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Oscar Isaac y Jessica Chastain interpretan a una pareja que se separa e intenta continuar con su vida; cambian algunas cosas del original pero el espíritu es el mismo
Hubo días en el rodaje de Secretos de un matrimonio, una miniserie de cinco episodios que estrenó HBO, en los que Oscar Isaac estaba resentido con el equipo.
El problema no eran ellos, dice. Sino que el trabajo que se les exigió a él y a la coprotagonista, Jessica Chastain, fue tan despiadadamente íntimo (“¡Y difícil!”, agrega Chastain) que cada vez que aparecía un cámara o un maquillador, se sentía como una intrusión.
En sus otros proyectos, Isaac se había sentido cómodamente distante de los personajes y sus circunstancias. Pero acá examina la monogamia y la paternidad, un territorio familiar. A veces, Isaac filmaba una escena de dormir con su hija de ficción (Lily Jane) y luego iba a casa y metía a su propio hijo en el mismo modelo de cama que el del set, con la misma lámpara de conejito, y no sabía exactamente donde acababa el arte y empezaba la vida.
“Era mucho”, dijo.
Chastain coincide aunque lo expresó con más fuerza: “Lloré todos los días durante cuatro meses”.
Isaac, de 42 años, y Chastain, de 44, se conocen desde sus días en la Juilliard School. Y han canalizado dos décadas de amistad, admiración y una devoción obsesiva y compartida para crear lo que Michael Ellenberg, uno de los productores de la serie, llamó “cinco horas de interpretación desnuda y cruda”. (La desnudez es, mayormente, metafórica).
“Para mí definitivamente se sintió increíblemente personal”, dijo Chastain.
El original Escenas de la vida conyugal, creado por Ingmar Bergman, debutó en la televisión sueca en 1973. La primera serie de televisión de Bergman, trazaba en sus seis episodios la disolución de un matrimonio de clase media. Protagonizada por Liv Ullmann, la ex de Bergman, se basó en sus propias relaciones pasadas, aunque no siempre directamente.
El escritor y director Hagai Levi la vio siendo adolescente, en la televisión pública israelí. “Me sorprendió”, dice. Le enseñó que una serie podía ser radical, que podía ser arte. Cuando creó BeTipul, el precursor israelí de In Treatment, usó Escenas como prueba del concepto “que dos personas pueden hablar durante una hora y funcionar”, dijo Levi. (Curiosidad: la seriede Bergman también inspiró Dallas).
Entonces, cuando Daniel Bergman, el hijo menor de Ingmar Bergman, se acercó a Levi para una nueva versión, se interesó de inmediato.
Pero el proyecto languideció, en parte porque amar un programa no alcanza para adaptarlo. El divorcio es común ahora, en Suecia y en otros lugares, y la política de vínculos de la serie original, en la que el hombre abandona a su esposa e hijos pequeños por un puesto académico, no envejeció particularmente bien.
Luego, hace unos dos años, Levi tuvo una revelación. Cambiaría los roles. Una mujer que deja su matrimonio y su hijo en busca de la libertad (con un emprendedor israelí muy atractivo en lugar de una ayudante de cátedra) aún podría provocar debate e interés.
Así que Marianne y Johan se convirtieron en Mira y Jonathan, con un suburbio de Boston en lugar de Estocolmo. Jonathan sigue siendo un académico aunque Mira, abogada en el original, ahora es una mujer de negocios.
El casting comenzó a principios de 2020. Después de que Isaac se reunió con Levi, le escribió a Chastain para contarle del proyecto. Ella no estaba disponible. Los productores eligieron a Michelle Williams. Pero la pandemia reorganizó las agendas de todos. Cuando la producción estuvo lista para reanudarse, Williams ya no estaba libre. Chastain, sí. “Fue el milagro más asombroso”, dijo Levi.
Isaac y Chastain se conocieron a principios de la década de 2000 en Juilliard. El estaba en primero; ella, en tercero. La vio por primera vez en una escena de una tragedia clásica, abofeteando a los hombres en la cara como Helena de Troya. Era amigo de su novio, y pronto se hicieron amigos uniéndose a través del trauma compartido de un plan de estudios de actuación diseñado para derribar a sus estudiantes y luego reconstruirlos nuevamente.
Cuando supieron que podía comenzar el rodaje de Secretos de un matrimonio, Chastain compró una copia de Todo sobre nosotros, un diario guiado para parejas, y completó sus secciones en el personaje de Mira. Isaac lo trajo a casa y se lo mostró a su esposa, la cineasta Elvira Lind.
“Ella estaba como, ‘finalmente encontraste tu pareja’”, recordó Isaac. “Alguien que es tan nerd como vos”.
Los actores ensayaron, con Levi y solos, hablando a través de cada escena larga, ayudándose unos a otros a través de las partes angustiosas. Cuando la producción tuvo que detenerse durante dos semanas, siguieron ensayando.
Pero el entrenamiento y la habilidad y el libro Todo sobre nosotros” no los habían preparado realmente para el efecto emocional de filmar Secretos de un matrimonio. Ambos actores normalmente se compartimentan cuando trabajan, colocando particiones psíquicas entre sus roles y ellos mismos. Pero esta vez, las particiones no estaban a la altura del código.
“Sabía que estaba en problemas la primera semana”, dijo Chastain.
Isaac no sabía si vería la serie completa. “Realmente es la primera vez que hago algo en lo que estoy totalmente bien sin verlo”, dice. “Porque realmente lo he vivido. Y de alguna manera no quiero que lo que decidan hacer juntos cambie mi experiencia, que fue tan intensa “.
Las cámaras capturaron esa intensidad. Aunque Chastain no es Mira e Isaac no es Jonathan, cada uno se basó en la experiencia personal (los matrimonios de sus padres, las relaciones pasadas) de formas que nunca habían hecho. A veces, trabajar en la serie se parecía a actuar y, a veces, el trabajo ni siquiera era consciente. Hay una escena en el desgarrador cuarto episodio en la que ambos yacen arrugados en el suelo, con una vena de tensión idéntica en cada frente.
“Es mi movimiento favorito, la vena palpitante de la frente”, dijo Isaac. Y Chastain agregó: “Ese fue nuestro tercer año en Juilliard, el latido”.