Redacción El País.
Nacho Álvarez sorprendió la mañana de este viernes con "un servicio personalizado". Luego de haber recibido un mensaje de un oyente que lo llamó "facho, hdp, cornudo", entre otros insultos, el periodista resolvió llamar al autor del mensaje en vivo, en La pecera (Azul FM) para aclarar los términos.

"Gracias por atender", fue lo primero que le dijo el periodista. La conversación se mantuvo en términos tensos pero civilizados. El oyente en cuestión, de nombre Omar, sostuvo las críticas y Álvarez hizo las aclaraciones del caso.

"Cuando me decís "reventá", ¿querés que yo me muera?", preguntó entonces el conductor de La pecera. "En sentido figurado sí", respondió Omar. El periodista celebró los "sentimientos" de su interlocutor.

Siguió la conversación: "¿Por qué vos decís que sos facho?", preguntó el periodista. "Con todas las críticas que haces directamente hacia un lado. Está flechada la cancha del periodismo que hacés. De objetividad no le veo nada", fue la respuesta.

Álvarez enumeró críticas de opinión o informes críticos hacia la gestión de Luis Lacalle Pou, como el caso Astesiano o la Comisión de Salto Grande. "Sí, pero medio livianito", respondió el oyente.

Pero el centro de la molestia del oyente radicaba en las críticas de Nacho Álvarez hacia los sindicatos. "No puedo creer que te molesten todos los movimientos sindicales. Cuando un trabajador se organiza para defender sus derechos, no puede ser que enseguida los critiques", dijo.

Omar también había criticado aspectos personales del periodista. "¿Cómo sabés que no se me para?", le preguntó Álvarez. "No se lo había dicho a nadie", bromeó. La respuesta del oyente fue la siguiente: "Son momentos que se te escapan improperios. Yo te he visto a vos hacer lo mismo. No tenés el monopolio del insulto", dijo. También lo calificó de "egocentrista" y "machista".

El periodista respondió con la entrevista a Patricia Martín, una mujer, a Sebastián Marset. "Mejor no hablar de esa entrevista", respondió Omar.

En el cierre, Álvarez propuso hablar de coincidencias, como al aspecto de creyentes de ambos. Todo terminó con deseo de felices fiestas y un "abrazo virtual".