Es una de las series más esperadas del año y la mayor producción que se ha filmado en Uruguay para una plataforma de streaming. Senna, la miniserie de seis capítulos que Netflix estrenará el próximo 29 de noviembre, cuenta la vida del famoso piloto de Fórmula 1 y su rodaje incluyó Brasil, Uruguay, Argentina y Reino Unido.

La productora Salado Films se encargó no solo de la producción local, también de la de Argentina, y del diseño de los autos que se utilizan en esta serie histórica.

Comienza con los inicios de piloto, repasa su juventud corriendo en Kart, su tiempo en Inglaterra donde compitió en la Formula Ford, y su trayectoria en la Fórmula 1 donde fue tres veces campeón del mundo, hasta el accidente que terminó con su vida en Imola (Italia), en el Premio de San Marino.

El brasileño Gabriel Leone se pone en la piel de Ayrton Senna, en esta producción que tiene algunas caras conocidas como la inglesa Kaya Scodelario (interpretó a Teresa en la saga Maze Runner) y Pamela Tomé, cara de telenovelas de Globo como Orgullo y pasión que se vio por Canal 12.

Foto: Alan Roskyn/Netflix

En una entrevista con El País, el director de Salado Films, Cali Ameglio y la productora Lucía Silva, hablaron de la serie de Netflix.

Cuentan que la propuesta llegó directamente de Netflix a la casa productora uruguaya de películas como La noche de 12 años, los documentales Wilson y La sociedad de la nieve, y series como Porno y helado y El presidente (de Prime Video).

Comentan que para la producción y la organización del rodaje en Uruguay, se utilizó Kibón como base. “Ahí hicimos parte de la preproducción y el rodaje porque éramos un montón y no podíamos estar todos en las oficinas de Salado”, comenta Silva. “Fue un proyecto muy grande, porque todos los días tenías una logística que había que realizar bien para que el rodaje sucediera. Y había muchas industrias en paralelo sucediendo, hotelería, transporte, gastronomía. Se mueven muchas cosas en la filmación de una serie”, agrega.

Foto: Alan Roskyn/Netflix

Claro que Senna era un proyecto mucho más ambicioso, y costoso que los anteriores. “Fue un proceso muy largo”, comenta Ameglio. El trabajo de los uruguayos comenzó a fines de 2019 cuando les llegó la propuesta, y en 2020 comenzaron con el diseño de los autos. Se crearon 21 réplicas de los vehículos de Fórmula 1.

El rodaje en Uruguay se extendió por dos semanas, y más tiempo se tomó en Argentina, que también contó con el trabajo de los uruguayos. Aunque administrativamente, el equipo de Salado se despidió de esta serie, recién el pasado junio.

Algunas escenas se filmaron en el Autódromo de El Pinar, que sirvió para la trayectoria del piloto en Kart y Fórmula Ford, pero no para la Fórmula 1, ya que el circuito es más ancho. La solución que encontraron fue mudar varias filmaciones de las carreras para Argentina.

“Más allá de la inestabilidad argentina, el proyecto siempre fue estable, funcionó bien y no se detuvo”, dice Silva. “En ese sentido, fue un proyecto 100% positivo por la administración de los recursos, los rodajes, y se pudo sortear perfectamente por la experiencia de haber hecho proyectos enormes antes”.

Igualmente en Uruguay se recreó la pista del gran premio de Mónaco. Para eso se utilizó el antiguo aeropuerto de Carrasco. “Fue increíble ese set, porque era imposible encontrar un lugar hasta que surgió la posibilidad de repavimentar la pista”, comenta Ameglio.

“Fue buenísimo que se hiciera en Uruguay, a nivel de la historia, y porque fue un set enorme, hasta tuvo lluvia”, señala Silva. “A nivel de arte fue complejo, y salió muy bien, está buenísimo que se haya hecho acá”.

La parte más grande del rodaje se realizó en Argentina, pero Uruguay estuvo encargado de todo. “Tuvo sus complicaciones y desafíos, porque teníamos los autos y actores de todo el mundo que venían a grabar. Se requirió una logística muy grande porque hubo muchos involucrados, técnicos y equipos de todo el mundo. Fue el primer proyecto donde tuvimos un proveedor de equipamiento que dio servicio a toda la serie, no solo la parte uruguaya, lo que antes no había pasado. Eso nos posiciona a nivel mundial, porque tenemos la capacidad de dar ese servicio a la serie más grande que hizo Netflix para Latinoamérica”, dice Silva.

