Rosina Beltrán y la vida después de de "Gran Hermano": el abandono de su padre y su plan a futuro con Uruguay

Rosina fue eliminada de "Gran Hermano" el domingo pasado, y a pesar de que se proyectaba como una posible finalista. Tras salir del reality, habló de su juego, su historia familiar y de qué le gustaría hacer con su carrera.

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Rosina Beltrán.
Foto: Captura de Instagram @rosinabeltranv.

Martín Fernández Cruz, La Nación/GDA*
Tenía proyección de finalista y una de las personalidades más sobresalientes de la casa, pero el juego es así. El domingo pasado y ante la sorpresa de sus compañeros, Rosina Beltrán fue eliminada de Gran Hermano Argentina.

Era la mitad de la cuota uruguaya de la temporada (la otra es Bautista Mascia, cantante), y para entrar al reality tuvo que abandonar su vida de profesora de inglés en un jardín de infantes y personal trainer con sueños de artista.

Ahora, que es momento de empezar a retomar todo eso, Beltrán mira hacia adelante. De eso y más va esta entrevista.

—¿Qué balance hacés de tu paso por el juego?

—Mi balance es que estoy muy feliz, cumplí un gran sueño y disfruté cada día en la casa. Siempre fui yo, me mostré auténtica y disfruté mucho la experiencia. Mi juego siempre fue ser yo misma, sin confrontar y viviendo en mi mundo.

—¿Te acercaste a alguien por estrategia o los vínculos que tejiste fueron genuinos?

—Si hay algo que no me gustaba hacer en la casa, era acercarme a alguien por estrategia o por conveniencia. Nunca hice eso, no lo comparto y no va con mi forma de ser. Entiendo que hay muchos jugadores que lo pueden hacer y me parece bárbaro. Es algo válido, pero yo soy fiel a mí misma, a mis valores y a lo que sentía en ese momento. Las personas con las que construí un vínculo muy cercano fueron con Nico (Grosman) y Zoe (Bogach), que fueron mis grandes contenciones adentro de la casa. Y antes también Luchi (Maidana).

—¿Cómo describirías la relación con Lucía hoy? Porque ella se mostró muy ansiosa por reencontrarse con vos...

Te soy sincera, recién salgo de la casa, estuve tres meses y medio aislada y me dieron el celular 15 minutos hoy y media hora ayer. Así que estoy aterrizando a esta nueva vida, cayendo a la realidad. Pero hoy te puedo decir que nosotras somos muy amigas.

-Vos y Joel coincidieron adentro de la casa, pero ya se conocían de antes, ¿cómo es esa historia?

-La realidad es que antes no hubo relación. Sí nos conocíamos y nos vimos un par de veces. Yo lo quiero mucho a Joe, nos llevamos súper bien. En su momento hubo mucha onda, pero quedó ahí y en la casa se dio así, no fluyó.

—Mostraste una forma de ser muy inocente en la casa y eso a algunos les cayó simpático y a otros, impostado. ¿Cómo sos?

Adentro de la casa se me juzgó mucho por mi forma de ser, y como me vieron es como soy. Desde el día uno en la casa y hasta que me fui, siempre fui igual. Soy alegre, divertida, auténtica y me muestro como soy. Se me juzgó un montón, pero siempre fui fiel a mí misma; ya me van a conocer y podrán ver que soy así. La gente que me conoce, mis amigas, saben que Rosi es así, ojalá siempre pueda conservar mi niña interior. Reconozco que soy un poco inocente, pero también soy una mujer madura en otros aspectos. En la casa estaba cumpliendo mi gran sueño de que me conozcan y poder explotar mi lado artístico porque me encanta el baile y la actuación. Yo empezaba todos los días con una sonrisa porque el reality es una experiencia única. Entonces, ¿cómo no iba a estar feliz?

—Antes de entrar a Gran Hermano, ¿vivías en Uruguay?

-Siempre viví en Uruguay, desde chiquita. Tengo familia en Buenos Aires, pero siempre viví en Montevideo. En mi vida diaria yo daba clase de inglés a niños, trabajaba en un club dando lecciones personalizadas de entrenamiento, hacía publicidad y estudiaba actuación y baile. Yo estaba todo el día a full, y también trabajaba con mis redes.

-Contame un poco sobre la relación con tu mamá...

-Yo soy hija única y con mamá somos muy pegotas, la amo y es todo para mí. Me apoya en todo, le cuento todo, es mi gran sostén y mi pilar fundamental.

-De tu papá hablaste poco en la casa. ¿Cómo es esa relación?

-Cuando yo tenía dos años, él se fue a vivir a los Estados Unidos y perdí vínculo. Me abandonó, esa es la realidad; me cuesta decirlo, pero es así. Siendo más grande, nos volvimos a reencontrar, pero siempre fue una persona muy ausente en mi vida. Realmente ahora no tengo vínculo con mi padre ni con la familia de su parte. Obviamente que fue muy duro para mí atravesar mi infancia sin una figura masculina. Pero gracias a Dios tengo una madre de oro, que hizo de madre y padre a la vez, alguien que me dio todo. Estoy muy orgullosa de ella.

-A raíz de la exposición, ¿fantaseás con la posibilidad de un reencuentro con tu padre?

-Ayer le pregunté a mi madre si había aparecido mi papá, pero me dijo que no. Tampoco es que yo lo espero, pero le pregunté por las dudas, era algo que quería saber. Pero ahora quiero enfocarme en todo lo que se viene porque lo más lindo que me llevo de la casa es todo el cariño que estoy recibiendo.

-Durante tu estadía en el reality, los televidentes te vieron contenta o triste, pero nunca muy enojada. ¿Cuáles son las cosas que te hacen enfurecer?

-¿No me vieron enojada? Tuve algún que otro encontronazo con Emma (Vich). Con respecto a mi vida, me enoja mucho la mentira y la injusticia. Soy una persona que no es fácil de hacer enojar, pero si me enojo no pasa nada bueno. Así como tengo carácter alegre, ¡imagínate a Rosina enojada!

-¿Que te gustaría a futuro?

-A mí siempre me apasionó la actuación, que fue lo que estudié y también el baile. La conducción también me gusta, pero no me quiero encasillar. Me gusta la parte artística, me veo en ese camino.

-¿Qué es lo que más te gusta de tu personalidad, y lo que menos?

-Lo que más me gusta es mi energía, el ser auténtica, el darle siempre para adelante pese a las adversidades de la vida, y ser una guerrera que nunca baja los brazos. Lo que menos me gusta, son dos cosas. Una es que soy muy desordenada, eso es algo que trato de mejorar, pero me cuesta un montón y la otra, es que a veces soy muy frontal y quizá por eso choco con otra persona cuando le digo algo. Yo trabajo mucho el cómo decir las cosas porque a veces ser tan sincera puede no caer tan bien.

-¿Te mudarías a Buenos Aires?

-Tengo pensado quedarme acá un tiempo, pero quiero ir viendo. Obviamente, planeo ir a Uruguay a visitar a mi gente y a todas las personitas que me hicieron el aguante.

*Esta es una versión modificada de la nota original de La Nación.

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