo convirtieron en un elemento fijo de los tabloides. Como intérprete, su hit más conocido por acá es "I'll Be Missing You", una relectura rapeada de "Every Breath You Take" de The Police.

Convertido en una figura de la farándula y aupado en exitosos emprendimientos comerciales, Combs está detenido en una controversial cárcel de Brooklyn esperando un juicio federal por cargos que incluyen tráfico sexual. Estos son algunos detalles para entender su causa.

Aunque Combs ha sido acosado durante mucho tiempo por acusaciones de violencia, salió prácticamente ileso hasta que una serie de demandas durante el año pasado lo acusaron de agresión sexual y conducta sexual inapropiada. En noviembre, su exnovia, la cantante Cassie Ventura, lo acusó de abuso físico y violación.

En una acusación federal de 14 páginas revelada el martes 17, Combs fue descrito como el jefe de una organización criminal de larga data que amenazaba y abusaba de mujeres, obligándolas a participar contra su voluntad en orgías (las llamaba freak off) alimentadas por drogas, con prostitutos masculinos, y amenazándolas con violencia o la pérdida de apoyo financiero si se negaban. También las grababa y utilizaba las imágenes para extorsión.

La acusación incluyó tres cargos de tráfico sexual, crimen organizado y transporte para ejercer la prostitución.

Los fiscales adujeron que para cometer estos actos, Combs y sus empleados recurrieron al secuestro, el trabajo forzado, el incendio provocado y el soborno, y tenían a su disposición armas de fuego. El día anterior a la acusación, el productor había sido arrestado en su habitación del hotel Park Hyatt de la calle 57 Oeste de Manhattan. La policía encontró lo que se sospechaba eran narcóticos.

El martes 17 se le negó la libertad bajo fianza a Combs, quien se declaró inocente de los tres cargos.

Al pedirle a un magistrado que denegara la solicitud de Combs de ser puesto en libertad bajo fianza, los fiscales argumentaron que era una amenaza para la comunidad. Una de las fiscales lo llamó un “abusador serial y un obstructor serial”, y dijo que su fortuna le haría fácil escapar sin ser detectado.

Los abogados de Combs sugirieron una fianza de 50 millones de dólares, pero la jueza denegó su solicitud, citando los problemas de ira de Combs y su historial de abuso de sustancias, y ordenó que fuera detenido mientras espera el juicio.

La fiscalía, además, señaló que Combs había llamado a los posibles testigos para presionarlos.

Combs fue derivado al Centro de Detención Metropolitano, una enorme estructura de hormigón en Brooklyn que alberga a más de 1.200 personas y tiene fama de malas condiciones.

En una carta al juez, los abogados de Combs calificaron de “horribles” las condiciones del lugar en referencia a informes de contaminación de alimentos, un asesinato reciente y al menos cuatro suicidios allí en los últimos tres años. Otros jueces, señalaron, “han reconocido que las condiciones en el Centro de Detención Metropolitano no son aptas para la detención preventiva”. El magnate podría pasar meses esperando allí el juicio federal.

Por su seguridad el acusado, que no tiene acceso a teléfono celular o internet, es monitoreado con cámaras las 24 horas al día.

El Centro de Detención ha alojado a varios acusados de alto perfil, como Sam Bankman-Fried (el millonario e inversor condenado por fraude); el músico R. Kelly (por extorsión y tráfico sexual que involucran abuso sexual de menores y Ghislaine Maxwell (explotación sexual de menores). Se convirtió en el principal centro de detención federal de Nueva York cuando su cárcel hermana en Manhattan, donde murió Jeffrey Epstein, fue cerrada en 2021 debido a malas condiciones.

Si finalmente es declarado culpable, Combs enfrenta una pena mínima obligatoria de 15 años, y podría enfrentar cadena perpetua.