Corea del Sur ha sabido crear una fórmula exitosa para sus series de televisión. Si bien había ejemplos de una ola coreana gracias a la música de PSY, BTS, Blackpink y la película Parásitos que arrasó en los premios Oscar de 2020, las series de televisión se han convertido en un fenómeno global en este último tiempo. El juego del calamar llegó a Netflix en 2021 para dar cuenta de la magnitud de ese fenómeno global, y desde entonces no han parado de llegar producciones de ese país al catálogo del gigante de streaming.

Woo, una abogada extraordinaria, una serie amena sobre una joven abogada con autismo se ubicó entre las 10 series más vistas en 54 países; y en 2022 “el 60 por ciento de los suscriptores de Netflix vieron una serie o película en coreano”, informó el New York Times el pasado julio. Este año, al menos tres programas han estado cada semana en el Top 10 de lengua extranjera.

Foto: Difusión

En parte se debe a tramas que logran balancearse entre lo previsible y lo original. Hay temáticas universales como “chico rico conoce a chica pobre y se enamoran”, “de enemigos a enamorados”, o hijos que desafían los mandatos de sus padres, pero con un toque coreano que premite vincularlo a tradiciones, cultura e historia de ese país. Se pueden conocer sus normas sociales, su geografía y también su gastronomía a través de estas ficciones.

No hay serie en la que los personajes, luego de jornadas agotadoras de trabajo vayan a cenar, tomar mucho (mucho en serio) y finalicen la noche cantando karaoke. Pareciera que el día en Corea del Sur dura más de 24 horas.

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Además de una manera diferente de contar las historias, sus protagonistas son encantadores, vulnerables e imperfectos. También hay guiones con mucho humor, lo que no evita mostrar una parte menos glamorosa de ese país: expectativas que los terminan aplastando, pobreza o un secreto del pasado que no debe ser revelado. Todos esos condimentos, sumado a un cuidado diseño de producción, escenografías imponentes y vestuarios muy coloridos, completan el combo de estas ficciones que, en su mayoría, duran 16 episodios.

“Los dramas coreanos humanizan incluso a los multimillonarios más distantes y logran que el público se preocupe y, por lo general, todo lo que nos piden son 16 horas de nuestro tiempo”, dijo la profesora Dafna Zur de la Universidad de Stanford, intentando explicar el fenómeno de los K-dramas.

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Para adentrarse en ese universo tan distante como magnético, un repaso por algunas series disponibles para ver en Netflix.

Llegó este año a Netflix y logró ubicarse entre lo más visto en Uruguay. Es la historia del joven Goo Won, quien se encuentra en una lucha con su hermanastra por el dominio del conglomerado King que abarca desde aerolíneas a hoteles y tiendas de lujo. La vida de este ejecutivo, traumatizado con las sonrisas falsas y por no poder recordar el rostro de su madre, cambia radicalmente cuando conoce a Cheon Sa Rang. La joven, muy carismática, cumple su sueño de trabajar en el King Hotel donde fue feliz en su infancia. Ella demostrará que no solo es perfecta para el puesto, también para su jefe.

Aquí se mezcla una historia en el presente y en el pasado. Se centra en la relación entre una joven que trabaja en un municipio de Corea, y un exitoso abogado. Si bien la trama parece sencilla, tiene su vuelta de tuerca debido a una maldición que padece el joven. Gracias a eso la serie permite viajar hasta tiempos de la dinastía Joseon para ir revelando, como en cuentagotas, el peso del pasado y su relevancia en el presente. Aquí hay misterio, algo de policial, elementos sobrenaturales, un libro de hechizos, una genial reconstrucción de época y una historia de amor preciosa.

Vaya uno a saber por qué le pusieron este título a esta serie que de “cha cha chá”, no tiene nada. Se centra en una joven dentista que, luego de revelar los secretos de su antigua jefa, se muda para empezar de nuevo en el pueblito costero de Gongjin. Allí conoce al Jefe Hong quien vivió toda su vida allí y trabaja en todo lo posible: encargado, delivery, electricista, cocinero, mozo y hasta cuida ancianas. Obviamente el amor surge entre ellos, aunque habrá algunas pruebas a sumerar: un viejo amor de la facultad que regresa y un recuerdo que carcome. Es una serie donde es imposible no encariñarse con los pobladores de ese pueblito.

Esta serie hace algo que parecía impensado: mostrar como algo interesante a la meteorología. Si bien el centro de la acción está en la historia de amor entre un joven e inteligente chico que empieza a trabajar para la Administración Meteorológica de Corea, y su experimentada y perfeccionista jefa, también muestra lo complicado del clima coreano. Además de mostrar cómo esta distante mujer comienza a derribar las barreras que había puesto con sus colegas, se muestra lo competitivo que puede ser el mercado laboral en ese país, la vida de una oficina gubernamental, y las foribundas críticas que reciben todos cuando anuncian mal la hora que comienza a llover.

Es una comedia romántica que hace foco en el humor, como se puede ver desde los primeros minutos. Acá se explota uno de los tópicos más conocidos de las ficciones: chica pobre conoce a chico rico. La protagonista de esta serie suele ayudar a su millonaria amiga, haciéndose pasar por ella, en las citas a ciegas que le organizan sus padres de las maneras más excéntricas, incluso se hace pasar por poseída. En una de esas cenas termina saliendo con el persidente de la empresa para la que trabaja. La situación se complica cuando él, al final de la primera cita le pide que se haga pasar por su prometida. Así inicia esta historia que tiene a dos protagonistas muy carismáticos.