En "Hombre vs. abeja", Rowan Atkinson recupera el espíritu de Mr. Bean para Netflix

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Rowan Atkinson

ESTRENO

Se estrenó la serie en que el actor británico rompe una casa en nueve capítulos enfrentando a un molesto insecto; ya es un éxito de la plataforma

Rowan Atkinson
Rowan Atkinson en "Hombre vs.abeja"

Hombre vs abeja no es solo una serie de nueve capítulos que recién estrenó Netflix, es casi un unipersonal de comedia física a cargo de uno de los mejores en esa disciplina: Rowan Atkinson.

Conocido —dependiendo a que franja etaria pertenezca— como Mr Bean o Johnny English (o si, es muy anglófilo, como Edmund Blackadder), Atkinson sabe ser un comediante en la tradición del cine mudo. En el golpe y porrazo, juega en la categoría de Chaplin, Keaton o Lloyd.

Esa faceta está explotada al máximo en Hombre vs abeja que le aporta nueve instancias para desplegar todo su talento. Puede resultar agobiante, eso sí, la cantidad de torpezas que acumula por minuto: en los dos primeros episodios destroza un manuscrito original carísimo, un Mondrian y un par de figuras prehistóricas, entre otros incunables.

Cuando Will Davies, su guionista y creador pensó la serie, lo hizo para Atkinson, para quien había escrito un par de las aventuras de Johnny English. Pero tenerlo no siempre es fácil.

“Siempre entras en una especie de baile para que Rowan quiera trabajar de nuevo”, dice Davies en las notas de producción de la serie. “Es tan perfeccionista que termina siendo el más activo de los showrunners en todos sus proyectos: está pensando no sólo en su desempeño y el guion, sino en la iluminación, los ángulos, la utilería, el vestuario… El trabajo es una experiencia agotador tras la que él siempre necesita un largo descanso”.

En Hombre versus abeja, Atkinson es Trevor, un cuidador de casas que, en su primera asignación, debe encargarse de la prolija y moderna mansión de una pareja de perfectos snobs. El trabajo incluye que no le pase nada a la colección de obras maestras y muebles de autor que están en la casa, entender la complejidad tecnológica de sus electrodomésticos y espacios y cuidar de Cupcake, el perro que es la mimada mascota familiar.

Todo lo que puede salir mal, sale mal, claro, porque no sólo el pobre Trevor no está a la altura de la tarea encomedada y la casa (que parece la de Mi tío de Jacques Tati, el artista francés del que Mr. Bean siempre fue una versión exagerada) ayuda poco. La serie es la sucesión de eventos desafortunados que llevan a la destrucción total de la mansión. Pero hay un pequeño detalle.

“Comenzó con el concepto de Will de un cuidador de una casa”, dice Atkinson en esas notas de producción. “La cantidad de confianza que las personas con casas llenas de posesiones fabulosamente caras ponen completos extraños para que se las cuiden es extraordinario. Entonces, comenzamos con esa idea: ¿qué tipo de destrucción podría causar un cuidador de casas en lo de una persona muy rica? ¿Y cuál sería el detonante para que eso pasara?”.

Ahí apareció una abeja que la tiene particularmente contra Trevor llevándolo a una locura destructora que no deja nada en pie. Cuando se dice nada, es nada.

Eso le permite a Atkinson un despliegue físico y gestual que es parte de sus recursos para la comedia. Es, en ese plano, uno de los mejores comediantes contemporáneos y Hombre vs abeja fue creado para que lo vuelva a demostrar. Los episodios, que rondan los 10 minutos, permiten un despliegue de unipersonal extenuante y eficaz. Nada se va por las ramas, ni de la premisa central, aunque Trevor lidia con algunos problemas familiares.

“Realmente no queríamos hacerlo como un proyecto de Mr Bean”, dice Atkinson en el dossier de prensa. “Mr. Bean es divertido, pero es bastante raro, una figura infantil y muy egocéntrico. Quería un nuevo personaje y me gustaba la idea de interpretar a un hombre más agradable y afable con una perspectiva más amplia y una vida y una situación más identificables”. Lo ha definido como una de las personas más agradables que ha interpretado.

Y tiene de donde elegir. Atkinson, quien nació en Newcastle en 1955 (o sea que tiene 67 años), es una estrella hace un montón. Después de formar su arte en teatro, llegó a la televisión en 1979 con Not the Nine O’Clock News , que lo volvió una figura conocida en Gran Bretaña. De acuerdo a su entrada en la Enciclopedia Británica, en 1981 se convirtió en la persona más joven en presentar un unipersonal en el West End londinense.

En 1983 estrenó Blackadder,un programa de humor que aún es considerado de culto. Entre 1990 y 1995 presentó Mr. Bean, el personaje que lo hizo una estrella internacional (y del que prepara una nueva serie). Johnny English, su siguiente creación tuvo un desarrollo en tres películas. Además ha mantenido una carrera como actor y un perfil bajo en la vida personal que lo ha llevado a ser definido como reclusivo.

En Hombre vs abeja queda claro como ese historial laboral lo volvió uno de los tipos más graciosos del mundo. Y está buenísimo nos vuelva a demostrar por qué.

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