Imogen West-Knights, The New York Times
En el primer episodio de la nueva serie de Netflix de Guy Ritchie, Los caballeros, un aristócrata británico se ve obligado a vestirse con un traje de gallina y bailar ante la cámara para complacer a un gángster al que le debe dinero. Agita los brazos salvajemente, echa la cabeza hacia adelante y canta a todo pulmón, mientras las lágrimas corren por su rostro.
El hombre disfrazado es Daniel Ings, un actor cuya cara la gente podría identificar más que su propio nombre. Es mejor conocido por interpretar a Luke, un adorable mujeriego en la comedia Lovesick, pero también ha aparecido en muchos otros papeles televisivos que encajan en un determinado arquetipo: el encantador y elegante británico que es un poco canalla.
En The Crown interpretó a un amigo rebelde del príncipe Felipe. Fue el padre poco confiable del bebé de la doctora Jean Milburn en Sex Education y el marido resentido en I Hate Suzie. Todas, menos esta última, están disponibles para ver en Netflix.
“Probablemente debería mostrar algo de rango en algún momento”, bromeó Ings, de 38 años, en una entrevista reciente en un hotel de Londres. Pero disfrutó interpretando al “tipo descarado”, dijo, así como el desafío de transformar personajes que parecen bastante desagradables en papel, en presencias entrañables en la pantalla. Cuando Ings lee un guion que enmarca su posible rol como villano, piensa: “Apuesto a que puedo encontrar algo infantil, algo divertido allí”.
Para interpretar a Freddy en Los caballeros, que ya está en el Top 10 de series más vistas en Uruguay, Ings aportó este enfoque al que podría ser su personaje más reprensible hasta el momento. Freddy, el arrogante y drogadicto hijo mayor de un duque, es ignorado en el testamento de su padre a favor de su hermano menor, Eddie (Theo James), quien descubre que criminales organizados administran una enorme granja de marihuana debajo de la propiedad familiar.
Mientras Eddie intenta sacar a su familia del mundo criminal, Freddy crea el caos. Era esencial para la trama que los espectadores sintieran algo del afecto que Eddie tiene por su “hermano idiota”, dijo Ings, para que entendieran cuando Eddie hace tratos dudosos con gánsteres para cuidar a Freddy y pagar sus deudas.
Aunque Ings ha hecho carrera interpretando a pícaros británicos de clase alta, su propia experiencia es un poco diferente. Asistió a una escuela privada en Inglaterra, pero su familia era de clase media baja y aprendió a ser elegante observando a sus compañeros. “Es algo que sé al verlo y que puedo interpretar irónicamente”, dijo. Aunque muchos de sus personajes son seductores, Ings está con su esposa desde que eran adolescentes.
Una actuación suya es un acto de equilibrio entre una cuidadosa atención a lo que él llama “la cadencia del diálogo”, y una improvisación física en la que se suelta y se pone en ridículo.
El rodaje de Los caballeros le dio a Ings la oportunidad de hacer ambas cosas. Para una escena en la que Freddy se entera por el testamento de su padre de que no recibirá la herencia que espera, Ings dijo que preparó cuidadosamente sus líneas de diálogo furioso. Pero Ritchie, el director del episodio, le dio rienda suelta, toma tras toma, para ver hasta dónde podía llevarlo la escena. “Había una posibilidad de arrasar”, dijo Ings sonriendo.
Ritchie dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que la oportunidad de hacer evolucionar la historia de Eddie y Freddy en el transcurso de episodios de ocho horas de duración era “tremendamente liberadora”, en comparación con las restricciones de una película de 2020, también llamada Los caballeros y que había hecho con un trama similar (está en Prime Video).
Los personajes de Ings, incluido este Freddy, suelen ser ruidosos, prolijos y físicamente expresivos. En persona, el actor también hablaba exuberantemente con las manos y maldecía mucho. “Por un lado, es muy inglés”, dijo Johnny Flynn, quien protagonizó junto a Ings Lovesick, “pero en términos de su energía, es más una atmósfera de comedia estadounidense”.
Ings citó a actores como Vince Vaughn y Robin Williams como sus héroes. El papel de sus sueños, dijo, sería algo similar al de Williams en Mork and Mindy, una comedia de situación que se estrenó a finales de los años 70, en la que Williams interpretaba a un extraterrestre que navegaba en la Tierra. “Entraba e improvisaba esas diatribas locas y comedia física, o saltaba por el set”, valoró Ings de su trabajo.
Aunque Ings parecía feliz en su nicho de canalla elegante, dijo que si se diversificara, le gustaría hacer más teatro. No ha subido a un escenario desde 2013, cuando brindó un papel cómico como Porter en una producción londinense de Macbeth, aunque no estaba interesado en actuar durante un año en el West End. “Sé que me aburriría”, dijo, “y no puedes improvisar en el escenario, a menos que seas Mark Rylance”.
En última instancia, actuar “debe ser divertido para el público y divertido para la comunidad de personas que estuvieron allí ese día”, dijo Ings. “Traer de vuelta a Mork y Mindy, ¿sabes a qué me refiero?”.