Es una de las familias más mediáticas del Río de la Plata, y desde que anunciaron que mostrarían su día a día en un reality, se generó gran revuelo. El verano pasado empezaron a circular las primeras imágenes exclusivas e inéditas de la mansión que Marcelo Tinelli tiene en José Ignacio y la expectativa fue in crescendo. El que lleva décadas entrando sin pedir permiso a la casa de millones de familias, regalará a cholulos, curiosos, fanáticos y detractores (porque tampoco faltarán las críticas) la chance de espiar su intimidad, desde el 17 de enero, cuando se estrene para 240 países Los Tinelli, por Prime Video (ver recuadro).

La estrella televisiva resguardó por años la privacidad de sus seres queridos y el público solo podía ver lo que él habilitaba, que era poco y selectivo. Había, incluso, algo de inalcanzable en su figura que lo hacía más misterioso e interesante. Las redes sociales, sin embargo, cambiaron la pisada, y decidió mostrar la convivencia familiar por primera vez.

La historia se coronó el lunes 13 de enero, cuando abrieron, por primera vez a distintos medios del Río de la Plata, las puertas de Guanahani, el hogar en La Boyita donde los Tinelli pasan sus veranos desde el 2000. Marcelo Hugo, sus hijas Micaela y Candelaria y su primo Luciano El Tirri recibieron a los periodistas en su hogar y cedieron diez minutos a cada uno para hablar del estreno del reality.

El requisito era no hacer preguntas personales y solo enfocarse en lo que se muestra en los ocho capítulos que se verán desde el viernes 17 por Prime Video. A continuación, la charla completa que El País mantuvo con el clan Tinelli.

—Sos una de las personas más famosas del Río de la Plata y que tu vida despierte interés no es llamativo. Ahora, ¿cómo llega esta familia a ser perfecta para un reality?
—Marcelo Tinelli (MT): Cuando decimos la familia perfecta es una ironía porque cuando nos vean vamos a ser un desastre. Podemos ser perfectos para el afuera, pero adentro se pica y empiezan a pasar un montón de situaciones hasta inesperadas para nosotros en la convivencia. Hasta yo me he sorprendido después de ver los ocho capítulos por las cosas que dicen de mí. ‘Qué guachos y guachas’. O cosas que dice Lolo que no esperaba: ‘El viejo este’, me mata.

—Siempre cuidaron mucho la intimidad y había cierta cuestión inalcanzable o misteriosa alrededor de la familia, hasta que decidieron abrir las puertas de su casa y mostrar su día a día, ¿qué cambió?
—MT: Creo que después de todo el auge de las redes sociales, donde se va mostrando cada vez más, todo lo que vivimos con el Tirri en Qatar 2022, los viajes que hemos hecho, dijimos, 'qué bueno que podamos mostrarlo'. Y en una convivencia no es tan divertido todo, porque cuanto más tiempo, más roces y quilombos podés tener. Y se mostró todo.

—Llevás décadas metiéndote en la casa de la gente y ahora se da vuelta la cosa…
—MT: Eso también me gustó. Durante tantos años uno se ha metido en la casa de la gente, hasta sin pedir permiso y la gente nos ha elegido. Está bueno que nos vean a nosotros y nos elijan.

—Las chicas, a diferencia de vos, no conocen el anonimato, nacieron expuestas, ¿hubo charlas para definir qué mostrar y qué no?
—Mica: Vos estabas convencida (señala a Cande), yo tuve charlas para ver si lo hacía o no, porque me daba cosita.

—Cande: Lo intenté vivir como un proyecto en común, entre todos, era una buena excusa para de nuevo estar juntos. Había cosas que estaban buenas y otras que no, pero era un juego.

—Y hasta mostraste el casamiento con Coti...
—Cande: Sí, y eso sí que fue un poco más difícil pero quedó tan lindo que estoy contenta con el resultado.

—El reality es su primer proyecto laboral como familia, ¿hubo algún intento antes?
—MT: No, pero ojalá que podamos seguir haciendo proyectos ¿Qué mejor que trabajar con mi familia? Es soñado para mí poder estar juntos todo el tiempo y esto es una excusa brillante.

Foto: Amazon Prime Video

—Te cuesta soltar el control, lo vemos hasta en el programa con el micrófono,
—MT: Hay un solo micrófono, salvo que yo habilite el otro, sino lo tengo yo siempre (risas).

—¿En el reality fue así también?
—Cande: Él es así, controlador.

—MT: No sé si controlador...

 —Cande: Pero sos medio el productor.

—MT: En la diaria, pongo el orden de horarios para el almuerzo y cena. Cuando hay tantos hijos, novios de hijos, amigos de hijos, parejas, mi primo hermano, en un momento decimos, comemos a las dos de la tarde. El que no está, no puede venir a las cuatro y media a decir, haceme una milenesa. No, flaco, no vas a meter olor a frito a las cuatro de la tarde. Esas cosas me ponen muy tenso. Hay que respetar los horarios de comida porque es sagrado ese momento donde estamos todos y podemos hablar hasta casi sin teléfono.

