ENTREVISTA

Laurent Lainé: su infancia en Luçon, su llegada a Uruguay en un Fusca y su trabajo en "Masterchef Celebrity"

La cuarta temporada de "Masterchef Celebrity Uruguay" se estrena este martes en Canal 10; antes, uno de los jurados del reality dialogó con El País para repasar su historia.

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Laurent Lainé.
Foto: Leonardo Mainé.

Por Rodrigo Guerra
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"No es un personaje, en mi trabajo soy peor”, dice Laurent Lainé y se interrumpe con una carcajada que resuena en el café de Ciudad Vieja donde se encontró con El País. Enseguida, vuelve a reírse mientras relata que hay personas que visitan la Bodega Bouza, donde está al frente de la cocina del restaurante, para ver si realmente es tan exigente como se lo ve en Masterchef. “Una vez alguien me dijo: ‘ahora entiendo por qué sos así en el programa”.

Pero ahora, sentado en una de las mesas de esta cafetería vintage, el chef francés deja de lado todo rasgo de seriedad. Habla con calidez, sonríe mientras repasa su historia y agradece la oportunidad de ser parte de uno de los programas más vistos de la televisión uruguaya. “Recién venía caminando y un chico me dijo: ‘Hola, Masterchef’. Eso está buenísimo porque hay muchas personas de distintas edades y clases sociales que ven el programa”.

Este martes, Lainé volverá a ser parte del jurado de Masterchef Celebrity Uruguay, que ya llega a su cuarta temporada en Canal 10, y transmite su entusiasmo por esta vuelta. “Enseñamos muchas más cosas que la cocina: explicamos como decorar y presentar un plato, y además de los juegos, hay mucha buena onda con el equipo”.

Para el chef, que nació en Luçon —un pueblo de 10.000 habitantes al oeste de Francia—, la experiencia de trabajar en televisión fue toda una sorpresa en su camino. Antes del reality show de cocina solo había participado como invitado en algunos programas del canal Gourmet y de televisión abierta.

Lo más cercano, podría decirse, fue Recetas clásicas, Bleu, Blanc, Rouge, un VHS de dos horas que publicó en Argentina a mediados de los noventa y donde enseñaba sus mejores recetas. “¡Mucho mejor que un libro!”, prometía la publicidad que todavía guarda en una carpeta repleta de recortes de prensa y fotografías que registran la vez que cocinó para figuras como Diego Maradona, Susana Giménez, Joaquín Sabina y Grace Jones.

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Laurent Lainé y Joaquín Sabina.
Foto: Gentlieza Laurent Lainé.

“Al principio fue un poquito complicado”, admite sobre su ingreso al reality. “Estaba en mi zona de confort y repetía 20 veces la misma cosa. Cuando se iba todo el mundo del estudio yo me quedaba filmando para corregir lo que había dicho”, cuenta. “No te digo que ahora soy un as, pero creo que mejoré”.

Y Lainé, que llegó por primera vez a Uruguay en los ochenta, sabe muy bien que las ganas de crecer han sido fundamentales a lo largo de su vida.

La historia inicia en Luçon. “En mi casa no había plata para comprar zapatillas, pero siempre había algo para comer”, narra. “Todas las semanas iba con mi madre al mercado del pueblo y hacíamos tres kilómetros para comprar queso, frutas y carne”.

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Laurent Lainé.
Foto: Leonardo Mainé.

Desde la niñez, la cocina representó un espacio donde desarrollar su creatividad. “Por un costo mínimo tenés una infinidad de posibilidades; no es que tenés que pagar una entrada para ir al teatro o al cine, que era difícil para nosotros”. A su vez, la gastronomía le permitía proyectar su futuro. “Siempre tuve claro que quería salir de mi pueblo, y ser cocinero es un trabajo que te permite viajar”, explica.

Y la primera muestra le llegó a los 14 años, cuando empezó a trabajar en un restaurante a 80 kilómetros de su hogar; todavía recuerda la fecha: 16 de agosto de 1976. Peló papas y cortó cebollas hasta que lo dejaron encargarse de las entradas. “Cuando empezás de abajo es muy importante demostrar que estás interesado en lo que hacés porque si el jefe ve tu voluntad y tus ganas, de a poco te da más autonomía”.

