Fue reina de belleza, sex symbol y una de las mujer más deseada del Río de la Plata durante décadas. Y lo sabe. Graciela Alfano se autodefine como ícono (su cuenta de Instagram es @iconoalfano) y no se equivoca. Salió con los hombres que quiso, desde los expresidentes Mauricio Macri y Carlos Menem hasta Diego Maradona, pasando por "El Potro" Rodrigo y Alejandro Lerner a Luis Brandoni, y hasta hubo un amorío platónico con "Palito" Ortega, algo que contó entre malentendidos.

La vida sentimental de la diva argentina tuvo otra que sal y pimienta. Su madre quiso que se casara con el narcotraficante Pablo Escobar, perdió un juicio por infidelidad con Enrique Capozzolo (exmarido y padre de sus hijos Gonzalo y Francisco), y hasta se dijo que había sido amante del dictador argentino Emilio Massera. Alfano negó esto último, dijo a revista Noticias que la ensució "una persona esquizofrénica", que ella fue sobreseída, y que el odio se debía a su belleza.

"Pateé todos los tableros habidos y por haber. Si hubo una mujer empoderada en esta existencia fui yo, que hice lo que se me dio la gana", expresó en esa misma charla.

Por estos días, Ángel De Brito reflotó un supuesto amorío que habría tenido con Nicolás Occhiato, el director de Luzu TV que es 40 años menor que ella, aunque sabemos que la edad no es un impedimento para Grace: fue novia de Matías Alé casi una década, y le lleva 25 años.

Occhiato negó esa historia que habría ocurrido en los camarines de Canal 9, y que data de cuando compartían staff en Todo Puede Pasar. "Aprendí mucho con Graciela. Muy humilde y muy buena onda conmigo. Me acuerdo que me llamaba post programa y me tenía una hora diciéndome cosas", dijo en el streaming Bondi.

El presente amoroso de Alfano, de 71 años, es con el empresario uruguayo Carlos Bustin, con quien disfruta de vacacionar por Europa y pasear en familia. "Lo que más me gusta es que es una excelente persona. Conocí a alguien increíble, muy caballero, muy old school (vieja escuela) y eso me gusta mucho", le dijo a El País en una entrevista el pasado febrero.

Foto: redes sociales @iconoalfano

Aunque hoy está en pareja, varias veces se encargó de repetir la que se convirtió en su frase de cabecera: "La fidelidad no es mi fuerte". Confesó que hizo sexting, tríos, y que estuvo con hombres y mujeres porque en la vida hay que probarlo todo. Aquí, un resumen de los romances de este ícono rioplatense.

Conoció a Carlos Menem tiempo antes de que asumiera la presidencia de Argentina, a través de su exmarido Enrique Capozzolo, que fue subsecretario de Turismo en el gobierno menemista. Lo que le atrajo de él, confesó en Los Mammones (América TV) fueron sus patillas: "Me encantó el caudillaje".

Salieron unos meses, apenas fue electo, pero ella le pedía para verse en barcos: "No quería ir a Olivos porque soy muy diva. Donde va todo el mundo, nunca", reveló en Intrusos (América TV).

Contó, además, que cuando su mujer Zulema Yoma dejó Olivos, Menem le pidió que se fuera a vivir con él, pero ella lo rechazó: "Estaba enamorado, pero yo estaba casada con un funcionario de su gobierno, y tenía a mis chicos. No daba".

Alfano dijo que nunca necesitó que nadie la mantuviera y que supo decirle a Menem: "sos presidente hace 20 minutos, yo soy Graciela Alfano hace 20 años".

El romance con Mauricio Macri comenzó en Punta del Este en 1993 y duró siete años. Lo definió como "bastante insistente" y contó una anécdota memorable de cuando se escapó por la puerta trasera de la casa del expresidente: "Habíamos propuesto hacer un trío, pero el tercero que dijo no me gustaba. Suena el timbre, pensé que le había dicho que viniera igual y dije, me voy. Toda mi ropa estaba en el living porque había hecho un striptease, me puse su ropa y me fui por atrás".

En una nota con Intrusos, reveló que su affaire con Diego Maradona se superpuso a su relación con Macri, que en ese entonces era presidente de Boca. Corría 1995, el ídolo fue como invitado a El Periscopio, ciclo que Alfano conducía por América, y a la noche la sorprendió en su casa. Mientras se desmaquillaba, el portero le tocó timbre para avisarle que afuera estaba Maradona con un peluche gigante y un cartel que decía "Te quiero". Bajó, fueron a conversar a una plaza y terminaron en la casa de él.

