Con base en agencias
Con más de 100 millones de visualizaciones, La casa de papel se convirtió en el primer éxito de Netflix en un idioma distinto al inglés. Y el gigante de streaming no iba a soltar tan fácilmente esta historia sobre una banda de ladrones de guante blanco, planes milimétricamente calculados y escapes que parecen imposibles.
Es por eso que hoy se estrena Berlín, una nueva serie de ese universo que retoma los códigos del atraco: esta vez en París, usando las catacumbas de la capital francesa, y con un poco más de comedia e historias románticas, incluida una relación que involucra a Berlín, el maquiavélico personaje que lanzó a la fama a Pedro Alonso.
Manipulador, psicópata, pero también entrañable y simpático, Berlín, el hermano del Profesor (Álvaro Morte) fascinó a los espectadores. Tanto que la producción lo mantuvo a pesar de su muerte en la segunda temporada, todo un reto para el actor en aquel momento.
Alonso advirtió a los responsables de la serie que no sabía si era “capaz de sostener un personaje solo en el pasado”, y más teniendo en cuenta que era “un personaje que basaba su fuerza en el peligro, en lo imprevisible, lo inesperado”, comentó el actor a AFP.
Pero funcionó bien, y “cuando haces un personaje que funciona bien, mucha gente hace una transferencia muy loca y de pronto, da igual lo que digas, [aunque sea] dos más dos, son cuatro, eres Berlín”.
A los 52 años, el actor español no niega que este personaje “perverso, turbio, difícil, muy denso” se le pegó a la piel. “El sello de La casa de papel, el sello de Berlín, es un sello fuerte, no hay duda”, afirmó.
Eso sí, el actor dudó en volver a un proyecto derivado de una serie con audiencia de alcance mundial.
“Cuando me plantearon la posibilidad de hacerlo, pedí un tiempo para pensar en mí. Y me pregunté, no sobre el recorrido del personaje o la chicha del personaje, sino en la exposición [que representa] un fenómeno tan grande como este”, dijo. “La cuestión era '¿quiero seguir navegando en ese tipo de aguas, tan expuestas?’”.
Lo hizo, y el resultado, compuesto de ocho episodios, ya se puede ver en Netflix
Es verdad que Berlín se sacrificó por el grupo en la segunda temporada, una etapa en la que además descubrió que le aquejaba una enfermedad terminal. Sin embargo, continuos flashbacks mantuvieron vivo al personaje que había calado en los espectadores por su ironía, soberbia, inteligencia, su capacidad para maquinar y su gusto por el lujo.
Buscando el fondo de esa personalidad compleja, de esa mente privilegiada para el atraco sin red, la serie creada -al igual que La casa de papel- por Álex Pina y Esther Martínez Lobato, incide en el atractivo de un hombre calculador, egocéntrico, romántico, amante del riesgo, del dinero y de las mujeres por encima de todo.
“Dos cosas mueven el mundo: el dinero y el amor”, asegura el personaje en un momento de la trama de esta nueva ficción.
París es el marco ideal para dar rienda suelta a la creatividad de unos ladrones de guante blanco, con una minuciosa manera de trabajar, que tienen como objetivo robar 44 millones de euros en joyas históricas pertenecientes a grandes familias.
Claro que también hay algunos problemas. Eso se debe a que cuando todo parecía hilvanado a la perfección, el hedonismo de Berlín, su gusto por disfrutar de los placeres de la vida y su deseo de vivir la pasión de la primera fase del enamoramiento lo llevan a poner en riesgo todo el plan, pero no es el único que se lanza al vacío.
Esa búsqueda de la “energía del amor” y de su fantasía, como él la denomina, no solo lo arrastra a él. Todos los personajes sucumben a la banda sonora de “Love is in the air” y parecen vivir “La vie en rose”, incluido un idílico paseo en vespa por las calles que rodean el Sena al más puro estilo Audrey Hepburn en La princesa que quería vivir, hasta que la tensión y adrenalina del robo hacen acto de presencia después de unos extensos preliminares.
Es entonces cuando aparece el recuerdo de La casa de papel, su agilidad, su magia, la intensidad y la atracción de las primeras temporadas de la serie.
Berlín, además, recupera dos personajes claves del asalto a la Casa de la Moneda y al Banco de España: a las policías Raquel Murillo (Itziar Ituño) y Alicia Sierra (Najwa Nimri), que sufre un ataque de chovinismo en plena investigación.
Si bien la serie se llama Berlín, Pedro Alonso aún no lo interpreta. Todavía es Andrés de Fonollosa, y el líder de la banda. Astuto, siempre un paso por delante de los demás, mientras que Tristán Ulloa, Damián, asume el papel de su amigo entrañable y confidente, muy diferentes entre sí, pero con un pasado común.
El elenco también suma a Michelle Jenner como Keila, el cerebro informático del equipo; Begoña Vargas es Cameron, una joven sin arraigo que sabe vivir al límite; Julio Peña Fernández, Roi, que pretende ser el alter ego de Berlín en su juventud, y Joel Sánchez, Bruce, que sabe cómo sacar el mejor partido a sus manos.
Con un nuevo y formidable atraco, nuevos personajes y un entrañable ladrón, Berlín apunta a convertirse en la serie para maratonear durante el fin de año.