En base a agencias
Los creadores de Game of Thrones, David Benioff y D.B. Weiss, estaban terminando su exitosa serie de HBO después de ocho temporadas y se preguntaban con qué seguirían. Fue entonces cuando el ejecutivo de Netflix, Peter Friedlander, se acercó a ellos con una trilogía de libros de ciencia ficción del novelista chino Liu Cixin.
“Sabíamos que ganó el Premio Hugo, lo cual es muy importante para nosotros ya que crecimos como nerds”, dijo Benioff sobre el premio literario de ciencia ficción. Barack Obama también se declaró fan.
Benioff y Weiss se sumergieron y quedaron intrigados por lo que encontraron: una amplia saga de invasión espacial que comienza en la China de la década de 1960, en medio de la agitación de la Revolución Cultural, e involucra a una raza alienígena superior que ha construido un culto de seguidores en la Tierra. Su seductora mezcla de ciencia y artimañas, con investigaciones tanto científicas como criminales, parecía absolutamente única. “Se siente como si fuera una versión de algo que has visto”, dijo Benioff. “Este universo es diferente”.
O, como añadió Weiss, “Este es el universo”.
Esas novelas son ahora el núcleo de El problema de los 3 cuerpos, una nueva serie que Benioff y Weiss crearon con Alexander Woo (True Blood). Llegó el jueves a Netflix. El escenario ha cambiado a lo largo del camino, y la mayor parte de la acción se desarrolla en Londres en lugar de China (aunque la Revolución Cultural sigue siendo un elemento clave), y los personajes, la mayoría de ellos jóvenes y bonitos, ahora representan varios países. Pero los temas centrales están ahí: creencias, miedo, descubrimiento y una Tierra en peligro. Entre los héroes se encuentran el brusco jefe de inteligencia Thomas Wade, interpretado por el veterano de Game of Thrones, Liam Cunningham, y un equipo de cinco físicos jóvenes de Oxford interpretados por John Bradley -otro de Thrones- Jovan Adepo, Eiza González, Jess Hong y Alex Sharp. ¿Podrán salvar el mundo?
"Gran parte del drama de la serie viene de intentar reunir a la raza humana, la historia muestra a seres humanos que no pidieron que les pasara lo que están experimentando y lo impotentes que son ante el reto de tener que vencer a una especie mucho más avanzada que busca hacer daño”, contó Cunningham.
La historia llena de saltos en el tiempo, comienza en la China comunista de 1960 cuando la joven Ye Wenjie (Zine Tseng) ve el brutal asesinato de su padre durante la Revolución Cultural china.
Su experiencia personal la llevará a cometer actos que tendrán graves repercusiones para los humanos en la Tierra muchos años más tarde, cuyo primer indicio del terror que se desatará comienza con el inexplicable incremento en la tasa de suicidios entre científicos.
La trama es vertiginosa y la construcción del mundo inmersiva, y el supuesto presupuesto galáctico se ve bien y creativamente gastado en la pantalla. Por ejemplo en las escenas de realidad virtual, a través de las cuales revela gradualmente lo que está en juego y los motivos de los extraterrestres. Cada personaje que se pone los lentes se encuentra en una versión de otro mundo de un antiguo reino (China para Jin, Inglaterra para Jack) que tienen el desafío de salvar de los repetidos cataclismos causados por la presencia de tres soles (de ahí el título de la serie).
“Esta historia refleja cómo es que las personas estamos relacionadas realmente. Ye Wenjie pierde la fe en la humanidad y 'aprieta' un botón que genera un efecto dominó que causará eventos cataclísmicos”, contó Benedict Wong, el agente secreto Da Shi en la serie.
En la línea temporal más actual de la ficción, las leyes de la naturaleza han comenzado a fallar y eso llevará a los Cinco de Oxford a trabajar en la búsqueda de nuevas respuestas.
Pero además de luchar contra problemas del tamaño de la humanidad, los personajes librarán batallas personales que los lleva a plantearse la existencia de un Dios, el verdadero valor de la vida o la libertad y otros dilemas éticos y morales.
“Dos personajes preguntan en los primeros 10 minutos aproximadamente: ‘¿Crees en Dios?’ Eso es interesante para una serie de ciencia ficción, no una religiosa. Esas preguntas también se plantean en los libros, y pensamos que era fascinante ese vínculo entre creer en algo superior y creer en lo divino.
“Es un programa tan intrincado e inteligente que va desentrañando un montón de temas a la vez y cuando piensas que se trata de un programa de extraterrestres te das cuenta de que también hablan sobre política o sobre cómo afecta a la humanidad todo un sistema de creencias”, dijo González.
A diferencia de Game of Thrones que entregó sus temporadas en dosis semanales, Netflix puso toda de una la primera temporada de El problema de los 3 cuerpos de una vez.
“Game of Thrones no se hizo así de grande desde el principio”, comenta Benioff. “En caso de que alguien de Netflix esté escuchando: esa serie tardó años en hacerse grande, y tuvieron fe en él y se mantuvieron firmes. Pero creo que una de las cosas que aprendimos en Thrones fue contratar gente realmente buena que sepa lo que está haciendo y luego asegurarse de que comprendan lo que estás buscando”.
Y al igual que Oppenheimer, El problema de los 3 cuerpos hace atractiva la física. “Intentamos hacer que la física sea lo más sexy posible”, le contó Woo al New York Times. “Estas cosas siempre son una sorpresa. No creo que nadie pensara que el ajedrez fuera sexy hasta Gambito de dama. En el fondo, se trata de personas que son extraordinarias en algo. Son personas con habilidades que ni siquiera puedes imaginar, y eso tiene una especie de atractivo sexual. Creo que eso es lo que hizo que Oppenheimer fuera tan fascinante y lo que hace que los personajes de nuestra serie sean tan fascinantes: son capaces de pensar y concebir cosas que nosotros no podemos”.
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