Entrevista
La actriz mexicana lanzó "Bliss", una película de ciencia-ficción con Owen Wilson y dice necesitar que las películas vuelvan a las salas
ASalma Hayekno le va nada mal en el "streaming". Como productora está trabajando con Netflix y HBO Max y como actriz estrena ahora Bliss de Amazon. Sin embargo, la estrella mexicana se mostró muy preocupada por la compleja e incierta situación que atraviesa la gran pantalla.
"Románticamente, me da mucha tristeza lo que le pueda pasar al cine", dijo en una entrevista con Efe.
A la espera de que las salas vuelvan a la normalidad, Hayek presenta mañana en Amazon la cinta Bliss ,una singular combinación de ciencia-ficción y drama sentimental que ha dirigido Mike Cahill y donde comparte protagonismo con Owen Wilson.
Bliss comienza con el encuentro de Greg (Wilson), un hombre desubicado en el trabajo y que se acaba de divorciar, e Isabel (Hayek), una enigmática mujer que le asegura que este mundo es solo una réplica terrible, corrupta y llena de fallos del universo real, que es ideal y perfecto.
Como un giro invertido de The Matrix (1999), Bliss renuncia a distopías y conspiraciones tecnológicas, encierra un mensaje de fe en la humanidad y toca temas íntimos como la familia, el amor, las adicciones y el sentido de la vida.
—Estamos acostumbrados a ver películas de ciencia-ficción oscuras y trágicas, pero Bliss es bastante optimista.
—Creo que parte de lo que la hace diferente es que la mayoría de películas de ciencia-ficción se van a una realidad donde tienes que ir a salvar el mundo, hablan de conceptos mucho más grandes y elaborados...
—Pero esta es una historia de amor en ciencia-ficción que está más enfocada en sentimientos humanos y en las debilidades humanas: las cosas pequeñas que son tan profundas.
—Hay dos formas de ver la película. Puede ser una historia de dos mundos, uno simulado y otro real; o puedes interpretarla como una historia de adicción en donde, a través de las drogas, estos dos amantes crean un escape de su realidad intolerable. Trata temas que son importantes ahora más que nunca. ¿Qué es la verdad? Ves las noticias y no sabes qué es verdad, qué es mentira (...). Y otra cosa muy importante que toca es la apreciación de las cosas. Ellos vienen del mundo de Bliss donde todo es perfecto. Mi personaje crea este otro mundo donde todo es horrible para que la gente pueda experimentar lo difícil o lo feo, porque en este mundo de Bliss la gente ya no aprecia las cosas bellas. Tengo una frase donde digo: “Es increíble lo rápido que nos acostumbramos a la belleza”. Y ahora, con estos encierros que hemos tenido de cuarentenas, cuánto hemos aprendido a apreciar el ir a tomarte una cerveza con los amigos, escuchar la risa cara a cara, ver la sonrisa de la gente en la calle, poder viajar, ver familiares y gente que quieres...
—Si le ofrecieran ir a un mundo perfecto e ideal como el de Bliss, ¿dejaría usted atrás el mundo en que vivimos?
—Depende de quién esté en el otro y quién esté acá. Al final, lo más importante del mundo es con quién lo compartes. Si mi familia está acá, me quedo acá en las circunstancias que sean, no me importa qué mundo me ofrezcas. No hay una madre que no te diga eso.
—La parte más romántica la trabajan entre Owen Wilson y usted.
—Dios mío, es un personaje fuera de serie el Owen Wilson, qué cosa (sonríe). A Mike (Cahill) y a mí nos gusta hablar mucho y trabajar mucho antes. Estuvimos mucho tiempo investigando juntos, y finalmente se aparece Owen para ensayar. Llegó a mi casa y me dijo: “Oye, no tienes comida?”. Le dije: “Sí. ¿Tienes hambre, te hago algo?”. Y él: “Sí, hazme algo. Ah, que sea mexicano... Ah, que tenga algo que pique... Dame más, me gustó...”. Yo cocinaba y hablaba, Mike hablaba, y él decía: “Sí, claro, tienen razón, ajá”. Y de repente dijo: “Bueno, pues muchas gracias, adiós”. Y yo: “Pues espérate, hay que ensayar...”. Y él: “No, ya lo tengo”. Nos quedamos como así, pero en el momento en que se presentó a trabajar estaba fantástico, fue divertidísimo. Tiene una mente increíblemente creativa y fue muy fácil. Fue increíble: me encantó trabajar con él y con el director.
—Cahill también la piropea: “Salma es una persona única en el mundo”.
—Tengo una cabeza muy abierta y me gusta mucho aprender. Tengo mucha curiosidad y mucha imaginación. Y él también. Sabe mucho de muchas cosas. Para mí fue un privilegio grandísimo porque además las comparte con humildad, te provoca, te hace más inteligente. Te hace pensar, lo adoro de verdad (...) Te hace sentir valorada, te inspira. Creo que vamos a volver a trabajar juntos.
—Bliss se estrenó en streaming, usted firmó un acuerdo con HBO Max para desarrollar proyectos... ¿Qué oportunidades ve en las plataformas?
—Lo que tengo con HBO Max es como productora. También estamos con otros canales que ya teníamos proyectos antes. Ahorita tengo una serie con Netflix, Monarca, que estamos en la segunda temporada. Hay mucho más trabajo por hacer. Pero a mí, y esto es muy personal aunque esté muy contenta con el trabajo, románticamente me da mucha tristeza lo que le pueda pasar al cine. Lo sufro, lo sufro. Tú eres más joven...
—No tanto, no tanto...
—... y quizá no estás tan enamorado de la magia de llegar al cine y ver cómo se abre esa ventana y te transporta a otro universo, en una sala llena de extraños que tienen los mismos sueño