Biografías con efecto emocional para el público rioplatense, expansiones de universos fantásticos, adaptaciones de videojuegos o de novelas, comedias, finales. En el mundo de las series, 2023 estuvo recargado de despedidas (algunas integran esta lista, otras fueron fenómenos recientes como Manifiesto o la preciosa La maravillosa Sra. Maisel), pero también de prometedores comienzos.
Algunos acapararon la atención más colectiva, como The Last of Us, que fue un fenómeno de esos que parecen exigir la atención para no quedar fuera de la conversación de fin de semana, o División Palermo, la ocurrente ficción argentina que protagonizó un actor uruguayo, Daniel Hendler.
Otras cautivaron por su estética, por su trama o por su forma. Y algunas se ganaron un lugar en lo mejor del año por el camino que construyeron y la forma en la que, en los últimos meses, decidieron cerrarlo. Ahí están Succession, la que para buena parte de los seriéfilos es una de las mejores series de la historia; The Crown, uno de los productos más sólidos de Netflix; y Barry, que es un poquito menos mainstream y a la medida de paladares exigentes.
Hay un poco de todo eso en esta lista, que recopila -en orden arbitrario- 13 de las mejores series de 2023.
El amor después del amor
Fue uno de los indispensables del año, esa clase de objeto cultural del que todos hablamos durante un rato. Es la serie de Netflix que sigue el camino, desde la infancia en Rosario al gran éxito, de Fito Páez, quien está interpretado por Ivan Hochman (y en las canciones por la voz del uruguayo Agustín Britos), que capaz que no se le parece tanto pero da la idea. En ocho capítulos se incluyen algún momento triste, su llegada a Buenos Aires, sus excesos, su romance con Fabiana Cantilo y, finalmente, ese amor después del amor que fue Cecilia Roth. Estaba bien y la gente habló de ella, así que fue un éxito. Fernán Cisnero
Succession / The Crown
Fueron las dos despedidas del año. Lanzada en 2018, Succession (HBO) mantuvo, hasta su último episodio en mayo, su calidad, con un fandom leal y muchos premios. Se la ha calificado de “fenómeno” y “obra maestra”, lo que hace justicia a una trama que evitó los clisés; tuvo excelentes actuaciones y un guion lleno de sorpresas que la alejaron de cualquier tibieza. Fue la historia de los Roy, una familia rica y poderosa, dueña de un conglomerado de medios. Terminó en el punto justo, con un buen desenlace para su principal incógnita.
Desde 2016, por su parte, The Crown (Netflix) exploraba la vida de otra familia poderosa; se despidió el 14 de diciembre con su sexta temporada. Transitó, entre el retrato de los hechos históricamente conocidos y los sucesos ficcionalizados, la intimidad de la familia de Isabel II. Por años, este equilibrio entre lo documentado y la cara oculta y controversial del palacio dio de qué hablar. El destaque estuvo en la capacidad para reproducir lo conocido desde un nuevo punto de vista. Manuella Sampaio
Sex education
Sin la relevancia de Succession ni la solemnidad de The Crown, Sex Education regaló una de las despedidas más entrañables del año. Lo hizo con su temporada más excesiva, con estampidos de color y diversidad como una forma de retratar a un nuevo mundo, a una nueva generación, a un nuevo modo de vincularse. Pero como el climax del coming-of-age de Otis, Maeve, Eric, Aimee y el resto de la pandilla, tanto fucsia y tanto glitter sirvieron para amortiguar toda la dosis de amargura que conlleva crecer, aún en un mundo de ficción así, donde lo ideal casi que parece posible. La serie, un acierto de Netflix, vino a probar que el sexo en la tevé también puede ser algo que aporte. Belén Fourment
The last of us
Nueve episodios basados en un videojuego y con Pedro Pascal (uno de los actores del momento) y Bella Ramsey (Lyanna Mormont en Game Of Thrones) hicieron al programa más visto en la historia de HBO Max en Europa y Latinoamérica, con elogios críticos y del público. Es fidedigna a muchos aspectos del juego: la trama distópica -un hongo poderoso y pandémico que transforma seres humanos en zombies-, un núcleo emocional muy bien logrado en la relación casi paternal entre un hombre que perdió su hija y una niña que nació y creció en el caos del apocalipsis zombie; los excelentes Pascal y Ramsey; y la música del oscarizado Gustavo Santaolalla. La segunda temporada está confirmada, sin fecha de estreno. M. S.
Nada
Dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn (los de Ciudadano ilustre, por ejemplo), quienes mantienen cierto espíritu narrativo cinematográfico, se la puede leer como una película dividida en cinco capítulos de media hora. Una extensión perfecta. Es la serie de Star+, además, que tiene a Robert De Niro y a Luis Brandoni. El argentino interpreta a un sofisticado crítico de cocina que sufre un trastocamiento de sus rutinas. De Niro es un amigo neoyorquino que explica argentinismos, algunos de ellos procaces. Muy buena. F. C.
