Entrevista

El "uruguayo" que creó "El amor después del amor" cuenta detalles del éxito de Netflix

El País charló Juan Pablo Kolodziej, creador y showrunner de la serie sobre la vida sobre la vida de Fito Páez

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Juan Pablo Kolodziej, rodeado por los directores Felipe Gómez Aparicio (izquierda) y Gonzalo Tobal.<br/>

por Fernán Cisnero
Nadie pareció ajeno, esta última semana, al fenómeno de El amor después del amor. Por lo tanto a esta altura deberíamos estar enterados de que es una miniserie de Netflix que sigue un período inicial y muy particular de la vida y obra de Fito Páez.

El amor después del amor es el primer proyecto de este tipo de la productora porteña Mandarina. Juan Pablo Kolodziej es creador y showrunner de la serie. Es argentino aunque se considera uruguayo: vivió acá 18 años. Fue, además, mánager de Páez entre 2017 y 2021, y es hermano de la pareja del artista, Eugenia Kolodziej.

Para hablar de la serie, de los elogios y las críticas que recibió y de si habrá segunda temporada o serie de Charly, El País charló con Kolodziej.

—¿Cuál es la tarea de un showrunner?
—Es el creador y quien se encarga de la dirección artística de punta a punta. Toma las decisiones creativas, marca el diseño general y trabaja con los directores para ejecutar la visión y el tono establecidos. Es una figura nueva para estos lados pero está en la televisión de Estados Unidos hace 40 años. Como estamos haciendo productos de corte más internacional con períodos largos de rodaje y en donde no hay un solo director involucrado, la visión del showrunner es la que mantiene la serie: con los directores Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal pudimos mantener esa visión.

—¿Cual fue el momento más complicado del rodaje?

—Empezamos a filmar en enero de 2022 y estalló una bomba de covid y entraron a caer muchos contagiados. Trabajamos con protocolos muy exigentes, lo que hizo que se dilataran tiempos. Fue complejo. Y otro desafío fue grabar los conciertos como conciertos: los músicos están ahí tocando y cantando de verdad. Para eso armamos un equipo de sonido que los grababa porque queríamos que suene como un recital. Eso llevó a que en medio de producir una serie, tuviéramos que producir un show. Hasta trabajamos en eso con Alejandro Avalis, el histórico stage manager de Fito. ¡Y llegamos a grabar dos conciertos en un día!

—Las redes han estado particularmente activas con la serie. ¿Sigue eso?

—El fin de semana estuve leyendo mucho Twitter porque “#fito” fue tendencia. La mayor parte de los comentarios me hacen sentir muy orgulloso. ¡La gente dice que llora ya desde el primer capítulo! Claramente tocamos una fibra emocional. Uno hace contenido para el público sobre todo en televisión.

—¿Y los cuestionamientos?

—Ninguno son cosas importantes, ni hacen a la sustancia de la serie. De 10 comentarios, nueve son hermosos.

—Pero están esas cosas como que los teléfonos públicos no iban así o algún disco que aparece y aún no había salido...

—Sí, pero algunos son discutibles, ¿eh? Hicimos un archivo de documentación muy importante tanto del vestuario, de la época, del arte, de las cosas que estaban en la calle. Siempre puede haber algún error como pasa incluso en cualquier película de Hollywood. Pero lo que más importa es el cuento y que la gente se vea envuelta en el espíritu de la década de 1980.

—¿Cómo llegaron a Andy Chango y Julián Kartun para hacer de Charly y Spinetta?

—Hubo una decisión de no tener caras conocidas para estos personajes porque tiene una imagen muy vigente, y no queríamos un actor famoso disfrazado. Hicimos un casting abierto de casi nueve meses: primero salimos a buscar un Fito, después una Fabiana, un Charly. Hubo muchísimos candidatos pero lo que necesitábamos era una fisonomía que se pareciera pero no que fuera igual. La verdad es que algunos quedaron casi iguales, pero no fue algo realmente buscado. Y también queríamos que los actores tuviesen un carisma de estrella que pudiesen trasladar la pantalla. No fue fácil, pero lo logramos.

—Y está Iván Hochman como Fito...
—Lo que hizo fue convertir a Fito en lo que es: una persona muy sensible. Y esa sensibilidad se ve en la pantalla a través de Iván. Hizo un trabajo extraordinario.

—Un clamor popular: ¿para cuándo la miniserie de Charly?
—Varios de los comentarios que uno lee en Twitter es que la gente está pidiendo un multiverso. “Queremos ver a Charly”, “queremos ver a Fabiana” “¡Calamaro!”, “¡Miguel Abuelo!”. Es algo para explorar. La historia de Fito es un cuento que más allá de que es su vida, transita todos los géneros -el romance, el drama, el policial y el éxito y el fracaso-, y es difícil encontrar una historia así. Pero todos los demás personajes son tan carismáticos y tienen historias tan apasionantes que, bueno, es una posibilidad que se puede abrir.

—¿Y una segunda temporada de El amor después del amor?
—No lo estamos manejando, pero puede llegar a pasar. Depende.

—Vivió 18 años en Uruguay, ¿qué hay de uruguayo en usted y en su trabajo?

—Todo. En Uruguay terminé la primaria, hice todo el liceo y la facultad y arranqué mi carrera profesional en Canal 10. Tengo mucho de los dos países, pero siempre siento a Uruguay como mi casa. Si me preguntan, soy uruguayo.

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