Dos años hubo que esperar para volver a escuchar la frase “Queridos lectores” que con la voz de Julie Andrews, da inicio a cada episodio de Bridgerton, la serie que se convirtió en un éxito desde su estreno en Netflix.
Pocos podían preveer que esta historia, basada en las novelas de Julia Quinn, ambientada en tiempos de Regencia inglesa y centrada en una familia noble, los Bridgerton del título, se convertiría en una de las producciones más exitosas de la plataforma. Actualmente las dos primeras temporadas ocupan el sexto y séptimo lugar en el Top 10 de Netflix. Los primeros cinco lugares los ocupan El juego del calamar, la cuarta temporada de Stranger Things, la primera de Merlina y la miniserie Dahmer.
La primera temporada de Bridgerton, creada por Chris Van Dusen, producida por Shonda Rhimes y estrenada en diciembre de 2020, logró atrapar a 82 millones de usuarios de la plataforma, consiguiendo más de 625 millones de horas de visionado en sus primeros 28 días. Las mejores proyecciones de la plataforma preveían 20 millones menos de usuarios, demostrando que había un público ávido por estas historias de época, amor y chismes. Y la serie, que rápidamente fue renovada hasta su cuarta temporada, hizo que los libros de Quinn volvieran a la lista de los más vendidos, 18 años después de su publicación original.
La segunda tanda de episodios, estrenados en marzo de 2022, superó la marca de su predecesora con 656 millones de horas de visualización en sus primeros días.
El éxito incluso generó una serie derivada, La reina Charlotte, que a través de dos líneas de tiempo cuenta la relación entre la princesa alemana y el monarca inglés. Este drama, también creado por Rhimes, se convirtió en tendencia y fue lo más visto en 91 países en mayo de 2023, Uruguay entre ellos.
Cada temporada de Bridgerton, al igual que los libros, cuenta la historia de amor de uno de los integrantes de esa familia, así como la realidad para las mujeres de esa época. Todo contado con elegantes vestuarios, vistosos palacios, y una banda sonora compuesta por hits de Billie Eillish, Sia, Maroon 5, BTS, Miley Cyrus, Taylor Swift y más, reinterpretadas por cuartetos de violín.
La primera temporada se centró en la joven e ingenua Daphne (Phoebe Dynevor), quien luego de ser presentada en sociedad y ser denominada “el diamante de la temporada” por la reina Charlotte (una genial Golda Rosheuvel) decide fingir una relación con el Duque de Hastings (Regé-Jean Page) que, obviamente, terminará en amor. La segunda estuvo protagonizada por el primogénito de la familia, Anthony (Jonathan Bailey) y la joven Kate Sharma (Simone Ashley), en una trama que recordaba mucho a Orgullo y prejuicio de Jane Austen.
Esta nueva temporada, que llegó el jueves a Netflix presenta algunos cambios con respecto a sus predecesoras. La primera y más notoria es que se presenta en dos partes, los cuatro episodios finales se estrenan el 13 de junio. Además, cambió de showrunner, ahora es Jess Brownell (guionista de la serie Inventando a Ana) y ya no sigue el órden de las novelas, centrando ahora la acción entre Colin Bridgerton (Luke Newton) y la joven Penelope Featherington (Nicola Coughlan, en la foto), quienes son el núcleo del cuarto libro de Quinn.
Además, en esta nueva temporada se mezcla ese eje central con la historia de otros integrantes de la familia como Francesca (Hannah Dodd), quien será cortejada por dos nobles y Benedict (Luke Thompson), quien iniciará una pasional relación con una joven viuda.
Al final de la segunda temporada, y cuando todos los embrollos producto de las hermanas Sharma fueron solucionados, Colin se va de viaje para encontrarse a sí mismo, mientras que la joven Eloise Bridgerton (Claudia Jessie) descubre que Lady Whistledown, la misteriosa escritora del folletín lleno de chismes que lee desde la reina al personal de servicio, era su mejor amiga y confidente Penélope, marcando así el final de la amistad entre ambas.
Como siempre, la acción inicia cuando las familias nobles regresan a Londres para comenzar la temporada de sociales, compuesta por bailes en castillos, eventos deportivos, reuniones en los parques y soirees; y donde hijos e hijas casaderas, tienen su presentación en sociedad.
En estos primeros cuatro capítulos de la nueva temporada, Penelope ya no soporta vivir en la casa familiar, y decide buscar marido para tener una vida tranquila alejada de sus hermanas y madre. Con la intención de dejar de ser vista como una solterona sin remedio (y con lo ganado por las ventas de Lady Whistledown), cambia su vestuario y peinado. Si bien su nueva imagen llama la atención de la sociedad, la joven todavía posee pocas habilidades para el cortejo.
Es así que seguirá los consejos de Colin, quien regresó de su viaje por Europa convertido en un seductor dandy y se ofrece a ayudarla, como si fueran antecesores de Eliza Dolittle y el Coronel Pickering en Pigmalión, de George Bernard Shaw.
Claro que el joven desconoce que Lady Whistledown, la autora que arruinó la reputación de su interés amoroso, Marina Thompson -ella buscaba seducirlo para adjudicarle su embarazo-, casi descubre la treta de su hermana Daphne y el Duque, y expuso que su otra hermana, Eloise, se paseaba por barrios poco agraciados de Londres, es Penélope.
Mientras los planes parecen ir sobre rieles, y Penélope se habría ganado el afecto de un noble (quien está más interesado en la naturaleza que en las relaciones personales), ocurre lo inesperado. Colin, quien dijo que nunca intentaría seducir a Penélope, se siente irresistiblemente atraído hacia la joven.
Con varios flancos abiertos en estos primeros episodios, los fanáticos de esta saga tendrán que esperar poco menos de un mes para conocer cómo se solucionan estos, siempre entretenidos, embrollos de la nobleza inglesa que se volvió un gran éxito en Netflix.