División Palermo
Fue una de las comedias revelación del año. Con una elocuente sátira de lo políticamente correcto, la serie creada y dirigida por Santiago Korovsky llegó a Netflix en febrero y fue furor. Estuvo entre las más vistas de la región, recibió elogios, inspiró memes y hasta llegó a la ONU. La historia de la Guardia Urbana, un cuerpo de seguridad aparentemente creado para celebrar la inclusión y la diversidad -en realidad nació para cubrir un comentario desafortunado de la ministra de Seguridad-, invitó a analizar cómo se mira a las minorías y a desmitificar la idea de que ya no es posible reírse de determinados asuntos. División Palermo fue, además, la consagración de una generación de creadores argentinos como Martín Garabal, Charo López y Korovsky. Tendrá segunda temporada. Rodrigo Guerra
Makanai
Se estrenó en enero y pasó desapercibida esta pequeña pero entrañable historia que dirige el maestro Hirozaku Kore-Eda. Es la nueva serie, y la primera para Netflix, del premiado director japonés, nombre recurrente en el festival de cine de Cannes. Se basa, como en Nuestra hermana menor, en un manga, y de allí el estilo y la agilidad de esta historia. Se centra en dos jóvenes que, en época actual, llegan a Kioto para ser maiko, aprendices de geisha. Una sigue ese camino y la otra se convierte en makanai, la cocinera de la casa. Puede que no haya estado entre las tendencias en redes, pero es de las mejores series del año. Nicolás Lauber
Todos quieren a Daisy Jones
Viene de un libro (un best seller de Taylor Jenkin Reids, una de las autoras del momento), pero hay que tomarla como lo que es: una miniserie con la suficiente personalidad como para indignar a más de un purista de las historias originales. Daisy Jones & The Six, en su (mejor) título en inglés, es la historia de la interna caliente de una banda implotada por un amor imposible, el de Daisy y el líder de los Six. Ambientada en los setenta y disponible en Prime Video, la estética es una delicia y la química feroz de los protagonistas -Riley Keough, Sam Claflin- le da carne a una de las mejores (y más tóxicas) parejas de la ficción de 2023. Y después están las canciones, disponibles en Spotify y que piden a gritos una gira que las haga sonar en vivo. Es una de esas series por las que uno daría todo por volver a verla por primera vez. B. F.
La caída de la casa Usher
Es la nueva serie de Mike Flanagan, lo que para los que siguen el terror es sello de calidad, y la última que hizo para Netflix; de ahora en más sus creaciones irán a Prime Video. En los ocho episodios que la componen, Flanagan hace un pastiche con el universo literario de Edgar Allan Poe a través de los hermanos Roderick y Madeline Usher, quienes tomaron algunas malas decisiones en el pasado y ahora comienzan a entender sus consecuencias. La peor fue encontrarse con la misteriosa Verna, quien va a encargarse de terminar con los vástagos de la poderosa familia. N. L.
Barry
Fueron cuatro temporadas intensas y que vistas en conjunto tienen la unidad de la larga película. Barry (Bill Hader, el creador de la serie) es un sicario que cuando va a Los Ángeles a hacer un trabajo descubre una vocación actoral. Se suma a la escuela de un profesor pintoresco (Henry Winkler), se enamora e intenta una vida normal que no es para él. Sus vínculos con la mafia chechena (representada por el voluble NoHo, Anthony Carrigan) y la presión de su mentor (Stephen Root) nunca se la hicieron fácil. El tono es de comedia y fue la mejor serie desde Breaking Bad. En HBO Max. F. C.
The bear
La segunda temporada mantuvo el interés y el atractivo: un drama con platos que se ven riquísimos. Después de encargarse del negocio familiar, Carmen Berzatto, el superchef que interpreta Jeremy Allen White, va por el sueño de su restaurant propio, el The Bear del título. Sin tanta intensidad como la primera temporada (están ambas en Star+), siguió siendo un interesante y vistoso retrato del difícil arte de ser chef. F. C.
Bronca
La produjo el célebre estudio A24, la protagoniza Steven Yeun -nominado al Oscar 2021 como mejor actor- y tiene 10 diez episodios. Lo que inicia como una comedia negra por una pelea de tránsito entre Danny Cho (Yeun), un contratista en bancarrota que se gana la vida y ya no puede más con sus frustraciones, y Amy Lau (Ali Wong), una empresaria de aparente vida perfecta, se transforma en una trama oscura sobre cómo la ira, que el ser humano reprime puede apoderarse de él en las situaciones límites. Bronca, que se estrenó en Netflix en abril, también ofreció un interesante acercamiento a la cotidianidad y las luchas de los inmigrantes asiáticos en Estados Unidos. R. G.