Este quedará en la memoria como un año repleto de regresos, sorpresas y grandes hechos culturales. Pero también será recordado por una serie de acontecimientos tristes, vinculados a la muerte de valiosos artistas que aportaron mucho a la cultura, tanto uruguaya como mundial.
La lista de pérdidas es larga y abarca a figuras de distintas disciplinas. Una de ellas es el célebre actor y director Omar Varela, que falleció a los 65 años tras serios problemas de salud y un Párkinson que lo aquejó desde 2005. “Siempre va a ser recordado por su agudeza, inteligencia y rapidez para la réplica. Por la respuesta punzante y su gran compañerismo. Fue una persona muy querida en el ambiente”, le dijo a El País su colega Mario Morgan.
La sorpresiva muerte de Ledys “Panchito” Araújo a los 45 años fue un duro golpe para la escena carnavalera. El entrañable parodista había sido intervenido en dos ocasiones por una afección en el intestino, pero el postoperatorio se complicó y no logró consolidar su rehabilitación. Otro golpe inesperado fue el de la muerte del dibujante y caricaturista Fermín Hontou, “Ombú”, quien falleció a los 65 años tras una breve internación en CTI.
La escena musical local perdió a varias figuras: al histórico pianista Panchito Nolé, al guitarrista Eduardo “Toto” Méndez, al cantautor Daniel Magnone, al percusionista y corista de Níquel y Los Terapeutas Wilson Negreyra; al baterista de Los Iracundos Juan Carlos “Juano” Velázquez, al exbaterista de La Vela Puerca Lucas de Azevedo, y a la pionera del carnaval y directora de la primera murga de mujeres Juana “Pochola” Silva. También fallecieron los guitarristas Bernardo Aguerre, que fue parte de varios discos históricos de Eduardo Darnauchans y Fernando Cabrera, y Carlos Cotelo, creador de cortinas de los informativos Telemundo y Subrayado.
La cultura uruguaya también despidió al prestigioso crítico Hugo Fontana, uno de los colaboradores más antiguos de El País Cultural; al poeta Alfredo Fressia, autor de libros como Un esqueleto azul y otra agonía y Última Thule; a la actriz Henny Trayles, una de las figuras de Telecataplúm; y a Roberto Méndez, la voz de los programas Aquí está su disco y Tangos a media luz.
Fuera de estas tierras, la música lamentó las muertes de Pablo Milanés, gran referente de la Nueva Trova Cubana; de las cantantes brasileñas Gal Costa y Elza Soares, la leyenda del rock and roll Jerry Lee Lewis; y la fundadora de The Ronettes, Ronnie Spector. Una de las más lloradas fue la de Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, quienfalleció a los 50 años, en medio de una gira de la banda por América Latina.
Esos son apenas algunos de los nombres a los que hubo que darles el último adiós. A lo largo del año también hubo que despedir a Marciano Cantero, cantante de la banda Enanitos Verdes; a Vangelis, Piero Gamba, Mark Lanegan, Martín Carrizo, Aaron Carter, Meat Loaf, Andy Fletcher, el joven cantante argentino El Noba, Loretta Lynn, Erasmo Carlos, Wilko Johnson, Coolio, Takeoff, Carlos Marín, Christine VcVie, Tom Parker, Monty Norman y Angelo Badalamenti.
El cine, por su parte, lloró a unas cuantas leyendas. El francés Jean-Luc Godard, máximo representante de la nouvelle vague y responsable de 120 películas, falleció a los 92 años. Mónica Vitti, conocida como “la reina del cine italiano” y protagonista de varios clásicos de Michelangelo Antonioni, murió a los 90 años; y Sidney Poitier, el primer actor afroamericano en ganar el Premio Oscar a mejor actor (por Los lirios del valle), a los 94. Las muertes de Olivia Newton-John, protagonista de Grease y cantante de éxitos como “Physical” y “You’re the One That I Want”; y deIrene Cara, una de las figuras de Fama e intérprete de la inolvidable “What a Feeling” (el tema principal de Flashdance), tomaron por sorpresa a Hollywood.
Lo mismo sucedió con el fallecimiento de Angela Lansbury, Robbie Coltrane (Hagrid en la saga de Harry Potter), Anne Heche —víctima de un accidente fatal—, Jean-Louis Trintigrant, Ray Liotta, William Hurt, Gaspard Ulliel, Paul Sorvino, James Caan, Moses J. Moseley, Ivan Reitman, Jacques Perrin, Jean-Louis Trintignant, Irene Ppas, William Hurt, Breno Silveira, David Warner, Wolfgang Petersen, John Anthony Aniston y Kristie Alley.
En Argentina hubo dolorosas pérdidas de figuras históricas. Una de ellas fue las del actor y humorista Enrique Pinti, uno de los mayores capocómicos de la vecina orilla, quien falleció a los 82 años. Cariltos Balá, Pinky, Cacho Fontana —y dos días después de su exesposa, Liliana Caldini —, Arturo Bonín, Rodolfo Bebán, Diana Maggi y Lino Patalano, así como el periodista César Mascetti, integran la trágica lista.
Una de las muertes más lamentadas fue la de Gerardo Rozín. El conductor de Morfi, que durante años se transmitió por Canal 4, falleció a los 51 años a causa de un tumor cerebral. “Adiós, querido amigo”, escribió Jorge Drexler tras conocer la noticia. “Tu amor a la música se queda con nosotros, junto con tu sonrisa contagiosa. Te vamos a extrañar. Un abrazo fuerte a tu familia”.
Por otra parte, la literatura se enfrentó al fallecimiento del español Javier Marías, autor de 15 novelas —entre ellas El hombre sentimental y Corazón tan blanco— y un candidato habitual al Premio Nobel de Literatura; y al de su compatriota, el periodista Jesús Quinteros, “El perro verde”.
Finalmente,Peter Brook, uno de los directores teatrales más influyentes del siglo XX, falleció a los 97 años. En 2019 había sido galardonado en España con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, por su estatus de “maestro de generaciones” y por ser “uno de los grandes renovadores de las artes escénicas, con montajes de alto compromiso estético y social”. Su pieza más conocida es El Mahabharata, epopeya de nueve horas de la mitología hindú, creada en 1985 y adaptada al cine en 1989.
Muchas más figuras nos dejaron en 2022, pero siguen vivas gracias a su obra. Y ese es un legado imborrable.