"Estuve en la cama con él y la pasé brutal. La relación duró un par de meses, no me acuerdo si estaba o no con Claudia. Igual, yo pienso que todos somos cornudos", reveló años atrás en Los ángeles de la mañana (América TV).

Lo suyo con el Potro Rodrigo fue pura pasión. Se conocieron mientras hacían una tapa muy hot para Gente que se tituló "El potro y la potra" (una idea de Beto Casella que dirigía la revista a fines de los noventa) y ya en los camarines hubo "toqueteos".

“Yo creí que hervía. A mí, literalmente, se me frieron las neuronas”, dijo ella sin tapujos, y confesó que la primera vez con él fue en un hotel. Salieron tres meses y uno de los encuentros fue en la casa del modisto Jorge Ibáñez, que los cubría para que pudieran verse a escondidas.

Mandó al frente a Palito Ortega y enseguida reculó. Contó que habían estado juntos durante la grabación de Locos por la música, donde él la dirigió. Dijo que solo habían tenido sexo una vez, mientras el cantante de "La felicidad" estaba en crisis con su mujer, Evangelina Salazar. Muy rápido dio marcha atrás y se escudó en que fue malinterpretada. “Lo que dije fue que, como pasa siempre entre las actrices y sus directores, yo me hice un romance platónico. Me imaginé todo, tenía unas fantasías tremendas con él. Pero carne no hubo, señora. Se comprendió mal”, aclaró en Intratables (América TV).

En el programa de Moria Casán confesó otros dos romances que nadie imaginaba: “Con Luis (Brandoni) tuve algo en los camarines de Canal 9. Y con Alejandro Lerner lo único que puedo decir es que estábamos solteros".

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Con la actriz brasileña Sonia Braga, dijo, solo hubo mimos, y un par de consejos que le vinieron bien: "En tu vida, sin caretas, al natural", le dijo Braga.

Capítulo aparte fue el narcotraficante Pablo Escobar, a quien conoció en un certamen de belleza en Colombia. Según relató en PH (Telefé), él no llegaba a los 20 años y fue su edecán (así se llamaban los acompañante de las reinas de belleza): "Era una criatura, muy callado, le gustaba mucho la belleza. Se quedaba mirándome. En ese momento no se sabía nada de sus orígenes y mi mamá quería que me casara con él”.

No todas son ganadas y uno de los pocos que se escapó de las redes de esta fogosa diva fue Osvaldo Sabatini. Llegó a oídos de Alfano que mientras compartían el rodaje de la película Nada por perder, él se había separado de Catherine Fulop, pero la crisis fue tan breve que ni le dio tiempo de armar una estrategia: la venezolana cayó en el hotel y le arruinó el pastel.

"Apareció muy cariñosa con Ova, parece que se habían reconciliado, estaban hecho un fuego y dije, se me bajó. Me encantan juntos, yo no podía, así que el Ova se me escapó", dijo en Intrusos.

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Alfano y Alé se conocieron en 1999, cuando él tenía 22 y ella 46, y según contó él en Es por ahí (América TV), el flechazo fue inmediato. Rápido se convirtieron en la pareja más mediática de época.

Alé había arrancado en el programa Hielo y limón, le pidieron que cubriera un desfile de Alfano en el Jardín Japones y, al igual que su padre, moría de amor por ese monumento argentino.

"La miré, ella me miró. Fue amor a primera vista. Le pregunté qué había que hacer para ser Graciela Alfano. Y me respondió: ‘dejarse mimar’. Ahí mismo me invitó a bailar. Después vino Jorge Ibáñez y me preguntó si quería ir a cenar con ellos. Jorge fue el celestino. Graciela nunca llegó, pero Jorge me pasó su número y al otro día la llamé y corté cuando me atendió, de los nervios. Hasta que me animé y quedé en pasarla a buscar", relató sobre el inicio de una romance que duró casi una década.

Graciela fue su gran amor, lo ayudó a crecer y le hizo mucho bien: "Me enseñó a comer, me enseñó cultura, a viajar, a distinguir un cuadro en el Louvre. Y me ayudó a terminar mi carrera de piloto de avión".

Alfano contó que Alé le enseñó a abrir el corazón y a amar a los perros. La diva definió esa relación como maternal y dijo que le permitió estirar un rato más la juventud. "Sabía que era un amor a plazo fijo, pero no pensé que iba a durar tanto. El amor se terminó en 2007, durante ShowMatch y me hundí en el sufrimiento y el dolor. Quería estar tirada en la cama llorando con un pancho y una gaseosa”, se sinceró sobre uno de sus vínculos más duraderos, aunque con seguridad no escapó a su premisa: de los cuernos y de la muerte nadie se salva.