—Tirri: Lo que sí es sagrado es llegar a horario. La puntualidad y el conectar. Hablamos mucho en las comidas.

—MT: Igual soy de controlar el movimiento de mis hijos: qué hacen, adónde van, con quién, a qué hora salen. Cuando eran chicas llevarlas a bailar a Ocean y decirles a qué hora las paso a buscar.

—Mica: Como se lo ve en el programa, así es, pero por su personalidad, no creo que sea malo querer controlar las cosas.

—¿Ustedes son celosas como hijas, se las vio así con Milett en el reality?
—Mica: Parece pero no somos celosas.

—MT: No las veo celosas mías. Con lo de Milett por ahí el error fue mío. Fue 'es mi novia y la llevo a veranear conmigo', y medio como que vino...

—Mica: Fue muy pronto por ahí todo. Yo la había visto dos veces, Cande también.

—MT: Se dio así y después se picó un poco más la cosa. Sentí que podía estar bien y por ahí no todas las cosas estuvieron bien. Puede fallar, decía Tusam.

Foto: Amazon Prime Video

—En cada comienzo de capítulo se muestra también tu parte más humana (los recuerdos de Bolivar, las dificultades en la infancia, las pérdidas), ¿fue una forma de bajar a tierra el ídolo?
—MT: No fue armado de tal manera porque en la edición no sabía cómo iba salir. No me acuerdo en qué momento del reality fue pero empezamos a tener una charla así, sentí que estaba hablando con un psicólogo y me abrí a contar un montón de cosas que no había contado, y a hablar del dolor de mi infancia, pero no por bajar el ídolo, sino porque son cosas que me pasaron y me dieron ganas de contarlas ahí. Después las vi y dije, 'me había olvidado de que había contado eso'. Cosas buenas y malas tenemos todos en la vida y está bueno que la gente sepa que a uno le puede ir bien en algo pero ante todo hay una vida dura. Es un mensaje esperanzador para mucha gente que sufre por un montón de situaciones y, sin embargo, uno tiene que tener fe, ponerle siempre garra, entusiasmo y salir adelante.

—En el reality también confesás que de niño te daba pánico subirte al escenario, y terminaste siendo el número uno de la televisión...
—MT: Le digo siempre a mis hijos, 'donde veas el miedo, apuntale ahí, porque detrás del miedo está lo que vos querés hacer'. El miedo es un estado de la cabeza. Tenía pánico. En el colegio, un día me quedé vestido de granadero sin poder hablar y dije, 'no puedo hablar nunca más'. Sin embargo, lo vencés, y queda ahí.

—Me quedo con ganas de una biopic después de ver el reality, ¿puede pasar?
—MT: Me encantaría, además hay mucho para hablar ahí porque me han pasado tantas cosas. Cuando me dicen, 'Kiss estuvo tocando en vivo en tu programa, cómo era el Flaco Spinetta cantando en tu programa o Gustavo Cerati'.

—O Maradona...
—MT: Diego me dio plata para comprar las pilas para un grabador cuando tenía 17 años en Radio Rivadavia. Le fui a hacer una nota, me quedé sin pilas y no tenía plata para comprarlas. Como tardaba, me dijo, '¿no vas a hacer la nota?' 'Sí, sí, ahora vengo'. 'Te está faltando plata'. Hice la gran Tirri y le dije, 'sabés que no traje'. Agarró la mochila, me dio plata y me dijo, 'andá a comprar enfrente'. Así nos conocimos. Todas esas cosas estaría bueno contarlas.

Foto: Amazon Prime Video

—¿Están convenciendo a Fran para que esté en la segunda temporada?
—MT: Me encantaría. Fran tiene un perfil que por ahí no es el que más le gusta hacer esto pero yo estaría feliz de que pudiera hacerlo, y creo que para su carrera le puede servir mucho también.

—Por último, ¿cómo esperan que reciba la gente el reality?
—Tirri: Fue tan genuino todo lo que se hizo que le tengo mucha fe. No fue nada fingido, es lo que es.

—Mica: Ojalá les guste porque nosotros estamos contentos, la pasamos muy bien haciéndolo y compartiendo este proyecto, más allá de todo lo que va a generar, porque la gente es muy crítica.

—Cande: Yo banco que les guste o no, cada uno es libre.

—MT: Estoy en un momento donde no estoy pensando en el elogio o la crítica, son ruidos que pasan. Estoy feliz, ¿qué va a pasar después? Ojalá nos encuentre aún más unidos, a la gente le pueda gustar y al que no le guste, todo bien. Pero lo lindo es que volvimos a compartir un proyecto juntos y eso me pone muy contento.