Hacer una serie como Senna, no fue tarea sencilla, reconocen. “Tiene todo lo complejo que se pueda ocurrir”, dice Ameglio.

Además, al tratarse de una serie histórica, hasta se tuvieron que mandar a hacer las cubiertas de los autos, porque la fábrica que las hacía entonces, había cerrado. “Por eso, cuando se destaparon los autos por primera vez, fue un momento increíble, porque las proporciones estaban perfectas”, comenta Ameglio.

En cuanto al diseño de los autos de carrera, la producción uruguaya estuvo muy arriba del tema. No solo para que los colores y pegotines sean los indicados, también para que las maniobras y la velocidad de los autos sean las correctas.

Foto: Kurt Iswarienko/Netflix

“No solo tenían que verse bien los autos, tenían que funcionar, andar de verdad”, comenta Silva.

“Y todo esto se tenía que hacer dentro de un sistema, porque se le tenían que poder colocar cámaras en distintos lados del vehículo, o poder cambiarse de ser necesario”, agrega Ameglio.

El conseguir los diseñadores indicados, no fue tarea sencilla, pero el equipo uruguayo encontró la solución.

“Buscábamos compañías que se dedicaran a hacer prototipos para poder filmarlos, pero ninguna llegaba a hacer esto bien”, comenta el director de Salado. “Hablamos con diseñadores argentinos de autos hasta que terminamos dando con los hermanos Crespi. Ellos fueron los únicos que entendieron exactamente qué tipo de vehículo se tenía que hacer. Porque tenía que verse perfecto, tener calidad porque tenían que andar, y poder desarmarse de cualquier forma para poner las cámaras en mil lugares distintos. Los hermanos Crespi estuvieron probando el auto de Senna para hacer los chequeos, fue genial”, comenta Ameglio.

El productor entiende como algo fundamental para el crecimiento de la industria, que nuestro país no solo sirva como locación, también que se logre posicionar a los técnicos uruguayos en sitios de relevancia. “Para mí es importante que Uruguay, con las escuelas de cine e incentivos que hay, no terminemos con los técnicos uruguayos arrastrando los cables, sino encabezando los equipos”, comenta Ameglio. “Eso es lo fundamental. Es genial formar parte de la parte más masiva de la producción, pero eso no ayuda al cine uruguayo como lo hace el poner gente en puestos importantes o de confianza”.

Con una de las series más importantes del año a punto de estrenarse, y un gran equipo de uruguayos detrás de las cámaras, Uruguay vuelve a demostrar que además de poder convertirse en escenario de distintas partes del mundo, cuenta con los técnicos y profesionales para hacerse cargo de la serie más cara de Latinoamérica.

Foto: Netflix

Consultado sobre cuál fue el nivel de intervención de Netflix en este proyecto, Cali Ameglio comenta que “no se metieron mucho”.

“Sí son exigentes, tienen estándares altos y saben lo que quieren, pero si uno sabe hacer las cosas bien, no son un problema”, complementa Laura Silva.

“También hay mucho tema burocrático, y ahí también tenía que ver que fuera en Uruguay, por las facilidades que se aplicaban. Estuvo bueno que se pudieran apoyar en nosotros”, agrega Ameglio.

“Además, el proyecto se postuló al PUA, ganó el incentivo, y ahora estamos terminando esa parte de rendiciones y demás”, cierra Silva.

—Decían que era la serie más grande de Netflix en la región, ¿se puede saber el presupuesto?
Silva: No (se ríe). El rodaje dura mucho tiempo, eso significa un montón de plata. Además es una serie, que si bien está hablada en portugués, es de Netflix de Estados Unidos, no es algo regional. Porque las plataformas están buscando, para hacer series y películas, nombres que sean muy reconocidos en el mundo. Decís Maradona, o Senna, y ya con eso alcanza para saber de quién se trata.

—Entonces es una serie que apunta a estar nominada a los premios Emmy o los Globo de Oro.
Ameglio: Sí, esa es la intención.