Redacción El País
No hay dudas de que las docuseries se han convertido en un producto muy atractivo para los espectadores de Netflix. Cada semana se estrenan nuevos títulos que rápidamente se convierten en tendencia en la plataforma.

La historia de El estafador de Tinder, así como la historia del enfrentamiento entre madre e hija por el dominio de L'Oreal en El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo, se ubicaron entre lo más visto en Uruguay.

El pasado 29 de noviembre se estrenó El gran cirujano del engaño, otra producción que revela los trapos sucios de un doctor de fama mundial. Contada en tres partes, se aborda la figura del supercirujano Paolo Macchiarini.

La historia parece un thriller de ciencia ficción, aunque se trata de un caso real que ocurrió en Italia.

El doctor Macchiarini recibió elogios de todo el mundo cuando creó los primeros órganos de plástico de la historia, pero ahora está seriamente acusado: enfrenta cargos de fraude y comportamiento éticamente dudoso.

Gracias a los testimonios de los familiares de sus víctimas, de su exnovia y colegas convertidos en delatores —con acceso exclusivo a algunos de ellos— y a revelaciones nunca divulgadas, la serie ofrece una crónica de la lucha implacable por llevar a Macchiarini ante la justicia.

Foto: Difusión.

La carrera de Macchiarini tuvo su punto más alto en julio de 2011 gracias al primer trasplante de tráquea sintética del mundo, realizado en el Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo.

La cirugía le dio la admiración global por utilizar estructuras biológicas y sintéticas sembradas con células madre, aunque detrás del éxito había una realidad tenebrosa. En menos de cinco años, su reputación se desplomó al conocerse que las cirugías eran experimentales, y que había pacientes sanos que también fueron intervenidos. De los nueve que recibieron sus tratamientos, siete fallecieron.

Su carrera se hundió en 2019, cuando un Tribunal italiano lo condenó por abuso de poder y falsificación de documentos, aunque resultó absuelto.

En 2022 fue condenado por causar lesiones corporales y, en 2023, un Tribunal de Apelaciones en Estocolmo aumentó su sentencia a dos años y medio de prisión por agresión contra tres pacientes.