LA NACIÓN / GDA
En el cuerpo de Silvina Luna, la actriz y conductora argentina de 43 años fallecida el 31 de agosto pasado después de haber estado 79 días internada, se “observaron trombosis venosas y tromboembolismo pulmonar, en principio, idóneas para el mecanismo mortal”.

Así lo reflejó el resultado final de la autopsia que Centro de Asistencia Judicial Federal del Departamento de Tanatología de la Morgue Judicial le entregó a las autoridades judiciales que investigan las causas del fallecimiento de Luna.

El informe de la necropsia detalló, en sus párrafos finales, que “la muerte de Silvina Luna, determinada macroscópicamente, ha sido: causas a determinar”. Y enumeró una extensa lista de estudios complementarios para establecer, finalmente, qué provocó el fallecimiento de la exmodelo.

Entre los estudios a realizar se indica estudio de corazón entero, de encéfalo entero, hipófisis, ambos riñones (sistema urinario excretor resecado en bloque que incluye glándulas supra-renales, uréteres, sistema aorto-cava, tejido retroperitoneal adiposo, ganglios linfáticos y vejiga).

Además, se analizarán fragmentos de pulmones, hígado, bazo y páncreas. Asimismo, se estudiará el cuello (complejo linguo-hioideo-laringo-traqueal con tiroides y paratiroides), también el sistema digestivo, la médula ósea, piel grasa y músculo de la región glútea derecha y la izquierda y una formación nodular adherida al nervio ciático izquierdo.

“Se pudo extraer material que había sido oportunamente inyectado, suponemos, por Lotocki”, había dichoFernando Burlando después de que se practicara la autopsia. El abogado representó a Silvina Luna en el juicio donde el médico fue condenado por lesiones graves y ahora es el letrado del hermano de la conductora, Ezequiel.

De la autopsia participaron las doctoras del Cuerpo Médico Forense (CMF) María Laura Pastorino Fasciolo y Claudia Zuñiga Teppa; los doctores Santiago Maffia Bizozero, Alejandro Vega, Cristina Bustos, Miriam Matoso, Mariano Brezezinski; el técnico radiólogo Hugo Pérsico, y una persona que se encargó de filmar la necropsia y otra que tuvo como tarea hacer las fotografias. Burlando y su colega Alejandro Díaz observaron la operació “por el ojo de buey”, según se dejó constancia.