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Olivia Colman es la Reina Isabel II y Helena Bonham Carter la princesa Margarita en la tercera temporada de The Crown. Estas actrices ocuparon el lugar que dejaron Claire Foy y Vanessa Kirby que tuvieron esos roles en las primeras dos temporadas de la serie de Netflix.

Para Colman como para Bonham Carter, interpretar a una monarca inglesa no es una novedad. Colman ganó el Oscar este año por su interpretación de la Reina Anne en La Favorita de Yorgos Lanthimos; y Bonham Carter fue la consorte de Jorge VI en El discurso del Rey, lo que le valió una nominación al Oscar.

Esta tercera temporada se desarrolla entre 1964 y 1977, años de varios cambios en la monarquía. La tragedia de Aberfan, la visita oficial de la princesa Margarita a la Casa Blanca; la devaluación de la libra Inglesa, la llegada del posible espía ruso Harold Wilson al 10 de Downing Street, o la muerte del Duque de Windsor son temas públicos que se abordan este año en la serie. Pero también se muestra, como siempre, un poco sobre la vida privada, esos momentos que presentan las peleas, conflictos y celos de los integrantes de la familia real. También la soledad de la reina que perdió a su asesor de confianza, Winston Churchill, y ahora está por sí misma para tomar las decisiones.

Las mujeres siempre han sido fuertes en The Crown, y esta temporada no es la excepción. Y mientras la relación entre la Reina y su hermana continúa siendo tirante, sobre todo cuando Margarita es quien logra convencer al presidente Lyndon Johnson de conseguir un préstamo que salva a la Corona, el cariño de la prensa a la princesa, cela a la monarca.

Ficha

The Crown [*****]

CreadorPeter Morgan

ConOlivia Colman, Tobias Menzies, Helena Bonham Carter, Jason Watkins, Emerald Fennell y Josh O’Connor

DóndeEn Netflix

Reino Unido, 2019.
Directores: Benjamin Caron, Christian Schwochow, Jessica Hobbs y Sam Donovan. Guion: Peter Morgan.
Diseño de producción: Joan Sabaté.
Música: Martin Phipps.

Como se mostraba en La reina (de Stephen Frears en la que Helen Mirren era Isabel II), la monarca llora en silencio y sin testigos. Eso se ve en el tercer episodio, el más conmovedor de esta temporada, que se centra en la tragedia de Aberfan ocurrida en 1966. Un momento que si bien no fue clave para la monarquía, le permitió a la reina acercarse a su pueblo. También un viaje por la campiña puede desencadenar dolorosas confesiones. Y Colman demuestra estar a la altura, usando solo su mirada y su carisma de mujer fuerte. Así logra crear una Isabel distinta, más experimentada y dura, en contraposición a la más inocente e inexperta de Foy. Y lo cierto es que Colman hace olvidar que hubo otra actriz antes usando esa pesada corona.

También tiene un perfil distinto (al ambicioso, mujeriego y frío) el Príncipe Felipe en estos nuevos episodios. Mientras en el cuarto episodio se presenta la compleja relación entre el duque con su madre, la princesa Alicia De Grecia y Dinamarca (quien era una monja en Grecia y termina en el Palacio de Buckingham en 1966, dos años antes de su muerte); en el séptimo capítulo, aparece un costado más oscuro del Príncipe, quien se siente inútil en el reinado de su esposa. Y es Tobias Menzies (el villano de Outlander), quien tiene ahora la tarea de interpretar al Duque de Edimburgo, quien comienza teniendo un rol menor, aunque irá ganando espacio desde la mitad de la temporada.

También toma relevancia un personaje importante que hasta ahora había sido olvidado: el Príncipe Carlos. Su ascenso a Príncipe de Gales (con el riguroso entrenamiento, de idioma y tradiciones que conlleva), quien comenzará su relación con Camila. Así, el Príncipe toma un papel más importante en esta temporada que es contada a través de un miembro distinto de la familia real.

El período en que transcurre la historia deja fuera el matrimonio de Carlos con Diana y el gobierno de Margaret Tatcher que quedarán para la cuarta temporada, que volverá a contar con Colman, Menzies y Bonham Carter en el elenco.

El guion de Peter Morgan continúa mezclando la frialdad de la realeza con la humanidad de sus protagonistas, mientras la puesta en escena sigue siendo uno de los grandes atractivos de esta serie, que es la joya de la corona de Netflix.

Con la confirmación que la gran Imelda Staunton será la monarca Isabel II en las últimas dos temporadas, The Crown demuestra que no solo se trata una serie sobre la familia real inglesa, es una fotografía de lo que ha acontecido en los últimos años de la historia mundial, a través de algunos de sus protagonistas.