El País de Madrid
Comenzó ayer el juicio a Alec Baldwin, dos años y ocho meses después de la tragedia ocurrida en el rodaje del western Rust. El actor y protagonista de la película enfrenta un solitario cargo de homicidio involuntario por la muerte de la cineasta Halyna Hutchins.

Durante los próximos ocho días la Fiscalía intentará probar más allá de la duda razonable que Baldwin utilizó con descuido un revólver. El famoso actor, quien tiene cientos de títulos en su filmografía y es uno de los rostros más reconocidos en la pantalla, se sienta al fin en el banquillo de los acusados. Esto, a pesar de que sus abogados hicieron lo posible por evitarlo y han culpado a otros miembros de la producción.

A continuación, un repaso a los protagonistas del proceso:

Alec Rae Baldwin III, uno de los actores más reconocidos de Hollywood, comenzó su carrera en los años 80 con la serie Los doctores, donde interpretaba al médico Billy Allison Aldrich. Más de 40 años después, una larga trayectoria que incluye dos Globos de Oro por la comedia 30 Rock y una nominación al Oscar lo han consolidado. Hoy un protagónico lo tiene en una corte de Nuevo México acusado de homicidio involuntario.

Baldwin interpretaba a Harlan Rust, un veterano forajido que acude al rescate de su nieto condenado a la horca. La mañana del 21 de octubre de 2021, Baldwin empuñaba un revólver Colt durante un ensayo. La pistola se disparó hiriendo al director de la película y matando a la directora de fotografía, quien sostenía la cámara. Baldwin sostiene que nunca apretó el gatillo y que nunca pensó que una bala de verdad estuviera dentro del arma. Si el jurado lo declara culpable podría pasar 18 meses en prisión.

Hutchins tenía 42 años y era una cineasta basada en Los Ángeles, adonde vivía después de haber migrado desde su Ucrania natal. Halyna creció en su país en una base militar soviética cercana al círculo polar ártico. En Kiev estudió Periodismo Internacional y auxilió en la investigación de algunos documentales británicos. En 2015 se reinventó como cineasta con estudios en la UCLA de Los Ángeles y el American Film Institute (AFI).

Antes de Rust, había trabajado en Archenemy (2020), una película independiente de superhéroes que estuvo en el festival de Sitges. Tras su muerte, Matthew Hutchins, su esposo por 16 años y con quien tenía un hijo, demandó a la producción. Logró un acuerdo judicial que lo convierte en productor de la pelicula, lo que le permite una parte de las ganancias si es que el proyecto se estrena algún día. De forma paralela, los padres de Halyna y su hermana menor demandaron a los productores desde Ucrania en busca de un monto indeterminado para resarcir el daño.

Foto: Ross D. Franklin/AFP fotos

Son dos experimentados letrados de Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, un importante despacho de Nueva York donde los sueldos más bajos comienzan en los 225.000 dólares anuales. Los apellidos de Nikas y Spiro son habituales en las listas de los mejores abogados del país. Ambos egresaron con honores de la escuela de Derecho de Harvard y tienen una larga experiencia litigando casos civiles y penales.

Nikas trabajó hace varios años en uno de los mayores escándalos del mundo del arte, cuando defendió a la directora de una histórica galería de Nueva York acusada de vender a coleccionistas obras de arte falsificadas. Hoy vuelve a estar bajo los reflectores de un gran caso mediático. El agresivo estilo de la defensa en el caso Rust ha quedado asentado desde hace tiempo. Los abogados tumbaron a las dos primeras fiscales especiales, Mary Carmack Altwies y Andrea Reeb, quienes se encargaron del proceso en su etapa más temprana. Con su renuncia apareció en escena la fiscal Kari Morrissey.

Foto: Ross D. Franklin/AFP fotos

Mientras Nikas y Spiro provienen de la élite jurídica de Estados Unidos, la fiscal principal del caso es lo opuesto. Morrissey es egresada de la universidad estatal y ha hecho la mayoría de su carrera, de más de 20 años, en Nuevo México. Se especializa en casos penales y en algunos de derechos civiles y ha dirigido la acusación en cientos de juicios. Después de tomar el testigo de las fiscales que abandonaron el caso el año pasado, Morrissey ha mostrado carácter para enfrentar al dúo de la defensa, con quien ha protagonizado algunos choques durante las audiencias preparatorias.

La fiscal también contará con la ayuda de Erlinda Johnson, quien se sumó al equipo hace apenas tres meses y quien viene de llevar un gran caso de corrupción contra una destacada política estatal que usó dinero de su campaña para apostar en casinos.

Foto: Ross D. Franklin/AFP fotos

La jueza Marlowe llegó al primer distrito judicial del Estado nombrada en 2010 por el gobernador Bill Richardson, uno de los viejos barones del partido Demócrata. Desde ese año se ha mantenido como una de las mejor valoradas en la capital de Nuevo México.

El 83% de los abogados que han pasado por su tribunal asegura que es íntegra. El 99% de los jurados la considera justa e imparcial, de acuerdo a sus evaluaciones públicas. Sobre todo, las partes destacan su puntualidad y atención a los detalles en los procedimientos, lo que permite que los juicios se desarrollen en el tiempo que se fija. El juicio a Baldwin está planteado para tomar ocho días hasta el viernes 19 de julio, sin contar el tiempo que los 12 integrantes del jurado tomarán para deliberar.

Foto: Luis Sanchez (AFP)

Tanto la defensa como las fiscales han elaborado una larga lista de testigos que desfilarán por la corte de la jueza Sommer en los próximos días. Solo un puñado de personas estuvo dentro del decorado del rodaje donde ocurrió la tragedia. Uno de ellos es el director y escritor de Rust, Joel Souza, quien resultó lesionado en el incidente con la misma bala que mató a Hutchins. Su asistente, David Halls, es otro de los que han sido llamados en el juicio. Halls tenía entre sus responsabilidades revisar el arma que disparó la bala de verdad antes de entregársela a Baldwin y decidió colaborar con la Fiscalía para tener una sentencia reducida en el delito de manejo negligente de un arma de fuego.

Otra de las versiones que serán escuchadas con mucha atención será la de Zach Sneesby, un técnico de sonido que estaba presente durante el accidente. En las audiencias preparatorias afirmó haber visto a Baldwin apretar el gatillo del revólver Colt. Debe de repetir esa afirmación ante los miembros del jurado.

Otro nombre flotará en el aire los próximos días: el de la armera de la producción, Hannah Gutierrez-Reed, quien ya cumple una sentencia de 18 meses por este caso. La defensa intenta responabilizar a la inexperta mujer del incidente. No está claro que la jueza Marlowe permita a Gutierrez-Reed testificar desde el estrado. La armera se ha mostrado reticente de colaborar en este proceso.