Serie
Ya se estrenó la segunda temporada del superhéroe Iron Fist en Netflix
Cada una de las producciones de Marvel estrenadas gracias a la alianza con Netflix (Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y The Defenders son las otras) tiene una historia, ritmo y estética distintas. Sin dudas el diablo de Hell’s Kitchen y la detective con súper fuerza han sido las mejores series estrenadas. No solo presentaban el conflicto interno de los protagonistas, también había una historia interesante y villanos a la altura.
Así, cuando se estrenó la primera temporada de Iron Fist, las expectativas eran altas, y con razón, debido a las series que se estrenaron antes. De allí las malas críticas de esta serie que desde la semana pasada tiene una segunda temporada.
Aquí la historia comienza con el final de The Defenders, o sea, los buenos ganan, aunque Daredevil quedó sepultado por un edificio, y la organización criminal, La Mano, destruida.
Sin dudas uno de los puntos más flojos de esta serie se deben a su protagonista, Finn Jones (antes fue Loras Tyrell en Game of Thrones), quien interpreta al millonario Danny Rand. Aunque Jones es un actor con poco carácter como para interpretar al conflictuado joven que pierde a su familia cerca de los Himalaya y termina viviendo en K’un-Lun, una misteriosa ciudad, donde termina como el receptor de un inmenso poder: el puño de hierro.
Esta segunda temporada es mejor que la primera (en comparación), e incluso no es tan simplona como la anterior, aunque no llega ni al nivel de la peor temporada de Daredevil o Jessica Jones.
Aunque las noticias no son tan auspiciosas en esta temporada de Iron Fist, y eso que finalmente Rand tiene la máscara característica que le cubre la mitad del rostro, lo que permite que un doble pueda hacer las secuencias de acción. Aunque la gran falla de este superhéroe es esa petulancia del protagonista que hace que uno termine hinchando más por el villano que el héroe.
Mejores secuencias de acción, el disfraz más completo y un nuevo villano se deben al nuevo desarrollador de la serie, Raven Metzner (creador de Sleepy Hollow), quien le ha dado una nueva vida a este superhéroe, que encima debería ser el más poderoso del universo de Marvel.
Metzner le ha impuesto un mejor ritmo, gracias en parte a que la temporada es más corta: son 10 episodios.
Así y con la desaparición de La Mano se abrió un hueco en Chinatown, donde vive Iron Fist junto a su amiga y maestra de artes marciales, Coleen Wing (Jessica Henwick). La banda del hacha y los tigres dorados intentarán ocupar el sillón vacío como lider de las bandas criminales.
Además, en esta temporada resurge el amigo de Rand en K’un-Lun. Es el militante Davos (Sacha Dhawan), quien después de causar algunos estragos en la temporada anterior, vuelve decidido a robarle los poderes de Iron Fist. Es que Davos cree que debería ser suyo el poder y tiene un aliado sorprendente en Joy Meachum (Jessica Stroup), quien era la única amiga de Rand, pero que se cambió de bando. Ah, también está Ward Meachum (Tom Pelphrey), pero hace poca cosa.
Esta temporada tiene más cambios, ya que Colleen ha dejado de enseñar, convirtiendo el dojo en un apartamento espacioso de Manhattan. Ahora es voluntaria en un centro comunitario local, ayudando a los inmigrantes con sus solicitudes de visa cuando se encuentra con una caja de joyas con una conexión con su pasado.
Esta segunda temporada tiene mejores escenas de acción y un ritmo más intenso, en comparación con la primera parte. Aunque pese a las mejoras, Iron Fist sigue siendo una serie menor entre las producciones del universo Marvel de Netflix.