COLUMNA FARANDULERA
Nuestra analista de la farándula escribe sobre el accidente que sufrió el abogado mientras jugaba al Polo
Cuando una cree que terminó la mala pasada, llega mi amiga Irene para contarme que hay más novedades para el pobre de Fernando Burlando.
A este chiquilín ya no sé qué más le puede pasar, le dije. Se separó de la Barby Franco, se reconcilió en los últimos días, ¿y ahora me decís que tuvo un accidente?
Sí, me dijo mi amiga Irene, pero el accidente no fue que se tropezó limpiando el piso, ni se cayó en la ducha, se accidentó jugando al Polo.
Ah, querida, el chico no se anda con chiquitas. Y se habrá reventado y le ha de doler todo, pero fue una caída con estilo, porque el Polo no es un deporte para cualquiera.
Sí, para cualquier bolsillo, me dijo Irene.
No seas así, el chiquilín trabaja con medio mundo del espectáculo y sabemos que no sabe lo que son los fines de semana ni las vacaciones. Y si quiere y puede, dejalo jugar al Polo. Además, pareciera ser el único abogado en la vecina orilla, así que clientes no es que le falten. A todo esto, ¿cómo fue la caída de Burlando?
Mirá, por lo que escuché se cayó del caballo, pero parece que no fue demasiado seria la cosa. Se rompió algunas costillas y si bien tiene anestesia, no necesita de respirador y está “clínicamente estable”, agregó.
Bueno, menos mal que el Fernando se reconcilió con la Barby, porque al menos tiene compañía durante su internación; eso sí, ya me enteré que no le perdonaron la caída al abogado. Será el mejor defensor, pero cómo se burlan de Burlando.