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Se estrenó el miércoles la nueva serie de Netflix, que protagoniza Jenny Ortega y sigue a la joven Merlina Addams. Cómo es, en esta nota.
Esta nota fue originalmente publicada el 23 de noviembre.
Como digno representante de su generación (la de los nacidos en los alrededores de 1960; él nació en 1958), Tim Burton estuvo expuesto a los designios de la televisión: su obra está repleto de señales a series y películas clase B.
Recientemente lo hizo más explícito con Sombras tenebrosas, adaptación de la serie de misterio de la década de 1970 sobre Barnabas Collins. Era un homenaje que como película quedaba a medio camino.
Eso suele pasarle a Burton, quien supo ser, sí, uno de los grandes directores de su promoción y en su filmografía hay desde exitazos para Disney (Alicia en el País de las maravillas, Dumbo) a películas en donde habría una tímida línea autoral en sus películas sobre seres especiales y de cierta pureza (El joven manos de tijera, Ed Wood, Miss Peregrine y los niños peculiares enfrentados a un mundo hostil.
En su curriculum habría que ubicar cosas vistosas pero intrascendentes (Charlie y la fábrica de chocolate) o sencillamente intrascendentes como su remake de El Planeta de los simios.
No es de extrañar que, con ese gusto por la clase B y por los marginales, Burton haya elegido Merlina como su primer proyecto televisivo. Se estrena hoy en Netflix y está centrado en la hija emo (que en inglés se llama Wednesday) de Gómez y Morticia Addams, o sea Los locos Addams.
La serie original se exhibió durante dos temporadas entre 1964 y 1965 pero su impulso ha generado tres películas en la década de 1990 (dos de ellas con Raúl Juliá, Anjelica Huston y Cristina Ricci como Merlina) y dos animaciones recientes que fueron bastante exitosas y en la que la única hija de los Addams tenía su destaque.
“Me encanta Merlina porque ella y yo miramos el mundo de la misma manera”, dijo Burton en la nota promocional suministrada por Netflix. “Y eso era algo divertido de explorar”.
Eso explica su insistencia en dedicarle su primer proyecto para la “pantalla chica” (el término que aplica al streaming siendo una producción de Netflix). Burton figura como productor ejecutivo y director. Los guionistas y showrunners son Alfred Gough y Miles Millar, creadores de la serie Smallville.
De acuerdo al resumen oficial, Merlina cuenta la historia de la familia Addams a través de los ojos de Merlina Addams, de 16 años, mientras se inscribe en la extraordinaria Academia Nunca más, un internado diseñado para los marginados del mundo, desde hombres lobo hasta sirenas.
Mientras lidia con sus propias habilidades psíquicas, se enfrenta a un monstruo local y a un misterio que involucró a sus padres cuando eran estudiantes de Nunca más hace 25 años.
Es, en cierto sentido, una comedia romántica de adolescentes, un subgénero que parece pasar por su mejor momento comercial. Merlina está cerca de Riverdale, lo que seguramente es lo que pide el público hoy. Hay villanos y romances y hasta un misterio policial por resolver.
Para cumplir con el protocolo, a Merlina, claro, le encuentran un interés romántico, habilidad para la pelea y hasta poderes psíquicos que adelantan sucesos que se verán más avanzada la temporada. De la original Merlina conserva, sí, un humor sarcástico y un nihilismo a prueba de días soleados.
Es una serie más oscura que la original marcada por la comedia. Acá hay momentos tenebrosos aunque prevalece el espíritu de teleateatro. Hay algo de Harry Potter, también.
El papel principal le corresponde a Jenny Ortega (You, Jane the Virgin) y sus padres son Luis Guzmán y Catherine Zeta Jones, a quienes se los ve divertidos. Ricci tiene un papel secundario como profesora de plantas venenosas.
El equipo artístico incluye a habituales colaboradores de Burton como el músico Danny Elfman y la vestuarista Colleen Atwood, que ganó uno de sus cuatro Oscar por su trabajo en Alicia en el País de las maravillas.
Le dan a la serie, que estrenó íntegra su temporada de ocho episodios de una hora, un porte cinematográfico. Están los distintivos toques góticos y expresionistas de Burton aunque, como suele pasar en estos productos en serie y en su cine, su personalidad se limita a momentos dispersos.
Lo que queda es un personaje entrañable y un director que alguna vez fue importante, licuados en un formato serie. Y eso quiere decir poco riesgo y atenerse a la norma. Algo que Merlina, seguro, no aprobaría.