Redacción El País
El mundo del espectáculo argentino está de luto por la triste noticia que llegó en la tarde de este jueves: Lía Crucet, cantante de música tropical y considerada la reina de la bailanta, falleció hoy a los 72 años tras luchar con una larga enfermedad.
La noticia fue confirmada a los medios argentinos por su propia hija Karina, que antes de emprender viaje a Mar del Plata, donde su madre estaba internada, publicó un desgarrador mensaje en Instagram: en una historia, subió una foto en la que se las veía a las dos abrazadas, y escribió "Esperame".
Crucet se inició en el ambiente artístico como vedette; trabajó en teatro, televisión y en películas picarescas, y compartió proyectos con Olmedo y Porcel, Enrique Pinti o Moria Casán, entre otras figuras.
En la década de 1980 se lanzó como cantante de música tropical, con un disco debut que se llamó Yo no soy abusadora. Se convirtió en una de las mujeres de referencia de la movida y la bailanta argentina, con su pico de popularidad en la década de 1990 y con éxitos como "La güera Salomé" o "Qué bello". Sus inflexiones a la hora de cantar y su voluptuosa figura fueron su marca registrada.
Los últimos días de Lía Crucet
La preocupación en torno a la salud de Lía Crucet era noticia hacía varios días en los medios argentinos. La cantante se encontraba muy delicada y los médicos le habían informado a la familia que, por la fase en que se encontraba el cáncer broncopulmonar que le habían diagnosticado, ya no había un tratamiento posible.
Crucet, que había tenido cáncer de útero en 2012, estaba muy frágil desde hacía varios años. Entre 2020 y 2021 adelgazó 60 kilos y fue internada en un hospital psiquiátrico, entre informaciones cruzadas sobre diagnósticos de esquizofrenia, demencia frontotemporal o bipolaridad, que fue lo que ella misma declaró tener. Una neumonía y un accidente doméstico que le dejó secuelas físicas fueron debilitando su estado.
La última imagen de Lía Crucet que se dio a conocer data de marzo de este año y es de una visita de su colega Gladys, La Bomba Tucumana. Allí, Crucet aparecía en silla de ruedas, muy delgada.