Santiago Plaz: su carrera en el tango, los temas "machistas" que ya no canta y su romance con Cintia Caballero

El cantante de tango presenta su espectáculo "Cantares Criollos" este sábado 17 de agosto en Magnolio Sala. Habla de su romance con Cintia Caballero y de las canciones clásicas que tienen un "machismo insportable".

Compartir esta noticia
Santiago Plaz.
Santiago Plaz.

Con 36 años, es uno de los artistas de tango uruguayos más escuchados del momento. Santiago Plaz invoca a los viejos referentes y aporta una nueva mirada a un género que siempre vuelve. Antes de presentar su espectáculo Cantares Criollos (este sábado 17 de agosto en Magnolio Sala), el artista reflexiona sobre las letras del género que hoy no resisten una mirada de género. Además, habla de su trabajo como piloto de avión y de su historia de amor con la panelista de Algo Contigo Cintia Caballero.

—¿Cómo es el público que consume tango en Uruguay?

Variado. Tenés obviamente mucho público veterano, pero también mucha de mediana edad, de entre 45 y 65 años que lo está descubriendo. Y después hay mucha gente joven vinculada al mundo del baile, que por el hecho de empezar a bailar tango le empieza a gusta esta música y arranca a interiorizarse un poquito más.

—¿Cuándo te empezó a llamar la atención este género en particular?

—De toda la vida, viene de una cuestión familiar. Tuve abuelos tangueros que marcaron ese rumbo. Yo lo escuchaba mucho a través de ellos, pero después de cantar folklore me reencontré con el tango cuando empecé a trabajar en una casa de espectáculos de Montevideo que se llama El Milongón. Uno de los cantantes de tango del lugar me escuchó y me dijo "tu timbre de voz es para el tango".

Santiago Plaz.
Santiago Plaz.

—¿Los que consumen tango tienen apertura para escuchar temas nuevos o siempre se vuelve a los clásicos?

—Hay apertura. Hay muchos autores nuevos que le ponen letras nuevas a un género que también se va adaptando y va saliendo de los viejos estereotipos, sobre todo por el lugar machista que tenía esta música. Obviamente el tango tuvo que dejar eso porque la sociedad también lo fue dejando.

—¿Tuvo que reinventarse para salir de ese lugar?

—Está en eso. El tango es un género con un potencial muy grande: es una música que muy cautivante, tiene letras que están excelentes con una profundidad de significado brutal, y además de todo tiene la particularidad de que la música y el baile son muy espectaculares. Eso hace que sea fácil montar un show alrededor de este género.

—¿Hay himnos del tango que te gusten pero que prefieras no cantar por el contenido que tienen?

—Sí, hay un tango que me gustó toda la vida que se llama Mano a mano. Lo cantó Gardel y lo cantó Julio Sosa, pero por las cosas que dice ya no lo incluyo en el repertorio. Yo creo que hay que mirar las cosas en su contexto histórico, pero si al decirlas hoy quedan viejas prefiero evitarlas. Mano a mano es un tango que canto únicamente si me lo pide la platea entera. Hay otros como La Gayola o Canchero que tienen una carga de machismo que es insoportable. A esta altura no los canto porque no me representan. Capaz que en algún momento los hacía por esa cercanía afectiva con el tango que viene de los abuelos, pero ellos no problematizaban estos temas. Yo me vuelco por un repertorio que tiene un abordaje maravilloso de las cuestiones profundas de la vida, como el amor, el desamor, los desencuentros y la existencia en sí.

—¿Hay una especie de Nacional-Peñarol entre los que prefieren a Julio Sosa y los que dicen que Carlos Gardel era mejor?

—Sí, hay. Están los "soseros" y los "gardeleros". A mí me gusta más Julio Sosa. Siempre fui de la vertiente más "sosera" del tango por esa forma de decir que tenía él y por esa cercanía en lo expresivo. Igualmente también escucho mucho a Gardel porque realmente el tipo vocalmente era súperdotado. Después entre los argentinos los mejores son Roberto Goyeneche y Rubén Juárez.

—¿El cantante de tango debería tener alguna noción de cómo bailarlo o son cosas que van por carriles distintos?

Lo deseable es que sepa bailar, al menos un poco. Los que estamos metidos en el mundo del tango tiramos mal o bien, por mínimo que sea, al menos un pasito. Saber bailar sería siempre un excelente plus para un cantante, sobre todo cuando te toca abordar canciones que le gustan mucho a los bailarines de tango. Entonces cuando vos vas a abordar una milonga que es más picada, un tango que es más bailable, el hecho de saber bailarlo a vos te da otra noción al momento de cantar y al momento de colocar la voz en la cadencia justa.

—Además de cantante sos piloto de avión, ¿tiene algo que ver con la música?

—Creo que el punto de conexión que tienen estas profesiones tiene que ver con la tranquilidad para resolver algún imprevisto. Arriba de un escenario surgen imprevistos o cuestiones técnicas que no dependen de la organización ni de la parte musical y uno tiene que tomarlo con calma y tener carpeta para salir de la situación. Arriba de un avión te puedo garantizar que también la calma para resolver imprevistos o cosas que se salen de lo planificado también es fundamental.

—¿Qué imprevistos has tenido arriba de un avión?

—Hemos tenido alguna emergencia leve. Yendo de copiloto tuvimos un aterrizaje que se negaba a bajar y finalmente se pudo después de 14 intentos. Después alguna cosa menor como el golpe de un ave o ese tipo de episodios que son habituales en el ejercicio del pilotaje.

—Estás en pareja con la actriz y panelista de Algo Contigo Cintia Caballero, ¿qué rol jugó lo escénico en el inicio de su historia de amor?

Lo escénico nos juntó porque esto surgió a partir de un conocido en común que fue compañero en una obra que ella protagonizaba que se llamaba Tu cuna fue un conventillo. Ahí estaba un gran bailarín de tango y muy amigo mío que la conoció a Cintia en ese momento y nos presentó. Sin embargo recién retomamos el diálogo en 2021 cuando me invitó a ver una obra que protagonizaba que se llamaba Es Complicado y a los pocos días me fue a ver cantar en el bar Funfún. Ahí empezó a surgir lentamente esta relación que ya lleva casi tres años y está súper consolidada.

—¿Qué atributo destacarías en la relación?

—Es una persona muy especial que vino a poner orden en mi vida. Fue un encuentro que se nos dio cuando los dos ya estábamos grandes y teníamos un montón de cosas vividas. Es una persona maravillosa que valoro y cuido todos los días, porque realmente en mi caso no había experimentado ni un sentimiento, ni una relación de las características de las que por suerte que tenemos y hemos podido construir. Por la naturaleza de nuestro trabajo artístico a veces es muy difícil encontrar a alguien con quien se comparta un código tan claro en el que se entiende que uno sale de noche a trabajar y no a disfrutar. No muchos entienden que la mayor parte de nuestro trabajo se desarrolla de noche, cuando la mayoría está disfrutando. Es una de las primeras personas a la que yo no le tengo que explicar absolutamente nada de esto.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar