Cinco películas y series coreanas para ver en Netflix después de "El juego del calamar"

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el juego del calamar

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El nuevo fenómeno mundial es parte de una avanzada de las producciones surcoreanas en todo el mundo; acá va algunos de los fenómenos recientes de esa usina

Después de exportar millones de electrodomésticos y autos, Corea del Sur concentró un montón de esfuerzo en una conquista cultural global. Ha sido exitosa, quién lo duda, con el llamado KPop y BTS, sus príncipes, han conseguido un éxito global tan poderoso como fue alguna vez el de los Beatles, por ejemplo.

Con una industria de cine local muy desarrollada pero a la vez limitada a lo doméstico o a lo regional, la noche histórica de Parásitos en los Oscar fue una certificación de prestigio a sus posibilidades. Colaron, además, a Bong Joon Ho, su director, entre los grandes cineastas del siglo XXI.

Aunque ya habían intentado con telenovelas, e incluso algunas se vieron en la televisión abierta local, es recién ahora que están conquistando la pantalla chica. Lo consiguen con El juego del calamar, una miniserie convertida en fenómeno y tendencia mundial al nivel de La casa de papel, aquella española que también estrenó Netflix.

El juego del calamar tiene gente en uniforme, además de inlcuir una cuestión moral, gastos de superproducción, ambiente futurista pero cercano y algo de morbo. Es lo que se usa.

Es, además, según Hwang Dong-hyuk, su director, “una alegoría sobre el capitalismo moderno”. Mucho más directamente, de algo de eso hablaba Parásitos, por lo que la preocupación parece ser una tendencia en Corea del Sur.

Su estreno, y ahora su repercusión mundial, han sido vistos con cierta incredulidad entre los surcoreanos, un mercado en el que la serie pasó tirando a desapercibida. Occidente la recibió con un entusiasmo de los importantes.

Se parece mucho, de antemano, a la saga de Los juegos del hambre, con un mundo distópico, desigual, en el que uno debe ganarse la vida evitando que lo maten en un programa de televisión. Es un poco más violenta y por lo tanto más incómoda, pero eso no parece frenar el clamor popular, traducido en millones de tiktoks, reacciones y debates.

Acá hay una adaptación de un juego infantil coreano (como una rayuela rara), convertido en una competencia de, literalmente, supervivencia. Para eso se anotan los desesperados, los apremiados, los que han quedado fuera de un sistema que está representado por unas elites desagradables que disfrutan con el dolor ajeno.

Como uno sabe de la ansiedad que provoca el viaje compulsivo de una serie de este tipo, y considerando que ya la debe haber terminado de ver, acá otros cinco ejemplos de cine y series coreanos que están en Netflix, como para entrar un poco en el mundo del entretenimiento coreano.

Burning.

Burning
Burning

Usted seguramente vio Parásitos, la película surcoreana que ganó varios Oscar, Palma de Oro en Cannes y la adulación crítica. Ya debería saber que es una gran película. Ahora le toca descubrir Burning de Chang-dong Lee, otra visión, no muy amable sobre, como decía el director de El juego del calamar, el capitalismo moderno, un oximoron del que Corea del Sur es un tremendo ejemplo. La historia sigue a una muchacha y su amistad con dos muchachos bien distintos: uno es callado, modesto y el otro es impulsivo, rico. En un ciudad imponente y un campo con el fondo de los altoparlantes desde Corea del Norte, Burning analiza algunas dualidades bien marcadas de su sociedad. También ganó premios en Cannes.

HOMETOWN CHA CHA CHA

Hometown Cha Cha Cha
Hometown Cha Cha Cha

. Fue la serie que destronó a El juego del calamar del primer lugar en las tendencias de Netflix en Corea del Sur. Se estrena hoy en episodios que se repartirán en dosis semanales: todavía está en curso. En Seúl, los sábados y domingo a las 21.00, uno de cada 10 televisores están sintonizados en esta historia romántica -se les llama K-drama- sobre muchacha dentista que se va a Gongjin, en la costa, y entabla un vínculo con un crédito local. La protagonista es Shin Min-a, a la que le está yendo como a Andrea del Boca en los setenta: es la gran estrella coreana del género.

Tren a Busan

Tren a Busan
Tren a Busan

Zombies surcoreanos y en un tren que, como su título lo indica, se dirige, infectado, al puerto de Busán. Con eso, a esta película de Yeon Sang-ho le bastó para que 10 millones de espectadores la fueran a ver al cine en su país. Utiliza un género conocido -de nuevo, con todas las lecturas socioeconómicas que siempre tienen las películas de zombies- y lo reformula visualmente. Es una película alocada, sangrienta y con un uso interesante de los recursos cinematográficos. Con esos atributos es puro entretenimiento.

Kingdom.

Kingdom
Kingdom

Los dramas de época son también uno de los rubros más visitados por el cine asiático en general. Kingdom, la primera serie surcoreana producida por Netflix, transcurre en un medioevo ficticio, al que retrata con una combinación de Shakespeare y película de terror. Acá hay un príncipe, una plaga, algo de terror y de intriga palaciega. Como Game of Thrones sin dragones. Por ahí anda esta adaptación de un cómic, cuyas dos temporadas de seis episodios están disponibles en Netflix.

Vincenzo

Vincenzo
Vincenzo

Hay quienes dijeron, seguramente antes de El juego del calamar, que 2021, en cuanto a series coreanas, era el año de Vincenzo. Un poco mucho, pero en todo caso demuestra la amplitud de inquietudes de los dramas coreanos. En este caso es un serie de 16 episodios que combina policial, acción, película de gangsters, romance y algo de comedia. Gira alrededor de, precisamente, Vincenzo (interpretado por una estrella, Song Joong-ki), un abogado que fue criado en la mafia italiana representada por Don Fabio, de la familia Cassano. Debe volver a Seúl a reclamar algo que es suyo pero que lo tienen otros. La serie tiene vueltas de tuerca imprevistos y despliegue de producción.

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