TRES PREGUNTAS A

Lo principal fue prestarle atención a lo que generaban en mí al verlos. Algunos me conmovieron hasta las lagrimas, otros tuvieron algo que me hizo sentir mucha empatía, respeto a todo el esfuerzo de llegar hasta el escenario.... Creo que en todos los casos fue diferente. Acá hay mucho talento. ¡Y mucha gente con sueños! Eso me encantó. Recorrer el país descubriendo gente que quiere cantar, bailar, actuar, ganarse la vida en un escenario. Eso fue emotivo.

Me considero un poquito de cada cosa. Lo que me pasó fue que me encontré con una María mucho más exigente de lo que me imaginaba. Sin perder mi sensibilidad y el respeto, creo que me mantuve fiel al desafío que se me presentaba, que era el de buscar el talento. De alguna manera me sorprendí, yo me jugaba todas mis cartas a que iba a ser la que lloraba en todos los programas, por todo y por todos, y no fue tan así.

No recuerdo. Fueron más las coincidencias que los desencuentros. Los cuatro somos diferentes y creo que es por eso que nos complementamos mucho. En el jurado, la audiencia tiene para elegir y para identificarse. Este sin lugar a dudas va a ser un programa que va a dar de que hablar. Lo lindo para mí es saber que todo es discutible, que cada decisión que tomamos fue con respeto y que no todo el mundo va a estar de acuerdo, pero se nos puso allí por alguna razón.