A los tres años le llegó su primera gran oportunidad. El dueño del restaurante le propuso trabajar en Marsella o en París, y, sin pensarlo, Lainé apostó por la capital. “Aunque fue un momento muy duro”, admite. Con 17 años, 3.000 francos en el bolsillo y una valija con lo justo, llegó a París en pleno verano. “Eran todos turistas y casi no había parisinos; la gente me hablaba en español e inglés. No conocía a nadie”.

Logró una entrevista con el chef de Le Grand Hotel y consiguió el trabajo. No tenía dinero para pagar un alquiler y las comisiones de una inmobiliaria, así que vivió en el dormitorio de servicio de una casa vieja. “No podía sentarme en la cama porque me daba la cabeza contra la pared, y el baño estaba afuera; pero no tenía otra opción”, cuenta.

Trabajó 10 meses en el lugar, pasó por el servicio militar obligatorio y un tiempo después llegó al Regin’s Club, donde renunció porque el sueldo apenas le cubría los gastos de ida y vuelta en coche. Antes de irse, su jefe lo conectó con el equipo del Orient Express, y fue parte del personal del histórico tren de larga distancia que atravesaba Europa. “Fue alucinante”, recuerda. “Vi a estrellas de todo el mundo con ropas de principio de siglo, había copas de cristal con el logo del Orient Express y platos de porcelana”.

Master Chef Celebrity 2022
Sergio Puglia, Ximena Torres y Laurent Lainé. Foto: Juan Manuel Ramos.
Juan Manuel Ramos

El contrato duraba seis meses y no se lo renovaron a causa de un incidente con un compañero. “Tenía que cocinar junto a un comis que solo laburaba cuando aparecía el jefe, y siempre me perjudicaba porque nos atrasábamos y el que quedaba mal era yo. Le expliqué varias veces que quería hacer mi laburo bien, pero no me daba bola. Un día me calenté y le di una piña”, cuenta.

Pero no todo fue tan negativo. Allá conoció al futuro empresario gastronómico Martín Pittaluga, que tiempo después lo invitaría a trabajar una temporada en Punta del Este. “Me dijo que Uruguay era la Suiza de América, y como yo no tenía ni para pagarme el viaje, me invitó el pasaje y me dio un lugar para dormir”.

Era 1983 y lo único que Lainé sabía de Uruguay era que estaba en Sudamérica y se vivía en dictadura. Pero tomó la oportunidad. Viajó a Río con Pittaluga y su primo, y de ahí fueron a San Pablo con 250 kilos de valijas llenas de materiales para abrir el restaurante Bleu, Blanc, Rouge. “Conseguimos un Fusca que tenía como 50 años y, de ahí viajamos a Punta del Este. Éramos tres tipos apretados entre las valijas; pinchamos siete veces en la ruta”.

El chef, que no conocía el idioma, debió adaptarse. “Tuve una traductora durante 15 días, pero no me bancó el carácter y se fue; así que aprendí español con la gente del lugar”, cuenta. “El restaurante tenía cocina francesa sin lujos, pero fue un éxito total. A la siguiente temporada volví y le fue mucho mejor”.

Entre varias idas y vueltas a Francia y Australia, se estableció en Buenos Aires a principios de los noventa. Abrió una sucursal de Bleu, Blanc, Rouge que duró años, y pasó por restaurantes como Lola y La Bourgogne del Hotel Alvear.

En 2006 decidió radicarse definitivamente en Uruguay y, en José Ignacio, abrió El Franchute tras una sugerencia de Pittaluga. “Lo único que tenía era 10 copas, una docena de platos y pará de contar, pero Martín me preguntó qué necesitaba y me ayudó mucho”, dice sobre el origen del local que tuvo durante casi 15 años.

Ahora que es jurado de Masterchef, trabaja en la Bodega Bouza y se sumó a la radio —los martes participa de Al fondo a la derecha, en la emisora online Mediarte—, Lainé hace un balance del camino recorrido y dice: “La clave está en las ganas de hacer, de vivir, de pasarla bien y de trabajar. Ese fue siempre mi cable a tierra”.

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