ESTRENO
La miniserie "Pistol" se estrena este miércoles en la plataforma Star+; sigue el ascenso y la caída de la banda icónica de la música punk.
Anson Boon le dio a Johnny Rotten todo lo que tenía, incluido un diente. Boon encarna al líder punk en Pistol, una nueva miniserie que traza el meteórico ascenso y la caída de Sex Pistols, y el diente se perdió al recrear una de las “actuaciones más animadas” de Rotten, dijo el actor de 22 años.
“Me golpeé la cara con el micrófono por accidente”, reveló.
Sentado en un parque al norte de Londres, muy cerca de donde creció Rotten, Boon recitó una lista de otras lesiones sufridas durante los seis meses de filmación: se fracturó el coxis cuando se cayó sobre una batería; el canto le dislocó la mandíbula; y por pasar varias horas al día encorvado para emular la postura del músico, todavía le duele la espalda.
La lista es, en cierto modo, apropiada. Rotten, que ahora usa su nombre real, John Lydon fue uno de los pioneros del movimiento punk londinense de la década de 1970, conocido por su “locura divina” (como escribió John Rockwell en The New York Times en 1977), y por supervisar conciertos en los que sillas eran arrojadas y narices terminaban ensangrentadas.
Pistol, que en América Latina se estrena mañana en Star+, es el papel más importante de Boon hasta la fecha, luego de recorrer los escenarios de Londres y haber actuado en películas como 1917 de Sam Mendes.
A pesar de las lesiones, “amaba la intensidad” de interpretar al líder de los Pistols, dijo Boon.
Esta determinación ya estaba clara para Danny Boyle, quien dirige la serie, cuando vio la audición de Boon. Una de las escenas que presentó Boon fue una interpretación de Rotten audicionando para los Pistols, cantando “I’m Eighteen” de Alice Cooper en una ducha. Boon cantó con un cepillo de baño.
Sus padres vieron la grabación y le preguntaron: “¿Estás seguro de que puedes enviar eso? Realmente te has esforzado”. Boon pensó que conseguiría el papel o que, por el contrario, el equipo de reparto nunca dejaría que Boyle lo viera.
Al final resultó que al director le encantó: era “repulsiva y magnética al mismo tiempo”, dijo Boyle.
Boon se dio cuenta de que necesitaba “transformarse en Rotten”. Pero solo conocía las canciones más famosas de los Sex Pistols: “God Save the Queen” y “Anarchy in the U.K.”. Y conocer a Lydon no era una opción.
La serie se basa en Lonely Boy: Historias de un Sex Pistol, la autobiografía del guitarrista Steve Jones, que no habla con Lydon desde 2008. Mientras que todos los demás miembros vivos de la banda son consultores de Pistol, Lydon —que en 2016 actuó en La Trastienda de Montevideo con su banda, Public Image Limited— desautorizó el proyecto desde el principio.
En 2021, fue demandado por sus excompañeros de banda por negarse a aceptar la licencia de la música de la banda para la serie, y perdió el caso. También se negó a ser entrevistado para este artículo.
Entonces, el proceso de investigación de Boon fue riguroso. Leyó Lonely Boy, así como una memoria de Jordan Mooney, a quien Maisie Williams (Game of Thrones) interpreta en la serie. Boon también creó lo que llamó un “museo Rotten” en su computadora, recopilando fotos, videos e imágenes de la vida de Rotten para realizar un seguimiento de cómo cambió, dijo Boon, de un “niño tímido” a un famoso artista punk.
“Por lo general, hay que decirles a los jóvenes actores que sean diligentes y que investiguen”, dijo Boyle. “Tuvimos que decirle a Anson cuándo parar. Se obsesionó con él. Él sabe más sobre él que yo”.
Durante tres meses, Boon y sus coprotagonistas también participaron en un campamento de bandas, encabezado por el grupo electrónico británico Underworld, que compuso Pistol. El arduo trabajo parecía estar dando sus frutos en febrero de 2021, cuando Mooney fue a ver a los actores durante los ensayos.
Cantaron “Holidays in the Sun”, y después de que terminaron, Mooney se acercó a Boon: “Gracias”, le dijo.
“Siento que acabo de ver a los Sex Pistols de nuevo”.
Se necesitó un equipo para llevar a los actores a ese punto. Un entrenador de dialectos ayudó a Boon a precisar el acento de Rotten y su ceceo. Un instructor de movimiento lo ayudó a emular la postura. Su entrenadora vocal, Anne-Marie Speed, lo ayudó a elevar la voz dos octavas para que coincidiera con el registro de Rotten, “de la misma manera que podrías enseñarle a un bailarín a hacer splits”, dijo Boon. El proceso fue arduo. Después, “tuve que hacerme acupuntura en la cabeza porque se acumulaba mucha presión”, dijo.
Cada día en el set, Boon pasaba una hora y media preparándose el cabello y el maquillaje, usando pelucas y dientes postizos marrones, mientras escuchaba entrevistas de Rotten “para entrar en su voz y su mentalidad contraria”, dijo.
El actor quería asegurarse de que el mundo creado por Boyle y el guionista del programa, Craig Pearce, no se sintiera “como una caricatura”, dijo. “Tenía que estar rodeado de todo, completamente envuelto en eso, para que se sintiera real”.
Toby Wallace, quien interpreta a Jones en la serie, vio a Boon “pasando por estas opciones salvajes y arriesgadas, y comprometiéndose con todas ellas”.
Cuando Kate Winslet interpretó a la madre de Boon en la película Blackbird de 2019, reconoció una dedicación similar. “Nunca he conocido a un actor joven que no tenga tanto miedo de lanzarse a lo más profundo como él”.
El sentido de responsabilidad que sintió el actor al interpretar a Rotten solo se “amplificó” por el hecho de que Lydon no quería involucrarse. Recientemente, el cantante criticó la serie en Twitter y en los tabloides británicos, lo que, al actor, solo le hace sentir más cariño.
Boyle cree que Boon le ha hecho justicia a Rotten. “Ha hecho su diligencia debida. Él creía en sí mismo”, de la misma manera que “John lo habría hecho”, opinó.
Durante meses, el actor iba al bar con sus amigos y automáticamente se sentaba con los pies torcidos para adentro. Y la serie se le ha colado de otras formas. A través de Rotten, Boon aprendió “sobre ese espíritu punk”.
¿Pero aún vive ese espíritu en él? “Me gustaría pensar que sí”, dijo. Por si acaso, tiene ese diente postizo para recordárselo.