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El País vio los episodios de la cuarta temporada de la serie basada en el universo "Karate Kid" que protagonizan William Zabka y Ralph Macchio
La mezcla entre comedia y drama, sumado a un factor nostálgico, han sido la clave del éxito de Cobra Kai, uno de los últimos fenómenos de Netflix. La continuación de Karate Kid, una de las sagas de acción más conocidas de los ochenta, alimenta esta serie que protagonizan William Zabka y Ralph Macchio, quienes retomaron sus personajes de Johnny Lawrence y Daniel LaRusso.
Hoy, con el estreno de la cuarta temporada, a la que El País accedió en su totalidad, el regreso de Cobra Kai logra su mejor tanda de episodios. Y, sin ánimo de spoilear, los capítulos finales son tan atrapantes que se terminan viendo al borde del sillón. Están avisados.
Pocas series consiguen presentar una premisa tirando a tonta -¡una competencia de karate!- como si fuera un tema serio, lo que combinado con humor grosero y algunos comentarios sociales, se volvió una fórmula exitosa. Cobra Kai logra que la historia de Karate Kid permanezca viva con personajes que regresan y otros recién llegados.
Esta cuarta temporada es ideal para los fanáticos que se engancharon desde su inicio, en 2018, cuando se conoció esta suerte de Karate Kid. En esta serie se mostró, por ejemplo, que el rubio con cara de malo (o sea Lawrence) también era un chico con sus miedos e inseguridades. Y a lo largo de las temporadas de Cobra Kai, Lawrence ha tenido que aprender y superar aquel suceso que le marcó la vida hace 34 años, cuando perdió el Torneo de Karate de All Valley ante LaRusso y su sensei, el Sr. Miyagi (Pat Morita).
En este tiempo la relación entre Lawrence y LaRusso ha crecido, y al final de la tercera temporada, ambos Sensei lograron una tibia relación. Esta nueva temporada tiene a Johnny lidiando con las redes sociales -solo tiene un seguidor- y reconociendo que Miguel (Xolo Maridueña) es mucho más que su alumno predilecto.
Quizás el mejor momento de este personaje es cuando intenta sumar nuevas alumnas, usando arcaicos y machistas métodos de conquista. Y cuando eso no funciona, se lamenta y dice que “incluso aprendió el feminismo” para reclutar mujeres a su dojo.
Con ese fracaso, sumado a sus muchos otros, Lawrence tiene que volver a aprender que ese instinto de lucha que le fue inculcado: “golpear primero, golpear fuerte, sin piedad”, puede no ser la mejor solución para sus problemas. Además de esta evolución, la torpeza de este personaje sigue siendo lo mejor de la serie, y en esta cuarta temporada hay mucho de eso.
Por su parte, LaRusso continúa atrapado en su propia historia: él es el héroe y su método es el mejor. Aunque, como queda demostrado ahora, hay algunos hechos que lo continúan atormentando. Es que Daniel todavía se cree un niño acosado por bravucones en lugar de un padre con un trabajo exitoso y una vida idílica.
El resultado es una actitud donde cree tener la razón en todo, incluso cuando le está errando (y mucho) con respecto a su hijo, Anthony, uno de los secundarios que esta vez tiene un desarrollo.
Y ese sentirse superior será su mayor obstáculo, ya sea para unir los dojos con Lawrence, como para lidiar con sus “enemigos”, también conocidos como los líderes originales de Cobra Kai.
Es que en el bando de los malvados también hay novedades. El detestable John Kreese (Martin Kove) se une a un trastornado Terry Silver (Thomas Ian Griffith) quien regresa a su papel de villano. Silver comienza siendo reacio al pedido de su antiguo colega de unir fuerzas par derrotar a los héroes. Aunque terminará dejando su cómoda vida en una inmensa casa en la playa -que tiene bodega y hasta un piano de cola- para ser el profesor asistente en el dojo Cobra Kai. Claro que Silver está desquiciado y rápidamente pierde toda cordura, llevando a sus alumnos al extremo (como hizo en Karate Kid 3) con tal de ganar.
En cuanto a la nueva generación (o sea el hijo de Lawrence y los de LaRusso junto a los demás estudiantes), continúan en medio de rencores y batallas de los adultos. Y mientras Miguel se divide entre la enseñanza defensiva de LaRusso y lo agresivo de Lawrence, la hija de Daniel, Sam (Mary Mouser), entenderá que hay momentos donde el ataque es la mejor solución; mientras continúa su lucha sin cuartel con Tory (Peyton List), su enemiga, quien por primera vez muestra algo de vulnerabilidad en esta nueva temporada.
Más allá del drama, hay buenas escenas de pelea, como acostumbra presentar la serie. Una en una fiesta de graduación que incluye una piscina y dos parejas en guerra. Y por supuesto el esperado torneo, ese que definirá el futuro del karate en el Valle de Los Ángeles.
Entre los jóvenes también hay novedades, la más destacada es la del recién llegado Kenny (Dallas Dupree Young), él es el nuevo joven acosado que encontrará en la artes marciales su salvación, como antes pasó con Daniel en Karate Kid, y con Miguel en las primeras temporadas de Cobra Kai.
Esta cuarta temporada satisface y da ganas que ya lleguen los nuevos capítulos de esta serie que, ya se confirmó, tendrá al menos seis temporadas.