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La serie de Netflix más vista en Uruguay tiene a una estrella, varios títeres y el vínculo de un padre y su hijo

El jueves se estreno "Eric", una miniserie de seis episodios como a Benedict Cumberbatch como un ventrilocuo de un programa infantil con una familia en problemas y un niño desaparecido

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Benedict Cumberbatch en "Eric"

Mariana Rosário, O globo/GDA
Qué cosa impresionante puede pasar detrás de escena de una serie infantil con el lindo nombre de Beautiful Sunny Day (“Un hermoso domingo soleado”)? Según la nueva miniserie Eric, que se estrenó el jueves en Netflix (y ya es lo más visto en Uruguay), hay lugar para la intriga, la traición, una sólida selección de peleas y espacio para el abuso de alcohol y drogas.

En Eric, uno de los mayores agentes del caos detrás del espectáculo de títeres es su creador y ventrílocuo principal Vincent (interpretado por Benedict Cumberbatch, en una caracterización que lo aleja de la elegancia de Sherlock o de Doctor Strange), cuyo hijo Edgard (interpretado por el actor infantil Ivan Howe) desaparece un día camino a la escuela.

La desaparición del niño es un atajo para que Vincent entre en un espiral de locura y adicciones, que le sitúa, en un determinado momento, como un importante sospechoso de un presunto delito contra la infancia y en crisis en su matrimonio y en su trabajo.

“Vincent es todavía un niño y vive de manera infantil”, dice Cumberbatch. “Y, en medio de todo este proceso, termina perdiendo a su propio hijo. El personaje está en un viaje que tiene que ver con la salud mental”.

A partir de ese hecho, la historia se mete en una serie de temas espinosos.

El racismo, la dependencia química, las desigualdades sociales, el machismo e incluso la violencia sexual contra niños y adolescentes se incluyen en el círculo de temas y, en ocasiones, son sólo alusiones dentro de la trama central.

La creadora de Eric, Abi Morgan, entre cuyos trabajos anteriores se encuentran los guiones de películas como Las sufragistas (2015) y La dama de hierro (2012) y series como Birdsong (por la que ganó un Emmy) sostiene sin embargo que el tema central de la serie es la relación inicial entre el niño Edgard y su familia, formada por Vincent y su esposa Cassie (Gaby Hoffmann).

“El corazón de la serie trata sobre cuidar a los niños mientras nos observan, el trato que reciben y cómo aprenden”, dice Morgan. “Hay que tener cuidado con ellos, sino se perderán. El personaje principal de la serie es, sí, el niño Edgard que desapareció, pero también todos los demás niños que están perdidos por la ciudad.

“La cuestión central es cómo abordamos la paternidad y la maternidad de los hijos, no sólo en las familias, sino también cómo los recibe la sociedad”, dice la creadora de Eric.

A medida que avanzan los capítulos, queda claro que antes de perderse en las calles de una asquerosa Nueva York de 1980, el niño ya estaba fuera del radar de sus padres, quienes se pasaban todos los días peleando.

Sin embargo, todavía se veía a Cassie, la madre, buscando algún tipo de conexión con el niño antes de su desaparición. Y ella es quien toma las decisiones más razonables a la hora de buscar al chico. Y aquí es donde radica el punto más dramático de la serie: los padres descubren más sobre su hijo en su ausencia que durante el tiempo que pasan juntos dentro de su casa.

En el aspecto policial de la trama, el suspense no sigue un patrón “hitchcockiano” en lo que respecta a la astucia de los investigadores encargados de dilucidar el caso. Si en las películas del genio británico los agentes de policía estaban metidos en un lío de errores, en Eric el detective Ledroit (McKinley Belcher III) está a punto de desentrañar el caso mientras lucha con un drama personal: vivir su homosexualidad en un momento en que la epidemia del VIH estaba fuera de control y representaba un gran estigma para la comunidad gay.

“Confieso que para prepararme para el papel tuve que hacer una especie de trabajo interno”, dice Belcher III. “Me pareció interesante imaginar que, siendo un hombre negro y queer en la década de 1980, podría ser una persona con una relación con el cristianismo. Pasé mucho tiempo pensando en esto, escuchando música gospel y también pensando en la complicada relación con la religión que condena la homosexualidad.

“Mi preparación tuvo mucho que ver con cómo navegábamos entre lo público y lo privado y cómo el personaje recién se revelaba (de verdad) cuando llegaba a casa”, agrega el actor.

¿Pero quién es Eric? Queda por decir, sin embargo, quién es al fin y al cabo Eric, el protagonista paralelo de la trama, cuya existencia no podría ser más insólita: es un personaje infantil (mezcla de dinosaurio y oso gigante) creado por Edgard, como una forma de conectar con su padre, antes de su inusitada desaparición.

En el retorcido pensamiento de su padre -que mantiene una relación problemática con el niño- cuando lograba poner al personaje en la televisión, su hijo miraba desde su escondite y regresaba a casa. En una trama psicológica, al mismo tiempo que Eric aparece como un atajo entre el personaje y su hijo, también es un hilo conductor de la paulatina locura del Vincent de Cumberbatch. Para el británico, de hecho, el papel tiene el gran desafío de migrar entre el drama de “carne y sangre” con personajes reales y la conversación con una criatura absolutamente imaginaria, cada vez más tiránica e insistente.

“Para aquellos que viven una psicosis, por lo que tengo entendido, las sensaciones son absolutamente realistas” dice el actor. “En la serie, Vincent imagina que esta voz creativa dentro de él se convierte en una especie de realidad a través de esta criatura que fue previamente diseñada por su hijo. Eric es al mismo tiempo una sombra negativa, o una Mary Poppins malvada”.

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