Redacción El País
Rafa Cotelo y Emilia Díaz fueron invitados a Imperfectos El Show, y fiel al estilo descontracturado que propone el programa de streaming que conduce Gaspar Valverde, compartieron varias anécdotas e intimidades. Entre los relatos, se destacó una confesión que hizo el comunicador, humorista y gerente de Grupo Magnolio: contó que el motivo que lo llevó a terapia años atrás fue la incertidumbre laboral.

El disparador para la revelación fue el diálogo inicial con Emilia Díaz, que hoy está lejos de la pantalla y del Carnaval. La actriz se refirió a las condiciones de trabajo en los medios locales, mencionó que no tienen los mismos derechos que la mayoría de los trabajadores al ser contratados, y salió el tema de las jubilaciones y el monto a cobrar luego del retiro.

"Yo tengo unipersonal hace 20 años, te jubilás con el mínimo, salvo que los últimos años empieces a aportar por tu cuenta para engrosar esa jubilación mínima, después de años de aportes, o tengas capacidad de ahorro, o conducta de", se quejó en relación al sistema de unipersonal por el cual deben facturar los empleados de los medios.

Entonces expresó: "El primer tema que me llevó a terapia fue que me atormentaba esa incertidumbre". Y contó entre risas que luego otro tema lo sacó de esa terapia, ya que el psicólogo le contó que se casaba y que la novia era la propia Emilia Díaz.

Más allá de los asuntos legales, dijo, esa inseguridad de no saber si al otro día vas a tener trabajo, "me genera mucha ansiedad, nerviosismo y angustia". Y sorprendió al comentar que durante muchos años no usó tarjeta de crédito ni se metió en ninguna cuota pensando que no sabía qué podía suceder con su situación laboral.

Foto: Captura de Instagram @chiquiabadie

En otro tramo de la entrevista recordó que cuando iba dos años de terapia, volvió a traer ese tema a colación y su psicólogo le hizo reflexionar lo siguiente: "Hace dos años que me dijiste esto, y si bien tenés razón, que puede suceder, por la vía de los hechos no está pasando, entonces no te estés haciendo dramas por temas que no están sucediendo ahora. En todo caso, tomá decisiones o medidas para prevenirlas por si llegan".

En ese momento salieron a colación los negocios fallidos que tuvo en un momento, como cuando se metió en una franquicia de heladerías con Gustavo Rey o el restaurante por Pocitos que puso con Diego Sorondo y Maxi de la Cruz, también amigos, y le dejó una cantidad de deudas.

"Eso también es un tema. En determinado momento hacés un manguito y qué hacés. Y no sabés", expresó en relación a esa inversión que llevó a cabo por temor a que su fama se esfumara de un día para el otro.

No es la primera vez que el conductor de La mesa de los galanes (Del Sol), Sonríe (Canal 10) y Uruguayos en el mundo (Canal 10) hace mención a este problema que tanto lo desvela. En una ocasión dijo a El País que vivía cansado físicamente porque agarraba todo lo que podía porque no sabía cuánto tiempo le quedaba de vida útil en los medios.

"Descansar implica rechazar laburo que aparece una vez: te llaman para un evento, una alfombra roja un stand up o una murga. Y yo si la dejo pasar, esa plata que estaba picando no la agarré, entonces la agarro, y me canso y no descanso", explicó en relación a esa vorágine laboral que lo supo atrapar.

El stand up, por ejemplo, era una de esas instancias que sufría en exceso, y según contó en una reciente nota a El País, decidió dejar de hacerlos cuando se estabilizó en como gerente de Magnolio.

"Padecía tanto los eventos que en un momento dije, 'puedo prescindir de esto'. Obvio que me vendría notable hacer dos eventos por fin de semana. Si hago los números, empiezo mañana. Pero digo, '¿lo necesito para vivir o es por ambicioso, para ahorrar un mango? O para tener más confort'", reflexionó en esa ocasión.

Por último, al ser consultado por Valverde si en algún momento se arrepentía de estar en los medios y pensaba, por qué no estudié otra cosa, contestó: "Sí, en el momento antes de salir a escena. En la pata del Teatro del Verano, cuando faltan dos cuartetas y tenés que entrar, digo, '¿por qué no estudié?, ¿qué hago acá?' Me da mucha vergüenza. Pero entrás, explota y es divino".