ENTREVISTA

Andrés Parra está en un gran momento. Sólo este año protagonizó El presidente, la miniserie de Amazon Prime Video sobre la corrupción en la FIFA, y ahora estrenó en Netflix El robo del siglo, la cual está entre las tendencias en nuestro país. Antes fue Pablo Escobar en El patrón del mal y Hugo Chávez en El comandante, por lo que, en realidad, su gran momento va más allá de este año.

En una charla exclusiva con El País, Parra habla de su carrera, sus personajes y el éxito.

—¿Qué precisa un proyecto para que le resulte interesante?

—Depende de muchas cosas, el equipo, los actores, a veces del director, el momento en el que esté yo, o de la historia. Siempre hay un motivo pero no tengo una razón. Tiene que haber un clic. Más bien tengo claridad en lo que no quiero hacer, ese es mi radar.

—¿Y qué no le gusta hacer?

—Las historias de narcos ya no me interesan para nada. Lo que es demasiado comercial tampoco me interesa mucho. Me va lo que pueda incomodar o invitar a reflexionar. No soy de hacer películas ligeras.

—Ha sido Pablo Escobar, Hugo Chávez y Sergio Jadue en El Presidente, ¿cómo es su preparación para esos personajes?

—Lo que hago es pasar mucho tiempo en mi escritorio trabajando en el computador. Eso es lo que me ha salvado. Como me meto en compromisos tan complicados, lo que hago es trabajar lo más que pueda.

—¿Qué le interesó de la serie El Presidente?

—El mundo del fútbol. No sabía nada de fútbol y me parecía una serie ganadora hablar de la FIFA, del escándalo, de la corrupción y de todo lo que se maneja en el interior del espectáculo que más moviliza en el mundo. Para mí era atractivo.

—¿Cómo adquirió el acento de los chilenos?

—Horas y horas sentado frente al computador oyendo hablar a los chilenos.

—También está en El robo del siglo de Netflix. ¿Le sorprendió que se volviera éxito?

—Estamos sorprendidos y felices porque ha tenido una buena acogida en Colombia. La serie tiene un nivel muy importante y estoy muy feliz con esta serie, porque esto es muy impredecible, pero por suerte la gente está entusiasmada y nosotros también.

—¿Siente que el que aparezca su nombre un elenco influye para que la gente se sume a ver una serie o película?

—No sé porque también he estado en grandes fracasos. Hay muchas cosas que se tienen que juntar para que una serie llame la atención. Es muy raro conseguir un éxito. Lo normal es que hagas series y no pase mucho, y creo que le pasa a la mayoría de los actores. No hay un actor que convierta todo lo que hace en un éxito. Incluso podemos pensar en los de Hollywood, y la lista que tienen éxitos monumentales es cortita. Me refiero a éxitos como el de Titanic, Guasón o Forrest Gump, películas que se convirtieron en referentes de un momento. Son pocos los actores que repiten esa experiencia.

—¿Ya tuvo su serie éxitosa?

-Me atrevería con mucha modestia a pensar que El patrón del mal fue una serie que tuvo una relevancia e importancia, A mí me cambió la carrera y es difícil que otra serie o película iguale ese tamaño. Siento que tuve la suerte de contar con esa y no sé si se repetirá. Es muy pronto para pensar si El robo del siglo es un éxito. La gente está hablando de la serie y la están viendo, pero lo de actor de éxito es un mito.

—¿El éxito es una mentira?

—Sí, porque no funciona así. Mirás a los grandes actores y es muy difícil que eso sea cierto porque depende de muchos factores. Con esto no quiero decir que las demás producciones sean malas, la mayoría de las películas si el actor sabe escoger, son buenas, no necesariamente “coñazos” como decimos aquí.

—¿Recibe muchos proyectos?

—No tantos. No tengo el escritorio lleno de libretos, no he llegado a ese nivel, espero llegar. Sí es verdad que cada vez soy más cuidadoso para aceptar un proyecto por el tipo de carrera que quiero llevar, pero no es que mi escritorio esté lleno de propuestas. ¡Estoy sin trabajo desde diciembre!

—¿Cómo llevas estos meses de inactividad?

—Cocinando con mi esposa y mis dos hijos, entrenando. Me gusta mucho andar en bicicleta así que tengo un simulador en la casa. Soy muy ermitaño, no salgo tanto y por la profesión que tengo estoy acostumbrado a estar sin trabajo por seis meses. Así que a mí realmente me agarró preparado. Me gusta tener un colchón que me permita estar sin trabajo un año, y soy feliz en mi casa. Soy un afortunado, un privilegiado y tengo mucho que agradecer por eso.