Fue un día de 2016. Dina Yael cursaba la maestría en Políticas Públicas y Género de Flacso cuando ocurrió algo que la dejó así, entre sorprendida y un poco angustiada, caminando al filo del desconcierto. Se cruzaron en su currícula una clase con la antropóloga Susana Rostagnol y otra con la historiadora Graciela Sapriza y ella escuchó, por primera vez en profundidad, muchos conceptos sobre el camino de la mujer hacia la autonomía, el acceso al trabajo, el derecho al voto. Mucho de lo elemental, de lo que tendría que saberse.

Fue un día de 2016. Dina Yael supo que nunca —ni en la escuela ni en el liceo, ni cuando hizo la licenciatura en Comunicación en una universidad privada ni cuando cursó Bellas Artes, ni trabajando ni en la vida misma— la habían iluminado tanto sobre la historia de la mujer en Uruguay.

Fue un día de 2016. Ese día nació Desobedientes, o como dice la propia Yael: “Ahí me cayó a la ficha de que teníamos que hacerlo. Que se podía hacer, que había algo para contar y que era contable”.

Desobedientes, una serie documental de ocho capítulos que se estrena hoy en Canal 5, intenta desentrañar más de 100 años de revoluciones cotidianas y viene, de alguna forma, a completar la foto de hechos, luchas y militancias de un siglo largo. Cubre un arco temático amplísimo. Va de la huelga de mujeres en Juan Lacaze en 1913 hasta las formas de maternar en la actualidad, a partir del cuidadoso hilván de más de 80 mujeres que ponen voz a este tejido.

La fuerza gravitatoria de Desobedientes opera en dos grandes planos. Por un lado, pone sobre la mesa una información que, en muchos casos, el equipo debió rescatar de viejos diarios, revistas feministas y archivos imposibles; casi nada de este relato se encuentra en los libros estándares de Historia.

Hurgando en un repositorio de prensa francesa, por ejemplo, Yael encontró los textos que enunciaban a Clotilde Luisi —la primera abogada del país— como la primera mujer diplomática del mundo occidental. “Y vos decís: ¿pero cómo en Uruguay no lo sabíamos? ¿Hay un reconocimiento desde Europa que acá no tenemos?”.

Foto: Difusión

En la serie, todo ese pasado dialoga con el tiempo presente. Están el encendido discurso de la exvicepresidenta Beatriz Argimón a favor del proyecto de ley de paridad, que terminó rechazado en 2024; campañas de concientización de hace 10 años en las que periodistas y músicos revelan que “los uruguayos somos los más violentos”, registros de las recientes marchas masivas del 8M y hasta algunos datos del último censo.

Hablan investigadoras, se recuerda la desaparición de Lola Chomnalez, se profundiza en la dictadura, se cuenta sobre violencia obstétrica y también se indaga sobre la diversidad y el deseo. Se reivindica la ley de interrupción voluntaria del embarazo como la lucha que el feminismo hizo por décadas y mucho más que una conquista de un gobierno de turno.

Por otro lado, Desobedientes trabaja hacia adentro, remueve los cimientos, alumbra. Yael lo vivió en carne propia desde que conoció a Eugenia Olascuaga, la productora de Monarca Films y su principal aliada en este proceso. “Arrancamos presentándonos a fondos en 2016, porque en Uruguay es la única forma en que sea viable hacer una serie, y terminamos el proceso la semana pasada, cuando le subimos los capítulos a Canal 5”, resume ahora entre risas.

Juntas, Yael y Olascuaga transitaron más de ocho años de investigación, rodaje y edición al frente de un equipo conformado esencialmente por mujeres y disidencias que aportaron mucho más que una tarea específica. “No podía ir a las entrevistas y hacer solo yo las preguntas. ¿Cómo no van a hablar, cómo no van a interactuar las mujeres que están ahí, hablando con otra mujer uruguaya que vivió cosas fuertes? Compartamos el poder de la pregunta, compartamos el poder sobre el contenido”, dice.

Lo que vino a partir de eso —el compromiso, la identificación, la forma de poner el cuerpo— no estaba en los planes. “Lo que nos abrazábamos y llorábamos en el rodaje no tiene nombre, al punto tal de que en determinado momento era evidente que nos teníamos que juntar y hablar de lo que estábamos viviendo porque todas las mujeres que entrevistamos en algún momento hablaron de violencia. Está en el discurso, está ahí, está en la narrativa, es parte de nosotras”, dice Yael.

En el tercer capítulo, la trabajadora social Andrea Tuana, directora de la ONG El Paso, lo dice así: “La experiencia de las mujeres es una experiencia de violencia”. Desobedientes no eligió ir por ese camino: no tuvo más alternativa que transitarlo.

Así, la serie —un documento histórico clave, también necesario— resulta un trabajo tan doloroso como inspirador. Se estrena hoy en Canal 5, donde se verá los miércoles a las 22.00 con repetición los domingos a las 19.30, y a partir de setiembre irá por TV Ciudad.

Dina Yael, que se siente “muy producto de mujeres”, piensa en esta serie y piensa en su abuela Ana, en su madre soltera, en las chicas a las que intentó contener durante este proceso (de las que aprendió tanto), en ella misma. Ahora, quiere que Desobedientes circule.

“Alguna vez me hizo ilusión pensar que Paulina Luisi en algún momento pensó que iba a venir un grupo de mujeres a revisar sus papeles”, dice a pocas horas del estreno, “y capaz que lo que estamos haciendo nosotras también es dejar un archivo para que después vengan otras y sepan cómo era que se vivía en este Uruguay”.

Foto: Difusión