ENTREVISTA
La actriz y conductora habla de su vida en Uruguay, la serie "Porno y helado" y hasta se anima a recomendar algunas series
No hay manera de que, en la lista de cosas que uno puede esperar que ocurran un sábado de tarde, esté recibir una llamada y que del otro lado digan: “¿Hola Nicolás?, soy Susana Giménez”. Simpática, amena y sin aires de diva -pese a que es una de las pocas argentinas a las que el título no le queda corto- lo primero que me pide es que no la trate de usted. Es difícil pero se cumple.
Había dos excusas para charlar con ella: hablar de China Zorrilla de quien se están por cumplir 100 años de su nacimiento y, si se podía de algunos asuntos más coyunturales, como el estreno de Porno y helado, la serie de Amazon Prime Video que la tiene en un par de capítulos y se estrena este viernes. Contó mucha cosa de China, su gran amiga, pero sus anécdotas quedan para los próximos días.
Por ahora, aún con la emoción que genera hablar con alguien como ella, aquí un repaso por la charla que tuvo, en exclusiva, El País con Susana Giménez.
Y encima me recomendó un par de series. ¡Tan así puede cambiar un sábado de tarde!
—El viernes se estrena en Amazon Prime Video la serie Porno y helado, ¿cómo se sintió este volver a la actuación?
—Nunca dejé de ser actriz porque no dejé de hacer teatro. Mi última obra fue Piel de Judas (en 2015) y siempre he hecho cosas de actuación. Pero la televisión es tan poderosa que te pone en un lugar que hace que la gente cree que no hacés otra cosa.
—¿Cómo va a ser tu participación?
—No soy la protagonista. Lo que hago es un papel corto. Amazon quiso que haga un capítulo y medio y eso es lo que hice. Lo que hago es lo que en el cine se llama cameo. Igual me encantó y me divirtió muchísimo. Filmamos en Montevideo en un momento donde había ocho series rodándose, algo increíble. Me recomendaron a Martín Piroyansky -quien es el protagonista y director- me dijeron que era un genio y me encantó que me dirija. Al principio me decía: “No la voy a poder dirigir, me va a matar”. Pero lo tranquilicé: “Estás loco, lo que más me gusta es que me dirijan”. El problema que tenía cuando hacía muchísimo cine, era que los directores no te dirigían mucho, por eso me encantó trabajar con él. Además es un elenco súper joven y parece que quedó brutal.
—¿Ya viste la serie?
—No la quise ver, me dijeron que me la mandaban antes y dije que no, porque si no llega a gustarme cómo estoy, me mato. Así que yo también la veré el viernes.
—¿Habrá otros proyectos como actriz?
—Sí porque siempre me ofrecen series. Con Amazon era para hacer esta sola, porque mi contrato no me deja hacer otras cosas que no sean con Viacom.
—¿Cómo es tu vida en Uruguay?
—Maravillosa, tranquila, pacífica. Ahora terminé de leer el diario en mi cuarto, porque si bajo los perros no me dejan leer.
—¿No extrañás la televisión?
—El último ciclo fue en 2019. El 2020 y 2021 lo pasé acá por la pandemia y me agarré el virus inmundo. Fue muy duro para mí porque quedé con algunas secuelas. En Uruguay me siento feliz, contenta. Salgo muy poco porque este lugar (La Mary) es muy grande y puedo hacer muchas cosas, salgo con los animales a correr, voy al lago y le doy de comer a los gansos, leo muchísimo y veo series. Hago de todo, siempre tengo algo que hacer, nunca me aburro y estoy muy contenta y feliz. Y hago mandalas.
—¿Encontrás en las redes sociales una forma de estar cerca de la gente?
—Sí, un poquito aunque no hago lo que tendría que hacer como subir cosas todos los días. Recién me llamó mi asistente y me dijo: “Hace mucho que no publicamos, publicá algo”. Pero yo no quiero poner cualquier cosa. Siempre trato de poner algo gracioso o una foto buena. Cuando viajo, ahí sí que me gusta mostrar. Pero publicar cosas al cuete no me gusta.
—¿Por qué decidís hacer tan privada su vida?
—Mi vida fue tan pública durante tantos años que ahora no tengo ganas de mostrarla. No lo aguantaría. Igual la gente habla, mienten e inventan cualquier cosa. Eso es increíble.
—Debe ser agotador ese nivel de exposición.
—Muy molesto pero yo trato de ignorar todo eso. En general, no veo los programas de chimentos porque tengo miedo de escuchar algo que no sea verdad (la mayoría no es verdad) y que me ponga loca. Así que no veo esos programas.
—Hablando de series. ¿Cuál me recomienda?
—En este momento estoy viendo The Gilded Age (en HBO Max) que la hizo el mismo de Downton Abbey. Amo las series de época y esas ropas, ese modo de vivir que tenían, sobre todo cuando se hacen bien, con los decorados y esas historias que son bárbaras. Antes había visto Vikingos: Valhalla.
—No te imaginaba viendo algo tan violento.
—Sí, era muy sangrienta. por suerte terminó. Me pareció fastuoso cómo estaba hecha y solamente de vestuario tuvieron que haber gastado millones de dólares porque era una cosa impresionante con pieles, cuero y unos paisajes increíbles. Pero mucha sangre, cortaban cabezas y yo decía: mi Dios. Y ahora son todas las series así, de asesinos, sangre y muerte, todas. Al final la coreana El juego del Calamar no la vi porque me dijeron que había tanta sangre... No hay mucha comedia, parece que a la gente le gustan los dramas y los policiales.
—En estos años fuera de la pantalla aparecieron algunas figuras nuevas como Jey Mammón, Guido Kaczka o Darío Barassi, ¿las conocés?
—Jey Mammón me encanta, es un genio, creo que lo voy a tener en Telefé, es brutal. Y Guido lo hace muy bien también. A algunos los conozco, pero no a todos. Veo otras cosas, ahora con la guerra miro mucho los noticieros, antes por la política nuestra y ahora porque no puedo creer lo que está pasando con Ucrania. La política es una asquerosidad, son uniones, acuerdos y todo es rarísimo, pero creo que la guerra no se la perdona nadie a Putin.
—Esos nuevos conductores tienen una forma de hacer televisión, un desparpajo, una gracia que es tuya, ¿reconocés eso en ellos?
—Sí, creo que hay que tenerlo en la televisión, para llegar a la gente hay que ser así. Hay que ser fresco, no mentir, tener carisma, y talento, porque saber llegar a la gente que es lo que uno tiene que hacer, es entretener, y esa gente la tiene porque son muy buenos en lo que hacen.