Siempre se habló de historia, y especialmente de la Segunda Guerra Mundial en casa deJuanchi Hounie. Motivos no faltaban. Su abuelo materno era historiador y profesor, y solía contar cómo había ido hasta la rambla para ver la Batalla del Río de la Plata en diciembre de 1939. Además, el bisabuelo paterno del comunicador fue médico y soldado por Francia en la Primera Guerra Mundial. Por un acto heroico le dieron la Legión de Honor, y una espada que Hounie todavía conserva.

Y ese gusto por lo histórico ha atravesado la carrera de Hounie, quien conduce dos programas en Del Sol (Doble click de mañana y Fácil desviarse a la tarde) y está al frente de Blitzkrieg Pop, un podcast sobre la segunda guerra mundial que tiene más de 200.000 escuchas mensuales en Spotify para sus, por ahora, 35 episodios.

“Esas cifras con un buen empuje para el podcast, porque significa que hay gente que es fanática de la Segunda Guerra”, comenta.

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Hounie también estuvo al frente del podcast de El País que acompañó la colección Aviones de la Segunda Guerra Mundial, y ahora regresó para conducir uno para Soldados de la Segunda Guerra Mundial.

Lanzado el 14 de junio, el coleccionable con 15 fieles reproducciones metálicas de los soldados, tiene un costo de 470 pesos. Se puede pedir al canillita de confianza, por el 2900-4141 o en el sitio de coleccionables de El País.

El primer capítulo de esta nueva colección es sobre la Legión Extranjera, y en el podcast, Hounie explica el origen del nombre y momentos destacados de ese conocido regimiento. El próximo será sobre la infantería Estadounidense, después llegará un piloto francés y habrá soldados rusos, franceses y también alemanes. Todos los lanzamientos están acompañados por un fascículo explicativo. En total son 15 entregas.

Además, antes de cada nuevo soldado se estrena un capítulo del podcast disponible en la web de El País y también por Spotify.

Allí, en menos de 10 minutos se explica la historia de algún regimiento, varias curiosidades y hasta la descripción y utilidad del uniforme de los soldados durante ese enfrentamiento.

“El uniforme no es una cosa menor”, le comenta Hounie a El País. “Para la operación Barbarroja, cuando el 22 de julio de 1941 Hitler decide invadir la Unión Soviética, los alemanes querían hacer una campaña rápida, de seis meses antes del invierno. Para poder lograr vencer al Ejército Rojo, esa era la posibilidad que tenían. El problema es que la invasión no fue en el tiempo pensado, llegó el invierno, no tenían uniformes acorde, y los soldados se morían de frío. Entonces, el uniforme pasó a ser, para el soldado, una cuestión de vida o muerte, y eso es interesante para contar”.

“Podés hablar del uniforme, incluso desde el punto de vista de la estratificación jerárquica y social en la Marina”, dice. “No eran iguales los uniformes de los que estaban en los barcos de guerra que los de los submarinos. Esos no eran la crema de la marina”.

A partir de esos uniformes se pueden contar las marcadas diferencias que existían a nivel social, pero también económico en los ejércitos.

“También se puede contar cómo era la vida de un submarinista de la Segunda Guerra Mundial. Hay tanto para decir que siempre necesito recortar los textos”, comenta.

“El interés por la Segunda Guerra es brutal, y se ve reflejado en los podcasts, películas, libros y en estas colecciones de El País”, dice Hounie. “Sale una sobre aviones y se venden como pan caliente, eso demuestra que es algo bastante extendido por la importancia que tuvo el conflicto”.

Si bien conduce podcast y hace intervenciones sobre historia en sus programas de radio, Hounie aclara que es un aficionado.

“Me encanta leer, pero no soy ni profesor de historia, ni historiador, ni alguien con credenciales previas”.

Lo suyo es, en definitiva, una pasión, desde chico, por la historia.

—La semana pasada se habló del águila del Graf Spee en Fácil desviarse, pero no estuviste. Imagino que tenés una opinión sobre el tema.
—Sí. Mi opinión es que se conserve el águila. Todo lo que remite a acontecimientos históricos y puedan conservarse, así debería de ser. Uruguay ya tiene un memorial de la Batalla del Río de la Plata, en Punta del Este donde está en ancla del Exeter, uno de los barcos ingleses que participó. También están en el país el ancla y el telémetro del Graf Spee. Uruguay podría comprometerse a generar algo más acabado, como un museo, donde se recuerde el único evento de batalla que hubo en nuestras costas durante el conflicto bélico más importante en la historia de la humanidad.

—Hubo posturas en contra de preservar el águla.
—Me parece que esa discusión se debería laudar con el hecho de recordar el pasado, y preservarlo en un contexto. La Segunda Guerra Mundial es un momento donde la humanidad llegó al paroxismo de la brutalidad. Era pleno siglo XX, con corrientes del racionalismo y pensamiento pacífico, el ser humano era mucho más civilizado, y aún así se da una guerra total donde las consecuencias de la barbarie acabaron en una instrumentación científica y logística para eliminar a toda una comunidad como los judíos, entre otros más.