Redacción El País
El futuro laboral de Ignacio Álvarez es algo que aún mantiene en vilo a sus seguidores, que empiezan a ver cómo el periodista juega con la expectativa en redes sociales, donde viene compartiendo algunas imágenes hechas con inteligencia artificial, en las que se pregunta "¿Dónde va a estar Nacho en 2025?", y descarta opciones como haciendo "un streaming desde Tanzania" o como "conductor de un programa de juegos".

Mientras tanto, el exconductor de Santo y seña está entregado a otras emociones: es que se encuentra de viaje con sus dos hijos en un destino exótico, a miles y miles de kilómetros de Uruguay, y muy enfocado en la naturaleza y las aventuras.

Álvarez y sus hijos suelen compartir viajes intensos, pero aunque en sus últimas ocasiones habían apostado por territorios caribeños, esta vez dieron un volantazo y se fueron directamente hacia otro continente: están en África, recorriendo paisajes y contactándose con animales como elefantes, monos, flamencos y demás.

Así lo viene mostrando el propio Nacho en su cuenta de Instagram, donde ha compartido postales y videos de sus vacaciones. En concreto, los Álvarez se encuentran en Tanzania, que según el periodista es "el mejor lugar de África para hacer safaris".

A eso se han dedicado, lo que les ha permitido estar bien cerca de la fauna local. Elefantes, leones, hipopótamos, jirafas, cebras, hienas, flamencos y demás animales son protagonistas de las imágenes de Nacho, que también ha compartido impactantes paisajes, incluyendo varios la Zona de conservación de Ngorongoro, caracterizada por un inmenso cráter que es considerada una de las maravillas de África; y rituales propios de la cultura africana, de los que han sido parte.

Pero las vacaciones no han alejado a Nacho, que aprovechó para mostrar una renovada imagen con la cabeza prácticamente rapada, de sus características reflexiones. De hecho, en las últimas horas sorprendió a sus seguidores con un texto sobre las miradas, en las que analizó las de diferentes políticos —"El Pepe tiene una mirada súper profunda, Lacalle Pou una mirada segura, que no es lo mismo que soberbia como la de su padre. Orsi tiene una mirada frágil"— y habló de la suya propia. "Yo, para bien o para mal, tengo una mirada transparente. Por eso pude y puedo mirar a los ojos a todos. Y sostener la mirada desde la sinceridad. Donde el miedo no existe", aseguró.