"¿Cuándo se dice ‘salado’?”, pregunta, con su acento porteño, Gustavo “Cucho” Parisi. Son los instantes previos a que la fotógrafa de El País, Estefanía Leal, tome la fotografía de triple exposición que ilustra esta nota. Al lado del cantante, está Gustavo “Nito” Montecchia, su compinche en Los Auténticos Decadentes desde 1986, que se ríe cada vez que Parisi ensaya una variación del “salado”. Prueba con “saladín” y, mientras lanza una carcajada, posa para la cámara. Da un paso a la izquierda, otro a la derecha, cruza los brazos y se para abajo de uno de los focos de la sala.
Es jueves a la tarde y la lluvia no da tregua en Montevideo. Los músicos están en una de las salas del piso 6 del Radisson, y llevan horas hablando con la prensa sobre su show de mañana en el Antel Arena. Entre las mesas de madera, las paredes a rayas y el ventanal que da al día lluvioso, la ropa de Parisi es lo más luminoso del lugar. Viste una campera de nylon con una variada combinación de colores, y usa un pantalón amarillo flúor con cintas reflectantes.
Mientras prueba una serie de poses junto a Montecchia, les recuerdo el larguísimo “baile del trencito” que se armó en el campo del Antel Arena cuando tocaron allá en junio del año pasado. “¡Sí! ¡Fue reloco!”, comenta Montecchia, y enseguida se acuerda del cotillón que se repartió en el lugar. “Para nosotros fue una sorpresa porque nunca nos había pasado en un show así; y ver a la gente bailar con vinchas y luces fue súperlindo. Estuvo increíble, y de ahí surgió un poco la idea de la Fiesta de la Nostalgia que vamos a hacer ahora”.
Mañana, a partir de las 22.00, el grupo argentino —dueño de uno de los repertorios más populares y coreados del Río de la Plata— volverá al Antel Arena para encabezar El Auténtico 24, una noche Decadente, una fiesta producida por Piano Piano que además contará con las actuaciones de DJ Malandra, DJ Sanata y La Poppins. El campo del lugar se transformará en una pista de baile, y habrá cotillón y maquillaje. Las entradas se venden en Tickantel por 2200 pesos.
“El cariño con Uruguay es mutuo”, asegura Parisi. “Llegamos ayer y nos sorprende la cantidad de gente que nos para por la calle porque nos vio en la televisión o vino a uno de nuestros shows”.
Es una relación, cuenta, que inició en 1992 con sus primeras actuaciones en Montevideo. El año anterior habían publicado ¡Supersónico!, su segundo álbum, y hacía meses que Sonora Palacio había versionado a “Loco (Tu forma de ser)” en su disco Los bebotes de Sonora Palacio. “Estábamos recontentos, no lo podíamos creer”, dice Parisi sobre aquellos tiempos. “Era la época en la que empezamos a recorrer otros países, y a los primeros lugares que llegamos fue a Uruguay y a Paraguay; lo lindo de ese momento es que nos veían por la tele porque estaba Ritmo de la noche”, agrega Montecchia.
“Éramos muy populares”, suma Parisi, cantante y uno de los frontman del grupo. “Tocábamos en un lugar tropical y después a una discoteca de la más fina; era una mezcla de todo, como somos nosotros hoy”. Montecchia, el guitarrista, toma la posta. “Sí, en ese momento éramos más novedad y todo, pero ahora tenemos más experiencia. Sabemos cómo manejar un show, tenemos repertorio y cantamos mejor. Antes era algo de salir a matar”, comenta, y su colega completa la frase con un “era algo más punk”.
Si de repertorios se trata, los argentinos cuentan con uno de los que no da descanso. El año pasado, por ejemplo, interpretaron clásicos como “Los piratas”, “El gran señor”, “Un osito de peluche de Taiwán”, “El murguero”, “Vení, Raquel”, “Cómo me voy a olvidar” y “La guitarra”. Fue una fiesta popular que contagió hasta al más reticente al baile. “Nosotros somos como un equipo de fútbol que va a meter el gol y que busca lo mejor para el equipo”, dice Montecchia sobre cómo funciona la banda en vivo. “Cada uno tiene su momento de gloria, y el furor con la gente canta todas las canciones nos interpela muy bien”.
Y la letra de “Somos”, aquella pegadiza y tan coreable declaración de principios que lanzaron en 2006, captura a la perfección la intención artística de los Decadentes: “De tu alegría, / Somos la fruta prohibida, / El desborde criollo, / Que cura las heridas”.
—Además de sus éxitos, varias de sus canciones fueron llevadas a los estadios por numerosas hinchadas. ¿Recuerdan la primera vez que escucharon su música adaptada en un estadio de fútbol?
Montecchia: ¡Claro! Mi hijo tenía 8 o 9 años y fuimos a la cancha de Boca; cuando el equipo salió a la cancha la hinchada cantó “Loco (Tu forma de ser)”, y al principio me quedé sorprendido porque pensé: “esta canción la conozco” (se ríe). ¡Después me di cuenta de que era nuestra! Lo que pasa es que se deforma un poco la melodía para que sean más lineales, y se pierde la variación melódica. Pero cuando escuché esa letra (canta): “A mí no me interesa en qué cancha jugués, / Local o visitante, yo te vengo a ver...”. Fue muy lindo.
Parisi: A mí me pasó con la despedida del Enzo (Francescoli) en River Plate. Fue con “Vení, Raquel”, que llegaba desde el otro lado del estadio. ¡Casi me muero! Un amigo nuestro de Ramos Mejía que iba a la cancha, siempre me decía que las canciones sonaban; incluso me grabó algunas con las grabadoras a cassette que usaban los periodistas, pero no tenía la dimensión de lo que realmente significaba.
Montecchia: Es que hasta que no lo escuchás en el estadio, no lo entendés de verdad.